11/17/2019

la apuesta de la casta política chilena: plebiscito (o farsa?)



Una manifestante posa para reclamar un proceso constituyente en Chile durante las protestas del 13 de noviembre en Santiago, la capital Jorge Silva / Reuters


El Gobierno de Sebastián Piñera y los partidos de la oposición alcanzaron un pacto para redactar una nueva Carta Magna. La decisión llega después de cuatro semanas de protestas ininterrumpidas.

Habrá plebiscito en abril de 2020: este es el pacto entre los partidos oficialistas y la oposición en Chile, un primer paso para redactar una nueva Constitución que entierre la Carta Magna vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973 -1990).

El presidente del Senado, Jaime Quintana, lo anunció así a los chilenos: "Hoy es un día histórico para Chile. Desde hace tres décadas se ha intentado muchas veces cambiar la Constitución. Hoy la ciudadanía lo ha hecho posible". Quintana agregó que "todos en el mundo político" tienen "responsabilidades por las injusticias" y aseguró haber "escuchado con humildad" para avanzar "hacia una salida democrática y pacífica al conflicto".

Los políticos chilenos llegaron al acuerdo luego de dos días de reuniones, que se alargaron hasta la madrugada de este viernes 15 de noviembre. Las negociaciones tuvieron que superar varios puntos de desacuerdo: los partidos oficialistas, que poco a poco se habían abierto a la idea de una nueva Constitución, apostaban para que la redactara el Congreso. La oposición, en cambio, buscaba un proceso mucho más abierto a la ciudadanía. 


Así es como la clase política chilena busca dar respuesta a una de las principales demandas de las protestas que sacuden al país desde hace cuatro semanas. El reclamo de una Carta Magna democrática se extendió entre las manifestaciones con el objetivo de tener una Constitución que garantice más derechos y que marque un punto de ruptura con la dictadura chilena. El documento que rige el país actualmente fue aprobado en un referendo de discutida legitimidad bajo Pinochet, en 1980.

Amplios sectores de la sociedad chilena lo criticaban por su origen y también por no proteger de manera suficiente los derechos básicos de las personas en sectores como la educación o la sanidad, privatizados en el modelo económico neoliberal de Chile.



El plebiscito tendrá dos preguntas y si se aprueba, la Carta Magna será escrita desde cero

El plebiscito se celebrará en abril de 2020 y los chilenos deberán responder a dos preguntas: la primera, si quieren una nueva Constitución o no. La segunda servirá para decidir el mecanismo utilizado para redactar la Carta. La primera opción es la de una "convención mixta constitucional" conformada por una mitad de parlamentarios y otra mitad de ciudadanos elegidos para esta tarea concreta. Esta segunda opción es una "convención constitucional" en la que todas las personas serán electas para construir el nuevo código legislativo.

Otro de los aspectos del pacto es que la Constitución se escribirá desde cero sin tener como base el actual documento. Es una victoria de las facciones opositoras ya que la mayoría del oficialismo defendía usar la Constitución vigente en los casos que no se alcanzara suficiente quórum.


Tras el plebiscito, se elegirán los encargados de redactar la Constitución en octubre de 2020, conjuntamente con las elecciones regionales y municipales de Chile. El plazo para proponer una nueva Carta Magna será de nueve meses, prorrogable por tres meses. Finalmente, la Constitución será ratificada o rechazada en otro plebiscito mediante el sufragio universal obligatorio.

¿El anuncio marcará el fin de las protestas?

El acuerdo fue bautizado 'Por la paz social y la nueva Constitución' para responder a las demandas de los manifestantes pero también al llamado que hizo el presidente Sebastián Piñera el pasado martes por el regreso de la paz a Chile. La declaración del mandatario llegó después de una de las jornadas más masivas de las protestas, que acarreó graves disturbios que afectaron Santiago.

Los políticos llegaron al pacto bajo la sombra de las nuevas cifras oficiales de fallecidos durante las movilizaciones: según el Gobierno, 22 personas han perdido la vida a lo largo de este mes de protestas. Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), cinco de ellos murieron a mano de las fuerzas de seguridad chilenas. Además, registran 2.209 heridos: algunos de los casos más graves son las 209 personas que sufrieron traumas oculares por los impactos de balas de goma o bombas lacrimógenas lanzadas contra los manifestantes.


La policía antidisturbios detienen a un manifestante durante una protesta contra el gobierno en Santiago, Chile 11 de noviembre de 2019. © Ivan Alvarado / Reuters

La Policía y del Ejército, fuerzas que mantuvieron el control de las calles durante la declaración del estado de emergencia por parte de Piñera, han recibido múltiples denuncias por violaciones de derechos humanos durante la contención de las protestas, que en muchas ocasiones derivaron en incidentes violentos. La comisión de Derechos Humanos de la ONU envió una delegación a Chile para investigar estas denuncias.

De hecho, las protestas del jueves, horas antes de que los partidos alcanzaran el acuerdo, estuvieron motivadas por el primer aniversario de la muerte de Camilo Catrillanca, un comunero mapuche que falleció por un disparo en la cabeza de miembros de las Fuerzas Especiales de Carabineros.


Los manifestantes sostienen una bandera mapuche y una pancarta que dice "Camilo vive en la lucha" mientras participan en una protesta contra el gobierno de Chile en Santiago, Chile, el 14 de noviembre de 2019. Pilar Olivares / Reuters

A pesar de que el proceso constituyente es uno de los principales reclamos en las marchas, la respuesta de las calles se medirá en las nuevas protestas convocadas en la tarde del 15 de noviembre. La otra consigna más escuchada es, ni más ni menos, la renuncia de Piñera.

Con EFE, Reuters y medios locales

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