8/21/2019

queda mucho por hacer - se viene la dendeveras ...

MACRI DESPUÉS DE LAS PASO ¿MODO CANDIDATO O MODO PRESIDENTE?

Por Arturo Laguado Duca
Investigador del Área Estado y Políticas Públicas



Las elecciones primarias realizadas el 11 de agosto cambiaron radicalmente el escenario político del país. Contra las predicciones de los encuestadores que, intencionadamente o no, daban una ventaja para la oposición que oscilaba entre el 1 y el 7 por ciento de los votos, la victoria del Frente de Todos fue contundente: alrededor de 15% a nivel nacional y una diferencia aún mayor en la decisiva Provincia de Buenos Aires.

La magnitud de la derrota dejó al oficialismo al borde del nocaut. El viernes anterior al fatídico domingo, el gobierno había difundido encuestas entre sus allegados en los mercados internacionales donde se pronosticaba una ajustada victoria de la oposición y, con ella, un escenario que lo dejaba muy bien posicionado para las elecciones generales de octubre, particularmente en segunda vuelta.

De la mano de estas encuestas, desde las filas del oficialismo se difundieron ampliamente indicadores que avalarían la alegría de los mercados ante estos pronósticos. El dólar, inestable en los últimos meses, bajó casi 2 pesos. El riesgo país descendió ligeramente y las acciones argentinas repuntaron. A pesar de lo contraintuitivo respecto a la sensación vivida en las calles, las filas de Juntos por el Cambio y sus aliados mediáticos y empresariales se ilusionaron con un empata técnico con gusta a victoria. Eso podría explicar, en parte, la reacción atolondrada del presidente Macri que salió a reconocer la derrota antes que los resultados oficiales se hicieran públicos.

Las ilusiones oficialistas de recuperar el apoyo masivo del electorado apalancado por una ilusoria recuperación económica, quedaron sepultadas. En su lugar, la derrota electoral y las reacciones intempestivas del elenco gobernante, aportaron una tremenda crisis de gobernabilidad..

En este nuevo escenario, la debilidad política del gobierno en una economía cuya profunda crisis se tornó inocultable, no deja espacio para un presidente/candidato cuya campaña se basa en atacar a la oposición -a cualquier oposición- con epítetos que descalifican al adversario como contrincante legítimo.

La gravedad de la situación económica impone un llamado al diálogo con los contradictores del modo presidente. En otras palabras, dejar el modo candidato y ponerse en el de un presidente responsable que afronta una importante crisis autogenerada. Dedicarse a pilotear la nave de la mejor manera posible para llegar a puerto y olvidar una muy improbable reelección. En resumen, priorizar al país sobre el capricho.

No parece, sin embargo, que esa sea la opción del presidente Macri. El discurso confrontativo que eligió dar el lunes siguiente, donde se acusó al pueblo argentino de irresponsable por preferir una propuesta electoral que llevaría al país al retorno del populismo, profundizó la fractura política y, lo que es peor, la inestabilidad económica. El resultado fue un nuevo salto en el precio del dólar que inmediatamente se trasladó a los precios y un incremento del riesgo país. Se sabría después que, esta nueva devaluación, fue consentida por el BCRA. ¿Se trató de un castigo a un electorado que se resistió a las políticas del gobierno de Cambiemos, una táctica de amedrentamiento para que el terror producido por el incremento del dólar hiciera reflexionar a los votantes.

En todo caso, a pesar del posterior discurso apaciguador de Macri -mientras una de las diputadas más mediáticas de la alianza gobernante atribuía la victoria del Frente de Todos al fraude y los narcotraficantes-, la batería de medidas contracíclicas tomadas apresuradamente, sin soporte financiero y con vigencia limitada a la fecha de un supuesto balotaje, muestra más intención de reconstruir la imagen presidencial que redireccionar el rumbo económico y político modo presidente. Es decir, el rol de candidato se sigue imponiendo al presidente.

La gravedad de la situación, sumada a la casi irremontable diferencia electoral, hubiera aconsejado que, por el bien de país, Macri optara por dedicarse a gobernar: llamar a colaborar a la oposición, diseñar un plan de transición o, al menos, acordar con ella y los diferentes sectores sociales unas medidas de emergencia. Hay sectores de su alianza política, que así lo reclaman; otros, en cambio, proponen un juego de todo o nada.

En este juego la apuesta es la supervivencia de la economía del país en una lógica perversa. Si Juntos por el Cambio, contra todos los pronósticos, logra dar vuelta la elección y continuar en el gobierno, la tremenda crisis fiscal que está generando será argumento suficiente para realizar el prometido ajuste. Si, por el contrario, no logra retener el poder, dejará armada una bomba difícil desactivar para su sucesor que se verá obligado a instrumentar o mantener políticas contracíclicas con un Estado desfinanciado.

Pero, lo más probable, es que las alternativas reales sean otras. La inestabilidad económica y la endeblez de los paliativos a la crisis de consumo que propone el gobierno, pueden no alcanzar para reconstruir un escenario de gobernabilidad. En ese caso, es posible que el presidente Macri no termine su período, sea por una renuncia anticipada dada por presión de los mercados y la deslegitimacion política y social o, peor aún, ante la eventualidad de un estallido social que haga implosionar al gobierno de Cambiemos.

De los tres escenarios planteados -un presidente que se centra en la superación de la crisis; de un candidato que renuncia anticipadamente en una transición ordenada o; de un estallido social que obligue a una desbandada- el primero es el más deseable y, también, el menos probable.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Brandoni un caso más de las psiquis devastadas por el macrismo; fenómeno que se observa del mismo modo en el video de Baby Etchecopar y el de Alfredo Casero, asimismo de los 20 que fueron a manifestar su apoyo a Macri el viernes pasado a Plaza de Mayo. Si el peronismo es un sentimiento, el macrismo es un tema para estudio de la psiquiatría.

Anónimo dijo...

Hay una banda de atorrantes " economistas ", autodefinidos como " anarcocapitalistas " y " miniarquistas " que recorren los lupanares y prostíbulos de la tele promocionados como " genios excéntricos " o " gente seria ", que quieren tomar por asalto el Banco Central y se autopostulan para el cargo con el único objetivo de hacerlo mierda ...
Milei ... Giacomini ... Espert ...
En fin en Argentina todo es posible ...
Hagámoslos mierda nosotros a ellos antes que tal tragedia ocurra

profemarcos dijo...

Brandoni, dirigente radical y diputado nacional por ese partido.
Luis Brandoni es un militante de la Unión Cívica Radical (UCR) y en los últimos años ha formado parte de dicho partido. En 1997 fue elegido Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires.

En 2005 integró la lista como candidato a Senador por la UCR por la Provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas. La fórmula obtuvo un 8,04 por ciento de los votos y logró el cuarto lugar, insuficiente para acceder a la banca.

En las elecciones a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires de 2007 secundó a Ricardo Alfonsín en la fórmula de la UCR como candidato a vicegobernador. Obtuvo el 5,06 por ciento de los votos.

No es ningún "alienado".