5/09/2020

fortalezas y debilidades



Anticomunismo bizarro


Artemio López
El fracaso rotundo de la bizarra marcha “contra el comunismo”, convocada por la coalición Cambiemos en general y el PRO en particular, muestra fehacientemente la pérdida del sentido de realidad de la conducción de la fuerza de derecha conservadora. 

El trípode “desnorteado” conformado por Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto no logra hacer pie en una coyuntura dominada por los aciertos de Alberto Fernández en materia de estrategia contra la pandemia, estrategia que hoy lo empina en la opinión pública con más de 65% de imagen positiva. Junto al trípode conservador, el fracaso y la desorientación incluye a los medios opositores y sus principales referentes periodísticos y “opinators” varios, que ya no interpelan con éxito a sus interlocutores comunitarios, o al menos no lo hacen con la misma eficacia de apenas tres años atrás. 

Cierran el círculo de derrotados tras el fracaso de la cruzada anticomunista los sectores del poder económico, en particular grandes exportadores, sector financiero y principales formadores de precios domésticos, que no paran de sabotear abiertamente las medidas de política económica desplegadas por el gobierno nacional. 

En sentido contrario, el gobierno nacional avanzó en la perspectiva de profundizar un modelo opuesto frontalmente al desarrollado por el neoliberalismo durante la gestión de Mauricio Macri. Intransigencia con el tema deuda a pesar de las presiones de bonistas locales e internacionales, decisiones estratégicas en organismos claves para la salida futura de los efectos de la pandemia, como la designación de Fernanda Raverta en Anses y un sinnúmero de medidas de transferencia de ingresos con distinta eficacia sobre hogares y sectores económicos golpeados especialmente por la crisis. 

Como puntos débiles de la gestión nacional, al menos dos parecen observarse y están implicados. Por el lado de los egresos familiares, el descontrol de precios, en especial de alimentos, no parece tener fin, y la caída de ingresos familiares sigue marcando el acontecer cotidiano de los argentinos. 

Al respecto, el recorte del 25% de salarios acordados entre la Unión Industrial Argentina y un sector de la Confederación General del Trabajo con el visto bueno del gobierno nacional, parece destinado a profundizar la crisis económica por caída de consumo y, peor aún, desautorizar la valiosa palabra pública del Presidente, construida hasta hoy muy eficazmente. En efecto, Alberto Fernández prometió que no habría recortes salariales en su gestión, y ya los hay en una magnitud récord desde la recuperación democrática. 

A pesar de que prohibió los despidos en este tramo signado por la lucha contra el virus, ya hay despidos, no solo los de Techint, y, aún más grave, el enorme recorte salarial pactado por la UIA, la CGT y el Gobierno tiene como fundamento evitar los despidos que paradojalmente fueron prohibidos por el Presidente. 

Estas graves circunstancias dañan la credibilidad de la palabra presidencial, sin duda el valor más preciado que construyó la actual gestión desde que asumiera la presidencia Alberto Fernández, tras cuatro años de devaluación absoluta de la palabra pública en los que Mauricio Macri afirmaba que hoy era sábado y todos pedíamos un almanaque. 

Un traspié del gobierno nacional, y en particular del Presidente de la Nación, quien, como señalamos en la columna anterior, sabe bien, por ser testigo privilegiado de época, que la primera y gran tarea que acometió Néstor Kirchner en 2003 –tras la megacrisis de 2001 y el “que se vayan todos”– fue reconstruir la palabra y la autoridad presidencial, sin la cual nada es posible en la gestión, y menos enfrentar una crisis de la magnitud que enfrentamos y la que sobrevendrá a la pandemia. 

Y la clave para sostener la autoridad presidencial que ha construido ejemplarmente no es satisfacer las demandas corporativas de los grupos de poder, incluidos los gremios que se hacen cómplices de las demandas patronales, sino mantener sólida su relación con la opinión pública, que en una mayoría notable hoy lo acompaña en su tarea. 

*Director de Consultora Equis.

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1 comentario:

Miguel Wiñasco, Columnista de diario Clarín y de Peter Capusotto y sus Videos dijo...

Estupefactos, atónitos e impávidos, nos hemos quedado de una pieza al asistir al banal show de un komunismo atemporal que pretende inmiscuirse en los más íntimos intersticios de nuestro libre albedrío.
Qué otra cosa es esa APP marxista que anunció Axelievich Dimitri Kicillov, con la vanidad ensoberbecida de los totalitarios? "Los que se incorporen a la actividad deberán llevar una app en sus celulares para un control de su salud". El control.
Es todo lo que obsesiona a los kircholeninistas. Utilizan el covid 19 como mero instrumento de sus viles intenciones de sujeción colectivista.
Amordazan ahora el derecho a manifestarse a los ciudadanos que exigen el fin del confinamiento, que les recuerda a los lóbregos gulags siberianos.
La revolución de los barbijos convocaba a todos los demócratas, con los debidos cuidados y manteniendo la distancia social, a pararse en cada esquina del país, para alzar la voz en repudio a la autocracia, exigiendo además que se ponga fin a la barbarie sovietizante. Sin embargo fue brutalmente perseguida por un fiscal del régimen que amenazó con criminalizar el pensamiento crítico.
No obstante ello, parafraseando a ese estadista parco pero certero, laborioso pero celoso de su derecho al reposo, de serena mirada color de cielo, que tanto se lo extraña, la marcha contra el comunismo fue masiva pero invisible.
Asimismo, el repliegue táctico de los gladiadores de la libertad hacia sus balcones burló a los soviets que sufrieron una dura derrota, puesto que tuvo lugar un cacerolazo histórico, que si bien respetó parámetros aconsejables por la OMS de bajos decibeles e incluso silencios, se constituyó en un parteaguas que ha reconfigurado la correlación de fuerzas.
No en vano el kamarada Fernández se vió obligado a permitir las vueltas a la manzana recreativas.
La cortina de hierro K comienza a oxidarse. La tiranía roja comienza a supurar de su herida agónica, y la nomenklatura K tuvo que pasar a fase 4 de la cuarentena, aunque dejando maliciosamente como rehén a la exitosa CABA en una fase anterior.
Mientras tanto ajena a todo, Lady Elisabet Macbeth Fernández busca concentrar el protagonismo en sesiones virtuales totalitarias Quiere convertir el Congreso en la Duma moscovita de donde emanen colectivizaciones forzosas del campo, o se convaliden DNUs que conculquen el espíritu de la Constitución, como bien sostiene nuestro constitucionalista de cabecera, Daniel Marujo Sabsay.
Como una siniestra avispa asesina descabezando laboriosas abejas, Lady Macbet insistirá con sus confiscaciones y pretenderá exaccionar a los empresarios exitosos el 1% de sus tenencias declaradas.
No lo permitiremos. Los freedom fighters marcharemos con nuestros barbijos del mundo libre en derredor de la manzana.
Como siempre, no dejaremos de lado
la responsabilidad ciudadana. Los que como mi hijo Nico tienen su DNI finalizado en doble 0, lo harán los domingos.
Y los que como un servidor, no recordamos si nuestras libretas de enrolamiento concluian en números enteros o decimales, podremos acompañar detrás de las macetas de nuestros apartamentos.
Temblad rojos, los legionarios de la libertad no cejaremos en salvar a la República de la infiltración cubano bolchevique.