Kirchnerismo. “Es una modalidad histórica concreta del populismo peronista”. | CEDOCArtemio López
Interesante debate en el Frente de Todos a partir de una sugerente tesis histórica ya de Sandra Russo sobre la superación del peronismo.
Interesante debate en el Frente de Todos a partir de una sugerente tesis histórica ya de Sandra Russo sobre la superación del peronismo.
El sorpasso no se daría esta vez como en su versión primera mediante el tercer movimiento histórico que soñara Raúl Alfonsín, superación de la que hoy queda una página de Facebook con seis comentarios realizados hace años.
Esta vez la formación político-cultural superadora sería el kirchnerismo como identidad propia y no peronista, con mayores componentes progresistas clásicos, muchos de ellos reivindicados por dirigentes del actual oficialismo.
Entre los lectores del blog Ramble Tamble (www.rambletamble.blogspot.com), tomado como punto de observación por la cantidad y diversidad de lectores oficialistas y opositores, las opiniones están divididas y, en principio, de manera incipiente, se detecta que, a medida que baja el tramo etario, se piensa que el peronismo está o debería estar superado.
La condición etaria se diluye mucho y no obra ya como variable central si el respondente proviene de la cultura no peronista: en este caso la superación del peronismo por el kirchnerismo se hace más nítida, evidente y deseable, más que nada urgente.
En nuestro caso mantenemos una posición divergente de la tesis superadora y pensamos que el kirchnerismo es una modalidad histórica concreta del populismo peronista y sus condiciones de aparición y desarrollo no se explican sin el populismo justicialista como fundamento.
Populismo que, como ya lo analizara John William Cooke y como para dejar contentos a todos, refrendara diez años después y en más páginas Ernesto Laclau, como toda experiencia populista resulta de final abierto, o “no tiene ideología” que lo ordene ab initio.
Hay experiencias populistas (popular-democráticas) y socialmente inclusivas y esta experiencia, organizada en torno al kirchnerismo, sostenemos que es un formato de estas características. Pero también hay experiencias populistas articuladas en torno a intereses de los segmentos dominantes, socialmente excluyentes, como mostró en los 90 el populismo menemista.
Sin embargo, ambas son experiencias populistas, el menemismo y el kirchnerismo, vinculadas al justicialismo, que les dio fundamento y las articuló.
Pretender encorsetar en sólo una de las formas posibles la modalidad de discurso y organización populista es tranquilizador, pero teóricamente inconsistente e históricamente falso.
Varios caminos conducen a sostener que para analizar y comprender, potenciar y finalmente recomenzar una experiencia populista (popular-democrática) inclusiva socialmente, no es conveniente transitar el camino de “con esta sí, con esta no, con esta señorita me caso yo” sino asumirlas como propias en plenitud y revisarlas para evitar reiterar calamidades.
Observen lo sucedido con otra tradición política ubicada en las antípodas del populismo peronista: el marxismo occidental y sus partidos asociados, los no estalinistas en particular.
Frente a la aparición de las experiencias del socialismo realmente existente, en la difunta Unión Soviética y los países del Este, con su secuela de dictadura y persecución política sistemática, lejos de asumir que las condiciones políticas y teóricas de esas calamidades estaban ya inscriptas al interior del corpus marxista, incluida su revisión leninista, negaban sistemáticamente la condición de “marxista” de aquellas experiencias inquietantes.
“Eso no es marxismo”, sentenciaban los viejos esbirros del proletariado, agregándole una cuota de grotesco teórico a la tragedia política y social que mostraban los países del Este europeo, por ejemplo. Cuba la dejamos, para no despertar polémicas adicionales.
Conclusión, cero de revisión teórica y creatividad política abolida, con el colapso de la teoría marxista y la crisis política terminal de los regímenes asociados como final inexorable.
La excepción es el régimen chino, que nunca negó su condición de marxista. Es una modalidad específica, de organización política, social y económica marxista que sigue vivita y coleando. El partido único es su fundamento, claro.
Esperemos que no se imponga conceptual ni políticamente la negación del peronismo como fundamento del kirchnerismo, justicialismo que aun con todas sus marchas y contramarchas fue el único formato capaz, desde mediados del siglo pasado, de transformar el país en un sentido de mayor justicia y equidad en ciertas condiciones históricas y políticas: la megacrisis del año 2002 en el sustrato de la experiencia populista kirchnerista, como lo fue el proceso industrial sustitutivo y el despliegue de los sindicatos en su formato pre peronista en los 30, en el peronismo inaugural.
*Director de Consultora Equis.
2 comentarios:
ARTEMIO:
Perón escribió ONCE libros entre 1930 a 1943, todos de historia. Y, desde "La Comunidad Organizada" (1949) hasta "Modelo Argentino para el Proyecto Nacional") (1974) escribió otros DIEZ libros.
¿Cuántos escribieron Néstor y Cristina? NI UNO.
Los mieles de discursos de Perón eran verdaderas piezas de teoría y doctrina política que aún hoy pueden leerse sin haber perdido actualidad.
Los discursos de Néstor y Cristina eran/son una retahila de oquedades ideológicas con repeticiones y autobombos.
El Peronismo, por ejemplo, creó la Doctrina de la Tercera Posición Ideológica, la que aún, pese al derrumbe del comunismo y socialismo en el mundo, aún puede servir para definirnos ideológicamente.
El kirchnerismo no creó doctrina alguna.
El kircherismo no es la "etapa superior del Peronismo" como alguna vez le leí a algún hueco cuyo nombre olvidé. El kirchnerismo se apropió de símbolos, fechas y acontecimientos del Peronismo, intentando vanamente "resignificarlos" Así, el "Día de la Lealtad" lo pretendieron convertir en el "día de la lealtad a Néstor y Cristina". Lo mismo con el 17 de noviembre, pretendiendo contrabandearlo como "el día del militante kirchnerista"
Si hasta cayeron en la ridiculez de pretender emular la mítica foto de Perón abrazando a Evita mientras ella lloraba después de su discurso.
¿A quién quieren engañar? Los Peronistas no somos estúpidos y no mascamos gato por liebre.
Finalmente, Artemio: ¿Qué joraca tiene que ver la Revolución Rusa con el Peronismo? Te fuiste mal al pasto con la comparación. Son las antípodas ideológicas y no son comparables ni siquiera en las formas políticas.
Dejá de delirar. Si Sandra Russo cree que el kircherismo superó (o es la etapa superadora) del Peronismo, a la dama habrá que darle un baño de historia, haciéndole leer menos a Laclau y más el "Modelo Argentino para el Proyecto Nacional", así se entera de que está hablando pavadas.
La del estribo:
No hay modo de comparar a Laclau, un académico teórico que no supo jamás lo que es la militancia política con John William Cooke, cuya vida al servicio de la Causa, me exime de tener que explicarlo. Laclau parloteaba sus teorías (sin praxis) desde un escritorio. Cooke escribe desde la trichera "Peronismo y revolución" cuya lectura aquietaría las fiebres de Sandra Russo.
Muchos leyeron a Perón pocos lo entendieron, por eso creo un movimiento no un partido político y el K es parte de ese movimiento.
Entender que la política es el arte de lo posible hoy.
Mi viejo que era parte del 17 de octubre al igual que de la resistencia me decía "Perón sólo me dio la posibilidad de crecer"
Nada más ni nada menos, por eso soy peronista y kirnerista.
Los Morenos, los Duhalde, Barrionuevo, Lavagna, Pichetto, Randazzo, Diego Santilli, Cristian Ritondo,
Emilio Monzó, serán o traidores o Justicialista nunca peronistas.
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