11/19/2018

el gigante : "dicen que hay algo que tener y no muchos tenemos ..."



Un 19 de noviembre del año 2006 , hacen hoy 12 años , fallecía Saúl Ubaldini. 

El retorno a la democracia tiene en Raúl Alfonsín su figura emblemática , en especial para los segmentos medios metropolitanos y con justicia se lo recuerda como artífice de aquellos años inaugurales del ciclo democrático que hoy se desarrolla y que a las libertades formales agrega justicia social con economía libre de tutela y soberanía política a partir de mayo de 2003 con la inauguración del ciclo de peronismo en su fase kirchnerista.

Para con Saúl Ubaldini, su figura, talento y lucha, no se ha todavía hecho justicia a la hora de pensar las condiciones del retorno a la democracia en el país. En general los sindicalistas tienen mala prensa en el país y Saúl no es la excepción, aunque es muy lamentable que las organizaciones gremiales aún hoy no se hagan oirde manera potente a la hora de reivindicar su figura.

Las muchas virtudes y pocos defectos que se le señalan como sindicalista no parecen sin embargo ser el vértice a la hora de observar en perspectiva histórica su figura. Nos acercamos a las tres décadas de democracia y hoy se conmemora un nuevo aniversario de las jornadas antidictatoriales de 1982.

Un mérito adicional poco observado de la figura de Saúl Ubaldini es que en base a su indiscutido liderazgo el peronismo suturó ya en los tempranos ochenta , la fisura que se abrió entre militancia juvenil y organizaciones gremiales, en la escala que era posible en aquellos años ochenta, distinta a la masividad los tempranos años setenta .

Hay que decir ahora clara y firmemente que la lucha contra la dictadura tuvo en Saúl un referente de una centralidad insoslayable. Desde la entrañable “CGT Brasil”, que condujo con gran inteligencia y carisma, Ubaldini dejó marcas claves en la recuperación democrática.

Recordamos aquel 7 de noviembre de 1981, cuando la manifestación por las calles del barrio de Liniers culminó con un acto de más de 10.000 personas frente a la iglesia de San Cayetano, y se constituyó en la primera manifestación masiva en contra de la dictadura. El punto de mayor volumen de aquellas marchas de resistencia y lucha fue el 30 de marzo de 1982, cuando, junto a la muy tardía aparición de la"multipartidaria" , Ubaldini fue principal protagonista de la manifestación a Plaza de Mayo, duramente reprimida, que sin embargo abrió las compuertas del derrumbe definitivo del régimen militar.

Lo llenó de paros a Alfonsín, le metió trece y con toda razón. Mandó a Don Raúl "a escuchar el tango Acquaforte" en especial aquella estrofa ya memorable: "Un viejo verde que gasta su dinero, emborrachando a Lulú con su champagne, hoy le negó el aumento a un pobre obrero, que le pidió un pedazo más de pan”.

Saúl Ubaldini fue rigurosamente un para avalanchas frente al desembarco neoliberal en democracia que requirió el apartamiento de Bernardo Grispún del Ministerio de Economía y la llegada del ministro Juan Vital Sorrouille y su equipo de tecnócratas .

Los desastrosos resultados de gestión del equipo económico liberal alfonsinista, precipitaron la llegada del gobierno peronista del "renovador" Carlos Saúl Menem, que lejos de apartarse - como prometió durante su campaña electoral - , profundizó el modelo neoliberal en democracia a partir del año 1989.

A pesar del enfrentamiento con Alfonsín, Ubaldini , no dudó en ponerle el pecho a las balas del intento desestabilizador de Semana Santa y apoyó al presidente, cuando el golpista Aldo Rico, se alzaba en armas en campo de mayo, exigiendo una "solución política", o sea, un indulto generalizado para los asesinos del proceso militar, que el radical Alfonsín no concedió y sí decretó luego el peronista Menem.

Lo recuerdo al cervecero aquella tarde de intentos golpistas, al bajar del coche que lo trasladó de la CGT a casa de gobierno a bancar al presidente constitucional, apoyado en los hombros de un  entonces "combativo" Pedraza, que sostenía al gran Ubaldini. 

Lo conocí personalmente aquella tarde y me quede duro , me aplastó ver al gigante, pero Saúl ya estaba duro mucho antes.





Lo ví por última vez, pocos meses antes de su muerte, en el bar de Humahuaca y Medrano, en la esquina del sindicato de Cerveceros. Estaba solo, lo saludé con admiración recargada y tomamos una copa de vino tinto y "de la casa" que Saúl me sirvió desde el pingüino (!) marrón que engalanaba la mesita del fondín.

Hablamos de la vida, en particular le interesaron las cosas que conté de mi ovejero Igor (un recuerdo para él) , o sea, hablamos de lo que hay que hablar. Un mundo de tentaciones, bueno, malo, masomenos ... ¡¡Saúl querido, el pueblo está contigo!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las fotos que más atesoro en mi vida es en la que estoy con Saúl en el Cine teatro de Rawson cuando en el 84 anduvo por la Patagonia. Mi mas profundo respeto al compañero. Oscar Borrajo

DJAVÚ dijo...

Gracias por acordarte de lo importante Artemio...✌️😉🇦🇷🇦🇷

Anónimo dijo...

Un ejemplo e inspiración par esta hora !
Siempre Presente !
¡Saúl querido, el pueblo está contigo!