SÍNTESIS DEL INFORME
● La irrupción de la pandemia del coronavirus ha profundizado la crisis económica en la que se encontraba el país. El decreto 297/2020 que fuera publicado el 19 de marzo por el ejecutivo nacional dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio con el fin de evitar la propagación del virus, lo que significó la paralización de toda actividad económica que no fuera esencial.
● Hasta el momento se ha conseguido un sistema sanitario que abastece toda necesidad causada por esta, sin embargo, la parálisis económica es evidente y uno de los principales impactos se observa en la caída de la recaudación, que al mes de mayó mostró una variación negativa de 21% interanual, en términos reales.
● Al mismo tiempo, el Estado Nacional se hizo presente ampliando la capacidad del sistema de salud y universalizando ingresos, de modo de paliar las consecuencias negativas. Sin embargo, por restricciones cambiarias o inflacionarias, la inyección de pesos por parte del BCRA no puede ser infinita y se abre la pregunta de cuáles serán los sectores que pagarán la crisis.
● En ese contexto diputados del oficialismo dejaron ver la posibilidad de aplicar un impuesto, por única vez, a las grandes fortunas. Este gravaría a tan solo el 0,04% de la población adulta y al 0,08% de la Población económicamente activa.
● Pese a gravar a tan solo 12.000 personas, su recaudación alcanzaría para la puesta en marcha de 8 hospitales modulares de emergencia (de los cuales en estos meses ya se inauguraron 12). Al mismo tiempo funcionaría como una escala adicional para el impuesto a los bienes personales, cuyo peso en la recaudación total ha caída en los últimos cuatro años, quedando la estructura tributaría argentina con una matriz más regresiva.
● Un tributo de estas características no es meramente una idea local: en diversas latitudes se están barajando impuestos extraordinarios ante situaciones extraordinarias y siempre con un criterio de justicia distributiva. Es decir, con altos mínimos no imponibles, de modo que solo alcance a los sectores sociales más pudientes. El abanico es amplio y abarca países latinoamericanos como Chile o Perú hasta Suiza o Italia.
● Finalmente, el informe también aborda comparativas internacionales, que permiten desandar ciertos sentidos comunes instalados. Por un lado, la presión tributaria argentina (del total de impuestos) se encuentra por debajo del promedio de los aíses de la OCDE.
● Por otro lado, suelen presentarse algunos frases como ciertas en relación a este tipo de tributos, como el hecho de que los impuestos a la riqueza tienen a desaparecer en le mundo o que son un desincentivo a la inversión privada.
Lo cierto es que las principales potencias del mundo tienen la misma proporción de estos impuestos desde el año 2000 y los países de la OCDE no muestran relación alguna entre quienes mayores impuestos a la propiedad gravan con la inversión corporativa de estos países.
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