3/24/2014

opinión pública, el río zin y los gurúes



La presuntuosidad del conocimiento académico es ella misma un proyecto político. En el "alpargatas sí libros no" consigna emblemática del peronismo inaugural , luego revisada por Cooke en su contenido histórico-concreto, se oberva algo más que una consigna de coyuntura típica de mediados de siglo pasado. 

Hay ahí en rigor un señalamiento claro acerca de la inoperancia de la academia a la hora de intervenir sobre la realidad en un sentido de expandir las fronteras de la justicia y equidad distributiva, pero también justicia y derecho individual, ya que bien mirado el tema, es lo mismo.

De la presuntuosidad académica la de los economistas se destaca y en especial se empina en determinadas coyunturas socialmente críticas. Una gran conquista K fue resituar en medio de la megacrisis del 2003 el lugar de los gurúes, buena parte de ellos hacedores de la debacle, despojándolos de toda pretensión de saber y con él de guiar la acción política.

Sin embargo, como el río Zin en el desierto Israelì , el mismo que periódicamente renace de sus cenizas como se ve para regocijo de los lugareños y espanto del perro, los sabios una y otra vez vuelven con las mismas tres huevadas y grafiquitos, a su curso de ordenadores de vaya a saber qué, con conocimientos que adivinen ustedes quién les asignó.

Cuántos economistas junta ya Massita en su círculo íntimo sin ir más lejos? Y el motonauta? Se trata de transmitir POP, Power a la Opinión Pública que aún "cree" en el saber académico de estos cosos. Antikirchnerismo explícito, sueños de una noche de verano neoliberal, leemos?

El último libro del economista francés Thomas Piketty está siendo objeto de muchos comentarios: todavía hay esperanzas en la educación superior para los intelectuales serios y los académicos decentes. El libro, Capital in the Twenty-First Century [El capital en el siglo XXI] acaba de salir este mes y plantea graves cuestiones sobre el valor de la ciencia social académica dominante.

Piketty es bien conocido por tenerla tomada con la academia: la acusa de producir montañas de basura de escaso valor práctico para la sociedad y para las políticas públicas. Tras conseguir una sólida posición académica en el MIT a sus tempranos veinte a comienzos de los 90, decidió volver a Francia. Según cuenta él mismo, "no me parecía muy convincente el trabajo de los economistas estadounidenses". Sus colegas "andaban demasiado preocupados por ínfimos problemas matemáticos que sólo les interesaban a ellos". 

El consejo de Piketty a los académicos futuros: "empezad con cuestiones fundamentales y tratad de dar buena cuenta de ellas". Piketty ha seguido desde luego su propio consejo. Junto con su colega, el economista Emanuel Sáez, ha logrado la celebridad en los últimos años produciendo investigaciones que marcan un hito en el estudio de la desigualdad sin precedentes actualmente existente en los EEUU del incipiente siglo XXI. Analizando datos fiscales del IRS [siglas del Internal Revenue Service, el servicio de estudios de la Hacienda norteamericana; T.], Piketty y Sáez han demostrado que, a mitad de la primera década de este siglo, la desigualdad en los EEUU alcanzó cotas nunca vistas desde el comienzo de la Gran Depresión. El uno por ciento más rico de los norteamericanos –eso mostraban sus datos— se lleva una cuarta parte de todo el ingreso anual anterior a la recaudación fiscal.

Las conclusiones de Piketty y Sáez resultan demoledoras para los numerosos mandarines, columnistas y tertulianos que insisten machaconamente en que la desigualdad no es un problema grave en los EEUU de hoy, y que Norteamérica sigue siendo el "país de las oportunidades" para todos quienes estén "dispuestos a trabajar lo suficientemente duro". En realidad, los EEUU ostentan –sólo sobrepasados en eso por Canadá— la segunda más baja "tasa de fuga" de la pobreza de todos los países ricos, del primer mundo. 

Los norteamericanos se descubren trabajando más horas por menos salario y entre constantes incrementos generalizados del coste de la vida. La investigación de Piketty y Sáez abre también grandes boquetes en la inveterada conclusión –muy común entre los economistas— de que el neoliberalismo de "libre mercado" produce resultados óptimos para las masas norteamericanas. Si la desigualdad sigue creciendo en una era en la que los trabajadores se ven trabajando más y más horas, eso habla mal del potencial de movilidad económica ascendente.

Volviendo al asunto de la academia, Piketty tiene un arsenal de palabras poco amables para los académicos actuales: "Para decirlo llanamente, la disciplina de la teoría económica tiene todavía que superar su pueril pasión por las matemáticas y por la especulación puramente teórica, a menudo superlativamente ideológica y siempre a expensas de la investigación histórica y de la colaboración con otras ciencias sociales… Ser economista académico en Francia ofrece una gran ventaja: aquí los economistas no son demasiado respetados en el mundo académico e intelectual o entre las elites políticas y financieras. Están obligados a dejar de lado su desdén por otras disciplinas y esa absurda pretensión de mayor legitimidad científica a pesar de no saber casi nada de casi todo. 

Ese es en cualquier caso el encanto de la disciplina y de las otras ciencias sociales en general: uno empieza desde la casilla uno, de manera que alguna esperanza hay de hacer progresos substanciales… la verdad es que la teoría económica no debería haberse empeñado jamás en divorciarse de las otras ciencias sociales, porque sólo podrá progresar con ellas. 

Las ciencias sociales, todas ellas, saben demasiado poco como para perder el tiempo en necias rebatiñas sobre fronteras disciplinarias. Si tenemos que hacer progresos en nuestra comprensión de la dinámica histórica de la distribución de la riqueza y la estructura de las clases sociales, es obvio que tenemos que adoptar un enfoque pragmático y hacernos con los métodos de los historiadores, los sociólogos, los politólogos y también los economistas… Las disputas disciplinarias y las guerras de posición por lindes carecen de importancia."...

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