12/11/2018

el neoliberalismo es un tigre de bengala ...



· Cerrando 2018, se confirma que estamos en presencia del año que cerrará con una mayor inflación desde 1992. 
· La aceleración de precios que comenzó con las fuertes subas de tarifas de servicios público en el primer trimestre, se difundió rápidamente al resto de bienes y servicios de la economía. 
· Actualmente ya no se trata de un fenómeno focalizado a bienes y servicios regulados. La inercia inflacionaria se transmitió al resto de ítems, incluso aquellos con mayor elasticidad-precio. · Claro que, además de las consecuencias macroeconómicas negativas de la volatilidad de precios, la misma tiene impactos distributivos. 
· En un contexto tan amplia separación entre precios y salarios, la caída de poder adquisitivo es cuantiosa y asimétrica en su impacto sobre diferentes segmentos socioeconómicos. 
· En ese marco, de cara a la temporada estival, comienzan a ganar peso específico los bienes y servicios relativos a las vacaciones de verano al interior del país. 
· A los incrementos habituales por factores estacionales, se agrega la postergada restitución de márgenes de ganancia, donde los empresarios intentan recuperar parte de terreno perdido, en un contexto de fuerte retracción de la demanda. 
· Así, paquetes turísticos, servicios de transporte, hoteles, restaurantes y servicios culturales, comienzan a verifica un proceso de remarcación crecientes. 

· Los resultados marcan una reducción en la ocupación hotelera de 2 puntos porcentuales respecto al año pasado. Esta merma trepa a los 15 puntos porcentuales, en la comparativa con 2015. 
· Así, casi el 13% de los establecimientos hoteleros cerraron o piensan hacerlo. Adicionando aquellos que decidieron abrir sólo en temporada, se llega al 50% del total de hoteles encuestados. 
· Los aumentos en los combustibles son uno de los factores que más incide en el aumento de la canasta vacacional. Sólo en un año, se registran incrementos promedio en la nafta de casi 80%. 
· En cuanto a los rubros de entretenimiento, se registran alzas pronunciadas respecto al año pasado. por caso, el costo de una salida al cine en la ciudad de buenos aires subió 54%, una salida con cena aumentó 54% y el teatro se encareció 48%. 

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· En una apertura por segmento de poder adquisitivo, se advierte que las canastas de vacaciones más austeras son las que más aumentaron. En números, la configuración de tipo “premiun” muestra un avance del 170,5% en tres años. Por su parte, la canasta vacacional “selectiva” aumentó 177,4%, mientras que la “gasolera” fue la que más se encareció, un 179,8% promedio. 
· Lo anterior, implica consecuencias directas sobre la capacidad financiera de los sectores medios de poder llevar a cabo las vacaciones. Por caso, mientras que en 2015 una canasta vacacional estándar equivalía al 102% de un salario promedio, en 2016 esta cifra escaló a 111%, y en la actualidad ya trepó al 132%. 
· Con todo, del relevamiento de precios realizado surge que la canasta turística presenta un incremento promedio del 55% en diciembre de 2018, respecto al mismo mes del año pasado.

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