Más allá del último paro convocado por las centrales opositoras, desde el Ministerio de Trabajo afirman que la conflictividad disminuyó entre enero y mayo debido a que la mayoría de las demandas se resolvieron a través de las paritarias.
Producción: Tomás Lukin
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Por Agustín Pineau * y Ricardo Spaltenberg **
La disminución de la conflictividad laboral durante los primeros cinco meses del año refleja la canalización de las demandas salariales a través de la negociación colectiva en la mayoría de los sindicatos. La dialéctica entre conflicto y negociación que marcó la recuperación y activación de las instituciones laborales dentro del nuevo modelo productivo, promovió el crecimiento de la participación de los asalariados en la distribución del ingreso. De cara hacia el pasado reciente, esta tendencia marca un eje de maduración y consolidación de la acción sindical que contrastó con la convocatoria de las centrales opositoras y de algunos grandes sindicatos del transporte a una huelga general el 9 de junio. Las diferencias marcadas por este contraste generan interrogantes sobre el protagonismo social y político de los sindicatos de cara al futuro.
Durante el mes de mayo se observó un marcado descenso en la cantidad de conflictos, tanto en relación con el mes de abril como respecto del promedio de los valores registrados durante el período 2006-2014. La evolución anual de las jornadas individuales no trabajadas en los primeros cinco meses del año ilustra esta caracterización: los valores del 2015 fueron inferiores a los de cinco años del decenio, similares a los del 2007, y en sólo tres años la conflictividad laboral fue menor.
El contraste más fuerte se dio en el ámbito estatal, donde se insertan laboralmente menos de la tercera parte de los asalariados formales pero donde se registran recurrentemente niveles de conflictividad más altos que en el sector privado. Sin embargo, durante el transcurso de 2015 los conflictos que protagonizaron los trabajadores docentes, de la salud y de la administración pública en una gran cantidad de distritos provinciales y municipales, tuvieron esta vez una expresión moderada.
También en el ámbito privado la conflictividad laboral fue menor. El hecho es que durante los primeros cinco meses del año una gran cantidad de los trabajadores formales del ámbito privado y estatal acordaron pautas salariales por medio de negociaciones paritarias con menores niveles de conflictividad que en períodos previos. Entre los conflictos de gran impacto del ámbito privado se destacaron este año: el paro de más de tres días realizado por los empleados bancarios y el de veinte días impulsado por los trabajadores aceiteros, que expresaron la insatisfacción de trabajadores con ingresos superiores al promedio de los asalariados formales. Pero finalmente en esos sectores se llegó a acuerdos vía negociación colectiva.
Estos datos contrastan con el imaginario clima de zozobra que se alimentó sobre el tema, apelando a un enorme volumen de información sobre conflictos en los que se auguran efectos catastróficos, y en realidad concluyen mayormente sin llegar a la huelga. En este clima se inscribió un conflicto de relevancia: el 31 de marzo los gremios de transporte realizaron un paro reclamando centralmente por la situación del 10 por ciento de los trabajadores de ingresos más altos. En esta oportunidad contaron con la adhesión de las centrales sindicales opositoras al Gobierno Nacional, lo que marca una diferencia importante respecto de la huelga impulsadas por esas centrales el 9 de junio cuando, a la inversa, fueron algunos gremios del transporte los que adhirieron a sus convocatorias.
El alineamiento de varios de los dirigentes de las principales centrales opositoras con partidos y coaliciones electorales cuyas posiciones no parecen cercanas a los intereses de los trabajadores, y en los que se llega a cuestionar la utilidad de la negociación colectiva, genera interrogantes sobre estrategias políticas. En especial sobre las que apuntan a desmontar el andamiaje de derechos laborales construidos en la última década para revertir la individualización de las relaciones laborales imperante a fines del siglo pasado.
* Politólogo - Ministerio de Trabajo.
** Sociólogo - Ministerio de Trabajo.
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