El video de apertura muestra la utopía kirchnerista bajo el régimen de futuro anterior y el siguiente informe del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social tiene como objetivo realizar un análisis sintético del comportamiento del mercado de trabajo en el segundo y tercer trimestre de 2014. Como para no darle tanto al biribiri , Badiou todo bien, pero un datito cada tanto ...
Arranquemos, pué. Como es de público conocimiento, durante este año, se ha verificado un cambio de tendencia en la evolución de los principales indicadores laborales, a este hecho se le suma una serie de cambios metodológicos introducidos en la Encuesta Permanente de Hogares que complican la medición precisa de la variación de la mayoría de las categorías laborales durante esta fase.
Con el propósito de profundizar el
diagnóstico y mejorar la interpretación y difusión de la coyuntura laboral se
presentan dos secciones: en la primera se analiza la evolución reciente de la
situación laboral, y en la segunda, se puntualizan una serie de aspectos que
permiten contextualizar la tendencia declinante de los indicadores laborales en
los últimos dos trimestres.
Diagnóstico de la coyuntura laboral
1. Previo al análisis de la evolución de la situación laboral, es importante considerar que la fuente de información de donde surge la mayoría de los indicadores que dan cuenta del comportamiento del mercado de trabajo – la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) – ha sufrido una serie de cambios metodológicos que condicionan la comparabilidad de los datos con respecto a los resultados de años anteriores[1]. En este sentido, se ha podido constatar que los cambios aplicados a la EPH alteran, en cierto modo, la magnitud de la variación de los indicadores[2], pero no afectan la verosimilitud de las tendencias que muestra la información relevada por la fuente en cuestión.
2. De este modo, la identificación de los sesgos que producen los cambios metodológicos no son especialmente relevantes para el diagnóstico general del mercado de trabajo, sino para matizar en cierto grado las variaciones negativas de la mayoría de los indicadores que se utilizan para tal fin. La importancia de todo esto radica en que, en la actualidad, los indicadores muestran un diagnóstico mucho más pesimista si los datos no son corregidos con los criterios planteados por el propio INDEC. Este es un hecho que ha sido, hasta el momento, soslayado por los medios de comunicación y por muchos especialistas que participan activamente en el debate laboral.
3. Así, considerando únicamente los datos corregidos se advierte una dinámica laboral claramente contractiva en el tercer trimestre de 2014 (último período relevado), que continúa el comportamiento verificado ya en el segundo trimestre. En la comparación interanual, se verificó por primera vez una caída combinada de las tasas de actividad y de empleo, con un sensible crecimiento de la tasa de desocupación. Se podría afirmar que la desaceleración de la actividad económica verificada durante el último año (el PIB cayó un 0,2% entre los meses de septiembre de 2013 y 2014) repercutió en el mercado laboral a través de una caída en el número de ocupados (el que cayó 1,2%, lo que representa la pérdida de 128 mil puestos) que produjo un incremento de la tasa de desocupación, a pesar de observarse una retracción de la cantidad de personas que participan en el mercado de trabajo (-60 mil).
Tabla Nº 1 | Evolución
de las tasas de actividad, empleo y desempleo. Terceros trimestres de 2013 y
2014. 31 aglomerados urbanos relevados. Tasas sin corregir y tasas corregidas.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
4. La caída de la tasa de empleo en el tercer trimestre de 2014 es la más importante desde el año 2003, incluso alcanza a duplicar la contracción observada en 2009, durante la crisis desatada por el quiebre del sistema financiero en los países desarrollados. Una interpretación plausible de los determinantes que explican la destrucción de puestos de trabajo en el último año, es que en este caso, la desaceleración de la actividad y cierta reducción de los niveles de consumo terminaron afectando la sustentabilidad económica de establecimientos productivos de baja capacidad de acumulación y rentabilidad, muchos de ellos en situación de informalidad parcial o total. Esto dio lugar a que, mientras las empresas formales más productivas lograron sostener sus volúmenes de producción y empleo, las microempresas mayormente informales destruyeron puestos de trabajo.
5. Esta situación se verifica a partir del análisis de la evolución del empleo de acuerdo a la categoría ocupacional y la situación registral, entre los segundos trimestres de 2013 y 2014[3]. La caída de la población ocupada se explica, fundamentalmente, por la contracción de los asalariados no registrados (caen un 5%) y de los empleadores (-16%). En cambio, los asalariados registrados muestran un leve crecimiento (+1%) y los trabajadores por cuenta propia se mantienen sin cambios.
Grafico Nº 1 |
Variación interanual de la población ocupada según
categoría ocupacional. Período II-13 / II-14.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
6. La fuerte contracción observada en la categoría ocupacional “patrones” podría explicarse a partir del comportamiento de los microestablecimientos, es decir, empleadores con unos pocos trabajadores en relación de dependencia. Este comportamiento obedecería a la decisión de los propios patrones de desvincular a la totalidad de sus asalariados dependientes, lo que implica pasar de la categoría empleador a la de trabajo por cuenta propia. Adicionalmente, es esperable que la mayoría de los asalariados dependientes de estos empleadores no estuvieran registrados (la tasa de no registro en los establecimientos de menos de 5 trabajadores es mayor al 70%) con lo que este comportamiento resulta consistente con la contracción observada entre los asalariados informales.
7. La diferencia observada en la dinámica del empleo asalariado registrado y no registrado se confirma con otras fuentes de información. La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) y los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran que durante el período comprendido entre los segundos trimestres de 2013 y 2014, la cantidad de puestos de trabajo formales tanto de empresas privadas como del total de la economía (incluyendo al sector público) no se reduce en ningún caso.
8. La contracción del empleo no registrado y de los empleadores es consistente con la información existente sobre la evolución del empleo según tamaño de establecimiento, la cual muestra que son sólo las pequeñas unidades productivas (hasta 5 trabajadores), las que expulsaron puestos de trabajo en el segundo trimestre de 2014 (-4%). Así, se podría llegar a la conclusión de que es precisamente el sector de pequeñas empresas, mayormente informal, el que se encuentra protagonizando la destrucción de puestos de trabajo. A diferencia, de las empresas más grandes, generalmente pertenecientes al sector formal de la economía, que incluso expandieron las dotaciones de personal (+4%).
Grafico Nº 2 |
Variación interanual de la población ocupada según tamaño
de establecimiento. Período II-13 / II-14.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
9. Por lo tanto, se podría afirmar que el mercado de trabajo durante el último año presenta una dinámica “dual”. Mientras que las microempresas, muchas de ellas informales, contraen el nivel de empleo, reduciendo el trabajo no registrado, las unidades productivas más grandes sostienen sus dotaciones de personal, contribuyendo a mantener constante el número de asalariados registrados.
10. Desde el punto de vista de los efectos de esta dinámica en la población ocupada, se advierte que la pérdida de empleos se concentró entre los trabajadores que, en general, contribuyen en forma secundaria o marginal al ingreso de los hogares (hijos y otros componentes del hogar). En cambio, los trabajadores que solventan la mayor parte del presupuesto familiar, en general jefes de hogar y cónyuges, lograron mantener el nivel de ocupación durante el período estudiado. En efecto, al analizar la variación interanual de la tasa de empleo según posición en el hogar, se advierte que este indicador cae sólo para el segmento de los hijos y para el resto de los componentes del hogar (-0,9 y -2,3 puntos porcentuales respectivamente).
Grafico Nº 3 |
Variación interanual de la tasa de empleo según posición
en el hogar. Período II-13 / II-14. En puntos porcentuales.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
11. Una situación similar a lo que sucede con el empleo, ocurre con la tasa de actividad. Los grupos poblacionales que explican la caída de la participación de las personas en el mercado de trabajo en el último año, no son jefes de hogar o cónyuges, sino los hijos y otros componentes del hogar, que habitualmente no tienen un rol central en el aporte a los ingresos de las familias. Mientras que la tasa de actividad apenas crece entre jefes y cónyuges, el mismo indicador cae entre 1 y 2 puntos porcentuales para hijos y otros miembros del hogar.
Grafico Nº 4 |
Variación interanual de la tasa de actividad según posición
en el hogar. Período II-13 / II-14. En puntos porcentuales.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
12. Por otro lado, se puede afirmar que la caída del nivel de empleo (y el consecuente aumento de la desocupación) observada entre los segundos trimestres de 2013 y 2014 no afectó, significativamente, al total de los ingresos de los hogares. Dicho ingreso creció, en términos nominales, un 31%, un valor similar al incremento de los precios durante el período analizado.
13. En particular, los ingresos laborales crecieron un 30%, un aumento equivalente a los salarios de los trabajadores en relación dependencia. Este dato implica que la contracción del número de ocupados tuvo un impacto limitado en los ingresos laborales totales. Posiblemente, esto se deba, entre otros factores, al hecho de que la contracción del empleo pareciera estar limitada a los trabajadores secundarios desde el punto de vista del aporte al presupuesto familiar (el aporte de estos trabajadores representa el 20% de los ingresos familiares).
14. Sin embargo, cuando se analiza la variación de los ingresos de los hogares según quintil del ingreso familiar se advierte una situación más compleja. Si bien entre el segundo y quinto quintil, los ingresos de los hogares crecieron en una magnitud similar al aumento de los precios (alrededor del 30%), en el primer quintil, es decir en el 20% de las familias más pobres, se produjo cierta pérdida del poder adquisitivo. Incluso, de no ser por las transferencias económicas que brinda el Sistema de Protección Social a través de las jubilaciones, AUH y otras, sus ingresos reales hubiesen caído aún más. Considerando la totalidad de los ingresos de los hogares del primer quintil (tanto laborales, como no laborales) el incremento nominal fue del 26%, 4 puntos de esta variación se debe incremento de los ingresos por transferencias del Sistema de Protección Social.
Tabla Nº 2 | Variación
del ingreso medio familiar según quintil de ingreso familiar. Período II-13 /
II-14.
Fuente: MTEySS, en base a datos de
EPH-INDEC.
[1]
Los cambios realizados según el propio INDEC son los siguientes:
1) La
estructura poblacional que surge del CNPHyV 2010 resultó diferente a la
proyección estimada con los resultados del CNPHyV 2001. La diferencia más
relevante radica en que con la nueva proyección se observa un mayor peso
relativo de la población de 0 a 14 años. Esto afecta directamente el cálculo de
las tasas de actividad y empleo que se calculan sobre la población total.
2) Se
modificaron los límites geográficos de los aglomerados donde se releva la
Encuesta Permanente de Hogares, por lo que los espacios geográficos relevados
no son estrictamente iguales a las anteriores, en la medida que se incorpora
población antes no relevada.
3) Se
redefinió de manera integral la muestra de hogares de la que se seleccionan las
viviendas a encuestar. Este proceso se hizo en etapas, contándose a partir del
primer trimestre de 2014 con una muestra totalmente nueva.
[2]
Se ha realizado un análisis de la variación de los principales indicadores
considerando únicamente los mismos hogares y la misma representación muestral
(a través de datos de panel), con el propósito de aislar los efectos de los
cambios metodológicos introducidos. El resultado del ejercicio fue que la
evolución de los indicadores (tasas de actividad, empleo y desempleo) presentan
la misma tendencia que muestran los indicadores (corregidos) publicados por el
INDEC.
[3]
Todos los datos que suponen
una apertura mayor de la información de acuerdo a las diversas categorías
(sexo, edad, categoría ocupacional, registración, etc.) corresponden a los
segundos trimestre de 2013 y 2014, es decir a las últimas bases de datos
disponibles de la EPH.
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