Polarización para profundizar parece ser la dinámica que domina el desarrollo electoral en la región exitoso para los oficialismos popular-democráticos que sin excepciones renuevan sus mandatos.
Y lo será en el país si lo que se busca es dar continuidad al modelo iniciado en mayo del año 2003.
Leemos en Nestornautas una reflexión sobre los últimos resultados electorales en la región bajo la dinámica de polarización para profundizar:
Las elecciones en Uruguay y Brasil cerraron el ciclo abierto con las anteriores en Chile y Bolivia, y arrojan algunas puntas de utilidad para el análisis de lo que pueda pasar acá en la renovación presidencial del año próximo; con la obvia salvedad de las diferencias que existen entre cada país: diferentes tradiciones políticas arraigadas, diferentes configuraciones de los sistemas de partidos y hasta diferentes reglas constitucionales para acceder al poder; que influyen también en la oferta electoral, y en las opciones de los votantes.
Tanto en Brasil como en Uruguay las campañas electorales se dieron en un contexto de altísima polarización (mas acentuado en el caso brasileño), y con un clima que aquí sería catalogado sin dudar de "crispación"; y en ambos casos los oficialismos que ponían en juego su permanencia en el gobierno no vacilaron en apelar a lo que acá los medios opositores denominaron (aplicado al caso argentino) "estrategia del miedo": poner el acento en los riesgos que correrían los avances sociales de los últimos años, en caso de un cambio de signo político. Y la "grieta" persiste aun después de conocidos los resultados, como bien apunta acá Baleno para el caso uruguayo.
Lo que causó el horror de los que hasta ayer nomás, nos ponían a ambos países como el modelo a seguir, y hoy ensayan piruetas dialécticas varias como hablar de "la peronización del PT y la argentinización de Brasil". Para peor, el PT brasileño toma nota del tremendo poder de fuego político de los medios concentrados (que apostaron con todo en su contra en la elección), y anuncia la discusión de una ley de medios para desmonopolizar el mercado de la comunicación audiovisual: "¿Qué te pasa, O Globo?" (a propósito de los recordatorios de Néstor Kirchner), o algo por el estilo.
El brusco giro de nuestros medios hegemónicos en la lectura de la situación en Uruguay o Brasil tiene que ver con una circunstancia bien precisa: los gobiernos del PT o el FA eran elogiados acá por sus políticas "market friendly", pero bastó que la derecha viera cercana la posibilidad (o así lo creyera, al menos) de un gobierno de los "propios", para que ya no le interesara hacerle márketing a los "amistosos".
Al igual que en la Argentina, en Brasil el gobierno atravesaba problemas y dificultades objetivas que proveían una plataforma social para que ocurriera un cambio político, que sin embargo no se produjo. Y allí donde esas dificultades eran en apariencia menores (como en Uruguay, que aunque moderamente sigue creciendo), la derecha retrocedió varios casilleros en su perfomance, comparada con elecciones anteriores.
Lo que supone que esa derecha no pudo disuadir los miedos del electorado (en ambos casos) a que -de llegar al gobierno- instrumentaría cambios bruscos que significaran un retroceso en los derechos adquiridos por vastos sectores en los últimos años; desde la cobertura social o asistencial (caso del plan "Bolsa Familia" en Brasil), hasta los "cambios culturales" (casos de la despenalización del consumo de marihuana, o el rechazo a la baja de la imputabilidad penal de los menores, en Uruguay).
Los gobierno que acaban de ser revalidados en las urnas en Brasil y en Uruguay afrontan los mismos desafíos que se le presentan aquí al kirchnerismo, hasta el fin del mandato de Cristina y más allá: como conjugar la defensa de los logros alcanzados en estos años con la necesaria profundización de sus programas, en busca de las cuestiones pendientes; incluso lo que se suelen denominar "reformas de segunda generación"; que den respuestas adecuadas a las nuevas demandas que los propios procesos de crecimiento económico con inclusión social, generan entre sus beneficiarios...
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