Nunca un gobierno tuvo tan poca capacidad de respuesta ante una crisis que avanza implacable. S贸lo discursos sobreactuados y la inefable cadena nacional de medios adictos. Poca cosa para la magnitud de la debacle que enfrentamos. Vean 馃憞https://t.co/tL8R0lGwuO— Artemio L贸pez (@Lupo55) 4 de marzo de 2019
DEPREFLACI脫N EN EL A脩O ELECTORAL
La macroeconom铆a tradicional plantea una disyuntiva entre empleo e inflaci贸n. De acuerdo a las teor铆as econ贸micas habituales, la pol铆tica econ贸mica puede estimular la creaci贸n de empleo, pero a costa de una mayor presi贸n alcista en los precios. La alternativa ser铆a priorizar la estabilizaci贸n de los precios, pero a costa de una menor actividad econ贸mica y empleo. Sin embargo, a m谩s de tres a帽os de aplicaci贸n del programa econ贸mico liberal y a cuatro meses de implementarse el experimento ultramonetarista de cero crecimiento de la base monetaria, la econom铆a argentina se hunde en la peor combinaci贸n posible: una brutal ca铆da de la actividad econ贸mica y el empleo, acompa帽ada de una inflaci贸n fuera de control.
La combinaci贸n de depresi贸n en la actividad econ贸mica con una inflaci贸n en ascenso se denomina t茅cnicamente como “depreflaci贸n”, un t茅rmino de escasa difusi贸n entre los economistas que, como m谩ximo, aceptaban hasta ahora la estanflaci贸n (estancamiento productivo con inflaci贸n). La depreflaci贸n argentina es el resultado directo de la aplicaci贸n del programa econ贸mico impuesto por el FMI a cambio de d贸lares frescos que eviten la cesaci贸n de pagos de las deudas antes de las elecciones de octubre.
La imposici贸n de una pol铆tica de d贸lar flexible, eufemismo con el que se promovi贸 la 煤ltima megadevaluaci贸n, acelera la suba de los precios. Esa inflaci贸n es el instrumento deliberadamente promovido para contraer los ingresos reales de la poblaci贸n y, de esa manera, reducir la demanda de d贸lares por la v铆a de la recesi贸n econ贸mica. La menor producci贸n reduce las importaciones de insumos y, al desalentar la inversi贸n, contrae la compra de medios de producci贸n importados; la merma de los ingresos de la poblaci贸n reduce las importaciones de bienes de consumo y el turismo en el exterior; y la menor capacidad de ahorro pincha la demanda minorista de d贸lares. En paralelo, el ajuste de los gastos p煤blicos por debajo de la evoluci贸n de los precios (y de la recaudaci贸n nominal) promueve la reducci贸n del d茅ficit fiscal primario, mientras profundiza la ca铆da de la actividad econ贸mica.
La consecuencia es un derrumbe de la actividad productiva acompa帽ada por una exacerbaci贸n del proceso inflacionario. Algo habitual en la triste historia econ贸mica argentina de crisis externas pero que la mayor parte de los economistas del gobierno (incluyendo all铆 a los del FMI) desconocen por su d茅bil formaci贸n, muy dependiente intelectualmente de corrientes te贸ricas de los pa铆ses centrales y con una grave ignorancia del pensamiento econ贸mico nacional y latinoamericano. Tal vez, el fracaso del experimento ultramonetarista lleve a muchos economistas a arrojar a la basura los libros de Milton Friedman mitigando la crisis social provocada por los mismos, al alimentar los carros de quienes, al perder el empleo, deben procurarse un sustento juntando papel y cart贸n. [...]
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