10/14/2019

la ruta del ajuste



Por Pablo Papini

La gira de Mauricio Macri por todo el país tiene por objeto disuadir a sus todavía aliados de los intentos de diseñar un futuro sin él y a los jueces de revisar los papeles de estos cuatro años desde el próximo 10 de diciembre. De cualquier modo, los problemas de fondo siguen intactos mientras el Presidente insiste en que no había otro rumbo que el definido en 2015 (que dejaría a Argentina mejor parada de cara al futuro), a la vez que se disculpa por las dificultades causadas y promete corregirlas (pero como si se tratase de fenómenos climáticos y no de efectos lógicos de sus decisiones), y que agrega a su oferta cualquier otra demanda que supone que puede arrimarle algún voto (aún contradictorias con otras cosas que dice, y que podría hacerlas ya en gestión). Todo muy populista, expresión de una campaña que ya no tiene hoja de ruta ninguna.


A la misma hora en que se debate esto, que es la superficie del drama, desde Ecuador llegan imágenes que explican mucho sobre el fracaso macrista y sobre la posibilidad de superarlo. Tanto el jefe de Estado de aquel país, Lenín Moreno, como antes (por citar otro antecedente) Dilma Rousseff en Brasil y hoy Macri entre nosotros son ejemplos de lo que sucede cuando se toma la ruta del ajuste: se choca. Puede parecer simplista, seguramente sea más complejo en cada caso y haya más razones que ésa, pero en lo central eso pasa: meterse con el bolsillo del pueblo conduce a la pérdida de legitimidad, primero, y finalmente a la licuación del poder político. Y todo para nada, porque tampoco nunca se logra así el saneamiento de la macro: la poda de ingresos resiente el consumo, y con ello la producción, el empleo y, fundamentalmente, la recaudación, con lo que aquello que se ahorra en recorte de gasto se pierde por el lado de los ingresos.
Por supuesto que hay diferencias entre los citados: Dilma creyó que cediendo un poco conseguiría aire de los sectores que ya venían acosándola desde antes de copiarles receta, Lenín buscó con su giro a la derecha ganar márgenes de acción respecto de la presencia siempre potente (y presuntamente condicionante) de su antecesor Rafael Correa (en vez de buscar superarlo) y Macri sólo está haciendo lo que siempre se propuso, apenas acelerado a partir de que debió acudir al FMI cuando se le empezó a incendiar el rancho (aunque para ganar hace cuatro años necesitó prometer un poco de bienestar). Pero estas derivas no distinguen según color de camiseta.

A quince días de la hora de las urnas, y aunque como dice el propio Alberto Fernández jamás conviene vender la piel del oso antes de cazarlo, lo cierto es que ya se discute más acerca del plan del eventual gobierno del candidato del Frente de Todos que el resultado del comicio. El vencedor de las PASO habla de la necesidad de reconstruir una alianza social entre trabajo y capital para que sea posible la recuperación, pues es vital comprometer a todos aquellos que cuenten con poder de veto de medidas que se tomen desde Balcarce 50. Si a la robustez política ya conseguida en el armado de la nueva coalición peronista le suma ese chasis, lo único que faltará para mejorar el presente es tener en claro que los hombres de negocios pueden y deben estar, siempre y cuando comprendan que no van a tener el timón como durante la administración CEO.

Si en algún momento se nubla el instinto de supervivencia que los llevó a abandonar a Macri, que además de salarios rompió empresas, que vayan a las páginas de Internacionales de los diarios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta hace muy poquito, era uno de los ESPERTpenticos ejemplos de modelo económico de país serio ...
( rápido de reflejos ya lo borró de la lista, ahora solo menciona a Chile y a Perú, a veces Colombia ) ( Mejor que toque madera )

Anónimo dijo...

Así en Ecuador como en Francia.
https://www.pagina12.com.ar/225153-lenin-moreno-cede-deroga-el-aumento-de-los-combustibles