Leemos al Politólogo en una caracterización breve típica del que ya se siente en el estribo
Habituados al perenne desasosiego de vacilante perplejidad, nos preguntamos por estos días, cual personajes de Roberto Gómez Bolaños: “¿Pos´ora, quién podrá defendernos?”.
Es que en breve no estará en el sillón presidencial de Balcarce 50 o en su reposera predilecta de Avenida Maipú y Villate, nuestro héroe providencial, quien con la satisfacción del deber cumplido, está a punto de convertirse en el primer no peronista en culminar su mandato desde la dupla de virreyes antik, Olaguer y Feliú, que gobernara el Plata entre 1797 y 1799.
Durante la campaña electoral, este columnista no ha tenido comezón alguna en tipificar a Alberto Fernández como un sicario judicial del kircho-bolchevo-anarco-narcotraficantismo populista.
Enunciada que fue por mi esa objetiva categorización, sin menoscabo alguno del respeto republicano que profeso hacia la envestidura presidencial de modo sacramental y deificado.
Y precisamente por dicha hierática reverencia, es que me permití a mi vez, dejar entreabierto un leve intersticio relictual de la esperanza, si se quiere candorosa o porfiada.
En la credulidad de que esa mujer dejaría de tener predicamento, en un armado de poder que la excluyera para siempre.
Empero, una vez más he sido defraudado por la cruel dinámica de la abjuración apóstata de los más elementales principios constitucionales.
Y el insidioso besamanos cristo-chavista perdura en Uruguay 1306, 5° piso. Allí una cohorte de autoritarios impusieron el nombre de Máximo Kirchner como titular del bloque de diputados. La propia Cruella del populismo se confirmó a sí misma en el cargo de vicepresidenta, pese a encontrarse procesada en 57 causas por el honorable e inatacable de parcialidad, Juez Bonadío.
Esa señora también tuvo el toupet de imponer a Mayans como jefe de una única bancada peronista en el Senado. Además de ungir a su secretario Parrilli como presidente provisional del Senado, pese a haber sido éste, objeto de violencia de género por parte de la déspota absolutista.
Recuérdese esas grabaciones que Majul encontrara por azar en una de sus sesiones de footing por Palermo, y las diera a conocer. La autócrata le espeta a Parrilli un improperio de baja calidad institucional: “Soy yo, samborotudo”, le dice en la cúspide exacerbada de un omnímodo poder bullygneezante.
Y eso no es todo, Zannini será jefe de los abogados del estado. Sin óbice de haber estar en el baño del fiscal Bisman y endrogarlo con ketamina. Y aquí el peligro mayor radica para la honra y el buen nombre de ciudadanos reputados, como Gianfranco Macri, delatado por el insidioso terrorista Verbitsky, quien fisgonamente plasmó de mala fé su blog de resentido ultrak.
¿Su crimen? Declarar 600 o 700 de sus millones ganados en buena ley, que reposaban a salvo de las incertidumbres argentinas en bancos con vista a los mares turquesas de la civilización off shore. Con coraje, Gianfranco no repatrió pero sí declaró esa suma, acogiéndose al decreto de blanqueo, que su hermano presidente debió firmar para impedir que intervenga el INADI, al ser discriminado y no poder tener los mismos derechos que cualquier ciudadano de a pie a blanquear.
Y cuán perversa ruindad sería, que esa familia tras haberlo dado todo, sea perseguida por los extremistas que se preparan para detentar su regreso.
Perdida toda quimera en un gobierno que se rija por sacrosantos principios civilizatorios, solo queda el submundo pesadillesco, donde la anomia se enseñorea en una república que ha dejado de serlo.
Donde las pesadillas propagadas se corporizan en la vuelta de la monstruosidad populista.
“¿Pos óra? ¿Quién podrá defendernos?” Nos preguntamos, invocando al mejor de los nuestros. El que por imposición de los violentos debió ceder a traspasar, no en la ceremonial Casa Rosada sino en el turbulento Congreso, sus atributos de mando y el chipote chillón.
The second best
The second best
Saludos al millón de porteños que votaron esto: Desde año que viene el ABL porteño se actualizará todos los meses según la inflación: en enero subirá 3,4 por ciento https://t.co/vuWFBGMCZJ— Andy Tow (@andy_tow) November 26, 2019
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