LA INTEGRACION REGIONAL FRENTE A TODO PRONOSTICO
Por Daniel García Delgado y Alejandra Racovschik
Área Estado y Políticas Públicas- FLACSO Argentina
Al asumir el presidente Alberto Fernández, la situación de la Argentina en el plano global y regional era compleja: un gobierno que se pretendía progresista o populista en un marco de gobiernos de ultra derecha encabezados por Donald Trump, y con su epígono en el sur con Bolsonaro. Sin dudas desde ningún sector se hubiera apostado en ese momento por una política de integración con un escenario claramente adverso: por un lado el Grupo de Lima hostigando a Venezuela, gobiernos de derecha en casi toda la región, un golpe de estado consumado en Bolivia, y como “estrategia” de inserción internacional la vinculación del “patio trasero” con una potencia que tomaba todo a cambio de nada. El escenario no podía ser más desalentador.
Sin embargo, la paciencia estratégica, el pragmatismo pero también el descalabro mundial que generó la pandemia del Covid-19 y su impacto en los asuntos internacionales, comenzó a modificar este escenario. La derrota de Trump a manos de los demócratas dejó sin bandera a la derecha nacionalista xonófoba que buscó legitimar sus acciones y su discurso apelando al odio y a la división y mirando hacia el pasado.
En el presente y mientras se escriben estas líneas el escenario comienza a cambiar. Sin dudas la victoria de Joe Biden (y la consecuente derrota de Trump) en Estados Unidos ha renovado la expectativa (aunque con la lógica cautela) en América Latina y en el mundo. Asimismo, en la región se observan algunos reacomodamientos: por un lado, el Grupo Lima pierde protagonismo y la legitimidad de Juan Guaidó como presidente autoproclamado de Venezuela se desvanece frente al mundo; en Bolivia, se puso fin al gobierno de facto y tras elecciones libres fue elegido de manera democrática Luis Arce mientras que el próximo domingo también un referente del progresismo y ligado al correismo puede llegar a ganar las elecciones en Ecuador de la mano de Andrés Arauz.
Por su parte, Alberto Fernández abre el juego de la política regional reuniéndose con sus pares de Uruguay y Chile respectivamente más allá de las diferencias ideológicas puestas de manifiesto en más de una oportunidad. Cabe destacar que en ambas ocasiones se ha señalado este punto. En el primer caso, tanto el presidente Lacalle Pou como el presidente argentino coincidieron en la necesidad de hacer mucho más profundo el vínculo y la relación de los pueblos
[1]. Asimismo se enfatizó en la necesidad de fortalecer el MERCOSUR y los lazos comerciales. En tanto que en la reciente reunión que mantuvo Alberto Fernández con Sebastián Piñera se acordó una extensa agenda
[2] conjunta de trabajo que incluye desde acuerdos comerciales hasta proyectos de conectividad, infraestructura e innovación tecnológica. En igual sentido, ambos mandatarios coincidieron en la importancia del diálogo y la convergencia regional y en el potencial que puede tener el vínculo de los miembros del MERCOSUR con los de la Alianza del Pacífico.
La última novedad en relación al plano regional se refiere a la reunión que mantendrán el próximo 26 de marzo el presidente de Brasil Jair Bolsonaro con Alberto Fernández en la ciudad de Puerto Iguazú
[3] en oportunidad de celebrarse los 30 años de creación del MERCOSUR. Tras casi un año de distanciamiento entre ambos mandatarios y los cruces entre la Casa Rosada y el Palacio del Planalto que provocaron no sólo una menor intensidad en las relaciones bilaterales (con todo lo que ello conlleva) sino también la cuasi parálisis del mayor bloque económico sudamericano, este hecho marcará sin dudas un acontecimiento de gran trascendencia. Y seguramente no es casual que se haya elegido esta fecha para relanzar el MERCOSUR, que como se ha dicho, se corresponde con el momento fundacional del bloque. Cabe recordar también que allí cerca (Foz de Iguazú) pero en el año 1985 los presidentes Alfonsín y Sarney colocarían la piedra angular de este proceso de integración.
Antes de pasar al plano internacional, cabe mencionar y destacar la alianza estratégica
[4] que el gobierno argentino ha impulsado con México, que dicho sea de paso, tiene su origen en la estrecha relación forjada entre Alberto Fernández antes de ser electo y Manuel López Obrador en el marco del Grupo de Puebla. Si bien la Argentina y el país azteca han mantenido un vínculo comercial desde hace mucho tiempo, éste ha tenido hasta ahora una importancia marginal para ambos Estados. En el presente, además de pensar en una nueva agenda en común y compartir espacios como la CELAC, México y Argentina tienen un acuerdo para la producción conjunta de la vacuna de Oxford-Astrazeneca
[5] contra el COVID-19 que no sólo permitirá la provisión de esta vacuna para ambos países, sino también para el resto de América Latina.
Esta visión de una América Latina más integrada y con el diálogo político como principal herramienta para reforzar los lazos y espacios de cooperación es lo que permitirá en definitiva pararse frente al mundo con voz propia y defendiendo nuestra soberanía y los intereses nacionales y regionales.
Para cerrar una breve mención sobre el actual escenario internacional. Como es sabido, la pandemia ha sido la causante de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en el mundo entero. Poco menos de un año atrás cuando comenzaban a conocerse los estragos que este virus causaba principalmente en Europa pero extendiéndose rápidamente por todas las regiones, observábamos como se desataba una “guerra” por los insumos necesarios para enfrentar la crisis sanitaria. Hoy en día, no caben dudas de que se está librando una batalla geopolítica en torno a la vacuna de la que participan múltiples actores: China, Rusia Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido –Brexit mediante- entran en la contienda. De esta manera, podemos aseverar que quien hoy tiene la vacuna tiene el poder, y considerando los cruces entre la Unión Europea y el Reino Unido por el cupo de la vacuna de Oxford, la decretada prioridad de la vacuna Pfizer para los Estados Unidos
[6] (medida adoptada por Trump antes de dejar el poder y continuada en la actualidad por Biden) y el hecho que la(s) vacuna(s) sea(n) inaccesible(s) para la gran mayoría de los países dan cuenta de ello.
En este orden de ideas, nos parece importante reflexionar no sólo sobre la compleja situación que atraviesa el mundo entero a causa de una crisis sin precedentes, sino también sobre los esfuerzos y logros alcanzados a pesar de una campaña local y global organizada desde distintos sectores cuyos intereses no van en la misma dirección que los intereses del pueblo y que han buscado sembrar la desconfianza y el desánimo sin importar el alto precio que se pagaría, en este caso, incluso a costa de la salud de las personas. Así, hemos sido testigos de la confusión generada en la ciudadanía por algunos líderes y dirigentes políticos, incluso presidentes, que a través de sus discursos menospreciaron los riesgos y alcance de la pandemia y en otros casos como ha sucedido en nuestro país que se ha llegado a montar una campaña (fogoneada por los medios) de desprestigio contra una vacuna por su origen (Sputnik V).
No hay dudas que el rasgo distintivo de la derecha mundial en este contexto de pandemia ha sido profundizar las grietas preexistentes y como si fuera poco, generar nuevas incluso, en torno a las únicas herramientas que permitirían mitigar sus consecuencias: la denominada cuarentena primero y la vacuna después. Pero estos sectores sólo pueden encontrar espacio en esas grietas para postular sus discursos, que tarde o temprano terminan desvaneciéndose, no sin antes claro provocar un daño.
A pesar de ello, y tal como se ha mencionado al comienzo, entendemos que hay muestras de nuevas posibilidades que se abren sobre todo para alternativas progresistas en el mundo y en la región, basadas en un nuevo humanísimo y que pugnan por soluciones globales para problemas como la pobreza, la desigualdad, el medio ambiente, el COVID, y la recesión mundial. Estas alternativas buscan generar mejores condiciones de vida para las ciudadanas y los ciudadanos, en un mundo multipolar, sin pretensiones hegemónicas, con preeminencia del multilateralismo y apostando a la integración regional frente a todo pronóstico. Es en este sentido que encontramos razones para celebrar los cambios producidos.
[1] Fuente: https://www.infobae.com/america/agencias/2020/11/19/lacalle-pou-recibio-a-alberto-fernandez-en-primer-encuentro-bilateral-2/
[2] Fuente: https://www.pagina12.com.ar/319792-de-que-temas-hablaron-alberto-fernandez-y-sebastian-pinera-e
[3] Fuente: https://www.infobae.com/politica/2021/02/04/alberto-fernandez-apuesta-a-la-integracion-regional-y-se-reune-con-jair-bolsonaro-en-la-frontera-de-argentina-y-brasil/
[4] Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202001101090087598-mexico-y-argentina-anuncian-que-profundizaran-su-relacion-estrategica/
[5] Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53761315
[6] Fuente: https://es.euronews.com/2020/12/09/donald-trump-decreta-prioridad-de-acceso-de-estados-unidos-a-las-vacunas
1 comentario:
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