1/25/2021

la inflación va a ser mucho mayor que el 29% estimado en el presupuesto


Horacio Rovelli afirma en esta nota que no hay necesidad de devaluar nuestra moneda porque ya lo hizo la gestión de Cambiemos de sobre manera, por un lado y, por otra parte y fundamentalmente, el rinde de nuestra pampa húmeda hace que el costo sea mucho menor que el internacional y les deja a los productores, acopiadores y comercializadores una renta extraordinaria. Por eso es que se deben aumentar las retenciones, que permiten desligar el precio externo con el interno y es, a la vez, recaudación para el Estado nacional.


Por Horacio Rovelli*

(para La Tecl@ Eñe)



La crisis económica producida por los cuatro años de gestión de cambiemos, que implicó una fuerte depreciación de nuestra moneda, a lo que debe sumarse la pandemia del Covid-19, tuvo su correlato en la Administración Nacional en un fuerte déficit fiscal que no se puede extender en el tiempo por el incumplimiento de los pagos, por una parte, y a ello debe agregarse una manifiesta lentitud en liquidar las exportaciones conformando una combinación perversa y en contra del pueblo argentino.

Por un lado, el déficit fiscal nacional que cierra el año 2020 en 2.292.730 millones de pesos, el 8,5% del PIB convirtiéndose en el segundo mayor déficit fiscal detrás del de 1975 en el “Rodrigazo” que se tenga registro, prácticamente un tercio del gasto es déficit, dado los gastos ocasionados por la atención del coronavirus Covid 19 y la asistencia de todo tipo a la población. Déficit que debió financiarse casi en forma exclusiva por el BCRA, impactando negativamente en la asistencia al sector privado. El total de crédito a las empresas en el año 2020 fue de 6,09% del PIB que sumado a los créditos personales de un 5% del PIB, araña el 11,09% del Producto y, el BCRA tiene que inmovilizar (pagando intereses) por una suma que es incluso mayor a la Base Monetaria, en Leliq (Letras de Liquidez del BCRA) por $ 1.633.620 millones, y pases pasivos (que los bancos le prestan al BCRA a menos de siete días) por otros $ 1.220.889 millones, totalizando las inmovilizaciones (Leliq más pases) una suma de $ 2.854.509 millones (cuando la Base Monetaria al 30 de diciembre de 2020 fue de $ 2.470.260 millones).

Déficit fiscal e inmovilizaciones monetarias (pagas, el BCRA le abona a los bancos intereses por las mismas por encima de la inflación oficial) que reflejan el grado de desequilibrio de las cuentas públicas internas que solo financió el BCRA, a costa de expandir el déficit cuasi fiscal.

Y paralelamente, el mismo gobierno de Alberto Fernández en el año 2020 devaluó nuestra moneda en casi un 50%, pasando el tipo de cambio comercial de $ 59,60 el 2 de enero a $ 89,25 el 30 de diciembre 2020, que impacta en el sector público en la licuación de pagos y de deudas que son en pesos, a costa de acrecentar la deuda que es en divisas; de esa manera, la Administración Nacional logra disminuir el pago de los salarios que crecen nominalmente en pesos pero que si lo convertimos en dólar es un importe menor, igual con el resto de los pagos, deudas, contratos, licitaciones, pagos de jubilaciones y pensiones, etc., pero ese ahorro se hace a costa del poder adquisitivo de esos pagos.

Esto es, se reduce el gasto público sobre el PIB y sobre el ingreso por el superávit comercial, que son los principales números que le interesa al FMI, reducir el gasto estatal y que se maximice el superávit comercial, dado que se le paga más pesos argentinos al que ingresa dólares y a su vez se encarecen las importaciones por el mismo motivo.
 
201520162017201820192020
Ingreso total1.210.2031.629.3091.998.0832.600.5603.937.0744.841.525
Gasto Total1.431.5472.104.0942.627.1323.328.4874.756.4807.134.285
Gasto Primario1.324.2461.972.8342.402.2252.939.5474.032.1956.591.412
Intereses Netos de la deuda107.301131.260224.907388.940724.285542.874
Resultado Financiero-221.344-474.786-629.050-727.927-819.407-2.292.730
Gasto de Capital159.826182.045207.934210.296236.362279.626
Energía33.57631.23225.06930.60327.71026.041
Transporte31.28941.03557.02962.29596.99890.958
Educación11.9907.39811.02816.56710.5768.615
Vivienda20.89927.68029.96021.13122.75413.342
Agua potable y Alcantarillado11.84515.12919.07817.95123.11555.819
Otros50.22738.99645.20861.75055.20984.582
Fondo Federal Solidario20.57620.563
Gasto de Capital / Gasto Total11,16%8,65%7,91%6,32%4,97%3,92%
Resultado Financiero/Gs Total15,46%22,56%23,94%21,87%-17,22%-32,14%
Tipo de cambio promedio9,114,7716,5628,1145,9582,35
Nota:  Presupuesto Ejecutado Base Caja en Millones de pesos corrientes 2019 y 2015-2018 por Devengado (Cuenta Inversión)
Fuente: Secretaría de Hacienda de la Nación – Ley  27.467 y Cuenta de Inversión 2015-2018

 



Observando los grandes números del Presupuesto Nacional y contemplando que la inflación de todo el año 2020 fue del 36,1% medido por IPC del INDEC, los ingresos crecieron solamente en un 22,9% y en cambio el gasto total lo hizo en un 50%, pero el Gasto de Capital que es la inversión pública, creció en términos nominales en los gastos de AySA (obras de agua potable y desagües) y otras obras públicas pero en conjunto descendió para ser solo el 3,92% del gasto, cuando en el año 2015 fue el 11,16%. Debe agregarse que para cerrar el año sin más déficit se suspendió la cuarta entrega del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y de los ATP (Asistencia al Trabajo y a la Producción) que fueron políticas públicas importantes en el año.

Entonces se debilitan las políticas públicas y se prioriza el ingreso de divisas por mayores exportaciones y menores importaciones, pero esa práctica no es gratis.

Por una parte, la liquidación de las exportaciones de productos agropecuarios y de manufacturas de origen agropecuario se retrasan todo lo que los exportadores pueden, habiendo sido la cosecha 2019/20 record, según lo informado por las cámaras exportadoras de aceite y de cereales CIARA-CEC, la liquidación acumulada del año 2020 es de 20.274,4 millones de dólares, un 17% menor que en el año pasado que fue de 23.719,5 millones, cuando en la cosecha 2018/19 hubo una fuerte sequía y, los precios en el Mercado de Chicago en dólares crecieron un 45% en los últimos tres meses del año 2020, cuando el costo argentino es mucho menor generando una renta extraordinaria por la que deberían pagar impuestos y derechos de exportación.

Si al párrafo anterior le agregamos que las principales diez empresas exportadoras (COFCO, Cargill, ADM, Bunge Ceval, Louis Dreyfus, AGD, ACA, Molinos Agro, y Díaz y Forti SA) concentran el 91% del total de negocios de exportación de granos y productos derivados de origen argentino, es claro y evidente que no liquidaron esperando y propiciando una devaluación de nuestra moneda y explica la diferencia entre el valor del dólar oficial y todos los paralelos.

Seguir devaluando nuestra moneda haría volar por el aire el delicado equilibrio en que nos encontramos, subirían aún más el precio de los alimentos y demás insumos que requiere nuestro pueblo, empujando a fracciones cada vez mayores a la pobreza, a la indigencia y a la desesperación, a la par que se caería más el PIB por el menor consumo interno que no puede ser compensado porque las exportaciones no representan más del 25% del total de lo que se produce. Y es peor, porque en lugar de que esos mayores ingresos incrementen las inversiones terminan engrosando la fuga de capitales en la que nuestro país tiene el triste privilegio de que su burguesía tiene más recursos afuera de la Argentina que adentro.

Esto esclarece porqué a las grandes empresas que están en la Argentina, no les interesa tanto preservar el mercado interno y si coinciden grandes empresarios del agro y de la industria, banqueros y comerciantes, en asegurar y expandir sus activos en el exterior, que a la vez les permitiría realizar inversiones y/o quedarse con otras empresas en el país porque con la misma depreciación cambiaria lo harían a un precio en divisas (que es lo que tienen fugado) muy menor.

La devaluación oficial de nuestra moneda en casi un 50%, fue muy por encima de los salarios, jubilaciones y pensiones, que impacta lógica y directamente en los precios internos, de manera tal que el INDEC reconoce, para diciembre 2020, que para una familia constituida por un matrimonio y dos hijos requiere de un ingreso mínimo de $ 54.207 por mes para no ser pobres (Canasta Básica Total) y de $ 22.681.- mensuales para no ser indigentes (Canasta Básica Alimentaria); no solamente la crisis implicó la perdida de trabajo, sino que son muchos los que aún conservado su empleo, trabajan y son pobres

Las relaciones de nuestro país con el exterior nos demuestran que no se tiene un problema de restricción externa clásico, esto es, no es que necesitamos que crezcan las exportaciones para que la economía lo haga en forma sostenida y compatible con la balanza comercial. De hecho desde el año 2003 hasta los últimos datos oficiales a noviembre de 2020, nos dicen que se acumuló un superávit comercial total (las exportaciones superaron a las importaciones) en 156.681 millones de dólares, que es una suma significativa en cualquier lugar del mundo.

La economía Argentina es un importante exportador de alimentos, según informa la Bolsa de Comercio de Rosario, el nodo portuario del Gran Rosario, que abarca al complejo industrial oleaginoso y portuario que en 70 kilómetros de costa sobre el Río Paraná que van desde la localidad de Timbúes (al norte) y hasta Arroyo Seco (ubicada al sur de la ciudad), y donde se encuentran localizadas unas 31 (treinta y uno) terminales portuarias que operan distintos tipos de cargas, de las cuales unas 21 (veintiuno) despachan granos, aceites y subproductos; se convirtió en la principal zona portuaria de exportación de esos productos en el mundo.

La propuesta concreta del Consejo Agroindustrial Argentino, que es el consejo que aglutina a las empresas exportadoras, a sus cámaras, bolsas y demás, que incluso forman parte de ella la FAA (Federación Agraria Argentina), la CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) y CONINAGRO, tres de los cuatro componentes de la Mesa de Enlace del Campo, es la primarización de la economía Argentina, sino preguntémonos cuánta mano de obra demanda una tonelada de soja, o de aceite. Pero no sólo genera poco trabajo, sino que incluso como prioriza las ventas externa, revierte el sistema y en lugar de que se destinen los saldos exportables, se vende afuera a costa de la caída del salario y del empleo de los trabajadores que reduce el mercado interno. Y el camino es vía la presión a la devaluación de nuestra moneda, que no puede disociarse del mercado interno porque la CAA en su propuesta, exige la estabilidad de las retenciones por diez años. Es más, la supuesta puja sería que para frenar que no suba el precio del dólar, se debe aumentar las tasas de interés y, con ello se entra en una combinación perversa contra la economía nacional, generando la transferencia de los que trabajan y producen para el mercado interno (que es donde se destina más del 70% de lo que se produce en el país) a favor de los exportadores y de los bancos.

Por eso, el camino a seguir es el inverso, no hay necesidad de devaluar nuestra moneda porque ya lo hizo la gestión de Cambiemos de sobre manera, por un lado y, por otra parte y fundamentalmente, el rinde de nuestra pampa húmeda hace que el costo sea mucho menor que el internacional y les deja a los productores, acopiadores y comercializadores una renta extraordinaria. Por eso es que se deben aumentar las retenciones, que permite desligar el precio externo con el interno y es, a la vez, recaudación para el Estado nacional.

De no hacerse se encarecen los alimentos porque es lo que básicamente exportamos, deteriorando el poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones y pensiones. El gobierno al acrecentar la tasa de los derechos de exportación (retenciones) tendría un ingreso genuino y abarata los precios de los alimentos en el mercado interno argentino. Paralelamente puede aumentar las remuneraciones por paritarias y hacer obra pública para generar empleo y que se financie con impuestos a las grandes corporaciones de este país. Que es, por otra parte, lo planteado en la Ley de Presupuesto Nacional 2021, que debería actualizar sus números, porque la inflación va a ser mucho mayor que el 29% estimado en la Ley. Ley cuya filosofía es que los salarios públicos crezcan por encima de la inflación y el tipo de cambio (salario que es referente de la remuneración en el sector privado y el resto de las administraciones públicas), impulsando la demanda agregada por la combinación de mayores salarios y de más empleo.


*Economista especializado en temas fiscales y monetarios. Profesor de Política Económica en la Universidad de Buenos Aires. Ex Director de Políticas Macroeconómicas del Ministerio de Economía.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Mismo perro distinto collar?

Anónimo dijo...

Si hacen cosas parecidas a las de Don Gato y su pandilla, después no nos podemos quejar que los troscos nos digan que somos iguales.