10/08/2014

volver a lula - el precio de la ortodoxia -



Las elecciones de primera vuelta en Brasil ofrecen en general un pronóstico de final abierto, la diferencia entre Rousseff y Neves , equivalente a la mitad de la obtenida por el PT en 2010 no permite establecer pronósticos ciertos, más allá del deseo de que gane Dilma.


Sin embargo, es interesante observar el comportamiento electoral en regiones claves del mapa industrial de Brasil , zonas de segmentos medios y de los mayores niveles salariales respecto a la media nacional, para intentar aproximar una de las sin duda múltiples causas de la estrechez de la diferencia entre el oficialismo y la oposición en esta primera vuelta electoral .


El PT perdió la histórica hegemonía en el ABC paulista

Por primera vez desde el triunfo de Lula en el 2002, el PT pierde en su principal bastión obrero de la zona industrial de Brasil, el ABC paulista. En San Bernardo do Campo, donde Lula inició su carrera política como presidente del Sindicato de Metalúrgicos, el PT era hegemónico desde el 2002.

En su primer mandato, Lula había ganado con más del 60% de los votos en San Bernardo do Campo, alcanzando 230.368 votos, contra 72.780 del entonces candidato por el PSDB José Serra. En su reelección, en 2006 Lula mantuvo un margen elevado con el 51% de los votos en su bastión, contra el 40% de su opositor tucano Geraldo Alckmin (hoy reelecto gobernador de San Pablo).

En la primera elección de Dilma, en 2010, el PT mantuvo aún su hegemonía en San Bernardo do Campo aunque en términos más estrechos. La entonces candidata conquistó el 46% de los votos, contra el 32% de José Serra del PSDB.

Este año, Dilma y el PT alcanzaron un magro 32% contra el 36% de Aécio Neves, seguido por el 25% de Marina Silva.

El mismo curso se dio en Mauá, en la región metropolitana de San Pablo, donde el PT jamás había perdido antes, y esta vez quien salió victoriosa fue Marina Silva, con el 36%, Dilma el 30% seguida por Aécio con el 27%.

En Santo André, otra ciudad importante industrial del ABC paulista, el PT volvió a perder. El 57% de la primera elección de Lula, que en su reelección osciló hacia abajo, alcanzando el 42% contra el 48% del PSDB, había sido parcialmente recuperado por Dilma en el 2010, cuando alcanzó el 39% contra el 36 de José Serra. Y ahora la votación dio ganador al PSDB, con Aécio Neves llegando al 44%, contra el magro 25% de Dilma acompañada por Marina Silva con el 25%.

Del entorno de San Pablo la única ciudad importante de concentración obrera donde el PT mantuvo su hegemonia en estas elecciones fue Diadema, donde Dilma obtuvo el 42% de los votos, contra el 27% de Marina y el 25% de Aécio. Pero muy por debajo de los índices históricos de 60% desde la primera elección de Lula.

Fuerte cuestionamiento al PT en las concentraciones industriales del interior de San Pablo

En Campinas, otra importante ciudad obrera del Estado de San Pablo, la variación entre el PT y el PSDB siguió la misma lógica que en Santo André, con Lula venciendo en su primera elección, perdiendo en la reelección, que fue reconquistada por Dilma en su primera elección y ahora quedando en tercer lugar, con el 25%, contra 41% de Aécio Neves y el 26% de Marina Silva.

En Hortolandia y Sumaré, dos importantes ciudades industriales de la región metropolitana de Campinas, el PT mantuvo su histórico de victorias sobre el PSDB, pero visiblemente desgastado. En estas dos ciudades, el PT jamás había bajado del 50% de los votos, llegando a niveles superiores al 60% en la reeleción de Lula, en el 2014 sigue al frente pero con el 42% en Hortolandia y el 35% en Sumaré.

En Indaiatuba, región industrial en pleno desarrollo, también en la región de Campinas la derrota del PT fue muy fuerte, aunque históricamente el PT no hegemonizara la ciudad, que es un centro obrero reciente. Aécio venció con el 44%, y en segundo lugar quedó Marina, con el 25% y tercera Dilma, con el 24% de los votos, 20% atrás del candidato del PSDB.

También en las concentraciones obreras de Minas Gerais el PT pierde por primera vez

En Minas Gerais, la tendencia siguió siendo la misma, en líneas generales, que las expresadas en San Pablo, aunque hayan vencido a Aécio Neves en el Estado de conjunto, donde el candidato del PSDB hizo su carrera política y gobernó por dos mandatos.

A pesar de competir con un candidato mineiro del PSDB, que históricamente pesa en las urnas, el PT jamás había perdido en las ciudades de Belo Horizonte y Contagem, que forman parte de la región obrera de Minas Gerais. En Betim, otra importante ciudad obrera de la región, aunque el PT se haya mantenido al frente en estas elecciones, tuvo un desempeño más débil que en las tres elecciones anteriores.

En Belo Horizonte, Aécio venció con el 53%, contra el 25% de Dilma y el 16% de Marina. En Contagem el candidato del PSDB, también venció con el 39%, contra el 36% y el 20% de Dilma y Marina respectivamente. En Betim, donde Lula llegó a alcanzar el 60% en 2006, ahora el PT venció con el 43%, contra el 31 y el 21% de los candidatos del PSDB y del PSB, respectivamente.

La contratendencia sigue siendo el Norte-Nordeste

De las regiones de mayor concentración industrial del país, solo en las regiones del Norte y del Nordeste Dilma y el PT fueron hegemónicos en estas elecciones, repitiendo la tendencia de las elecciones anteriores. Dima venció en Manaus, Belém, Fortaleza, Salvador, Camaçari, y en muchos Estados venció en todas las ciudades, como en Amazonas y en Ceará.

Para complementar esta descripción del derrotero electoral menguante del PT en zonas de concentración obrera industrial, ya señalamos oportunamente en Ramble como problema en la relación bilateral el apego notable a las metas inflacionarias por parte de Dilma Rousseff . Leíamos al respecto

La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, señaló que la Argentina "está con veinte por ciento de inflación" anual, en respuesta a reclamos de sindicalistas que le pedían la adopción de medidas similares a la de su colega Cristina Fernández.

"Ustedes hablan de la Argentina, pero la Argentina está con 20 por ciento de inflación, mis amigos", dijo Rousseff en un encuentro con sindicalistas, de acuerdo con lo consignado por el diario O Estado de Sao Paulo.

Alfredo Zaiat analizaba hace un tiempo los efectos de la ortodoxia monetarista de Dilma , efectos que hoy nos sirven de contexto al observar el tipo de despliegue electoral del PT el pasado domingo:

El economista Miguel Bein ( uno de los asesores principales de Daniel Scioli) se pregunta en su último reporte “por qué una economía como la de Brasil, que viene haciendo ‘todo bien’ en términos de contener la tasa de inflación a partir de políticas prudentes monetarias y fiscales y que dejó deslizar el tipo de cambio 25 por ciento frente a la reversión de los capitales, evidencia un freno similar al de la economía argentina”. La respuesta se encuentra, precisamente, en las características de la elogiada política económica brasileña. Esta es una mezcla de ortodoxia, con Metas de Inflación orientadas desde el Banco Central, con heterodoxia conservadora, con medidas para evitar el supuesto recalentamiento por miedo a la inflación desde el Ministerio de Hacienda. Es un combo especial que provoca la aceptación del establishment de economistas, ortodoxos y parte de heterodoxos.

El último informe “Coyuntura y Desarrollo” de FIDE lo advierte y menciona el impacto adverso que viene teniendo para la economía argentina la desaceleración industrial de Brasil. Afirma, a la vez, que “no es menos grave la incidencia de las asimetrías evidentes que existen entre las políticas económicas” de ambos países. “No es una tarea sencilla, más allá de la evidente empatía que existe entre ambas presidentas, compatibilizar una gestión que prioriza el cumplimiento de las metas de inflación, al cual queda su-bordinado el crecimiento del PBI, con otra cuyo objetivo principal es el desarrollo productivo con equidad”, afirma el documento de FIDE, conducido por Héctor Valle.

Esa mezcla de ortodoxia y heterodoxia conservadora provocó que la economía brasileña comenzara a desacelerarse antes que el impacto pleno en el comercio internacional provocado por la profundización de la crisis europea. Eso sucedió porque cuando Brasil crecía a un ritmo del 7,5 por ciento anual en 2010 no fue la ortodoxia del Banco Central que propuso el freno, sino la heterodoxia de Hacienda. El argentino Eduardo Crespo, profesor universitario en Río de Janeiro, lo explicó en un reciente seminario del Cefid-Ar. “Brasil venía creciendo con tasas de interés muy altas, entonces recomendaron bajarla y devaluar el real. Pero hicieron la advertencia de que esa modificación de variables podía provocar un impacto en los precios, un golpe inflacionario. ¿Qué propusieron? 

Cambiar el ancla cambiaria por el ancla fiscal; frenar el gasto”, señaló. Para Crespo los efectos empezaron a verse reflejados antes de que aparecieran las primeras sombras de la crisis mundial en la región. “La causa del retroceso de los indicadores no fue la crisis, sino que la crisis fue la excusa para justificar el ahorro fiscal que impusieron. Son los responsables del estancamiento por sus propuestas de enfriamiento de la economía”, apunta. Para sugerir que “hay que tener cuidado con los amigos heterodoxos”.

El economista Matías Vernengo, profesor de la Universidad de Utah, también es crítico por el tipo de liderazgo económico que tiene Brasil en la región. Señala que en el contexto de la crisis internacional Brasil no ayuda mucho sino que, al contrario, tiene superávit comercial con la región. Lo mismo que sucede con Alemania, que es superavitaria con Grecia, y por ello es en gran medida responsable de los problemas de Europa. “Es contradictorio que una potencia hegemónica tenga superávit comercial con sus socios, además tampoco ofrece el financiamiento del Bndes para una política fuerte de inversiones en los países vecinos, ni está dispuesto a ceder mucho en las negociaciones comerciales”, concluye Vernengo.

En varios discursos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló para justificar el menor crecimiento de la economía que “el mundo se nos cayó encima” sin detallar el origen, dejando abierta la interpretación a que apuntaba a países europeos por sus insistentes comentarios a las medidas de ajuste recesivas aplicadas por esos gobiernos. Puede ser que sea por prudencia eludir mencionar la política económica del socio estratégico en la región, pero sería más preciso indicar que “Brasil se nos cayó encima” para encontrar una de las fuentes principales, no única, de la desaceleración del crecimiento de la economía local.



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