Acá habla Espinoza : Pip! pip! pip! pip!
Como buen guardián Abel le da cabida a este rosqueteo interno e infernal de cúpulas. Es sabido que nosotros desde la tendencia revolucionaria, siempre nos desentendimos de esta impostura y nuestro compromiso fue es y sigue siendo con "la clase trabajadora y el pueblo peronista", en especial claro, con los más humildes!!...pero bue...leamos:
Como buen guardián Abel le da cabida a este rosqueteo interno e infernal de cúpulas. Es sabido que nosotros desde la tendencia revolucionaria, siempre nos desentendimos de esta impostura y nuestro compromiso fue es y sigue siendo con "la clase trabajadora y el pueblo peronista", en especial claro, con los más humildes!!...pero bue...leamos:
Entonces, insisto: la pregunta interesante es por qué la Presidente  permite – su poder actual alcanza y sobra para demorar estas elecciones,  si quisiera – que se desarrolle una elección interna que dará control  de la “marca” PJ y legitimará liderazgos locales a través de una  movilización electoral – y en 23 municipios: José C. Paz, Luján,  Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Mercedes, San Fernando, San Miguel,  Ramallo, San Nicolás, San Pedro, Zárate, Almte. Brown, Magdalena, Pte.  Perón, Bragado, Gral. Viamonte, Junín, Gral. Alvarado, Pinamar, Rauch,  Bahía Blanca, Pellegrini, 25 de Mayo, con una elección entre varias  listas, unas cuantas abiertamente no K.
Además, esta ceremonia electoral pone a la cabeza del PJ bonaerense  al intendente de La Matanza. Que no es exactamente una tímida violeta.  En realidad, se autopromociona demasiado, para el gusto de los  cristinistas habituados al estilo vertical y radial de la conducción K.
El riesgo de perder la personería del partido es un motivo.  Ciertamente, le daría un empujón a la propaganda massista. Pero,  conociendo a los jueces argentinos, gente razonable, es difícil de creer  que sea el único motivo. Pienso que el factor importante, y “cargado de  futuro”, es una evaluación de la Presidente que ese estilo vertical y  radial ha cumplido su ciclo, por lo menos en los campos decisivos. Los  cambios en el gabinete nacional parecen señalar en esa dirección.
Otro aspecto que vale la pena tomar en cuenta, para evaluar estas elecciones, es el hecho que el massismo, cuyos voceros digitales han devaluado estas elecciones en  el “Partido Mausoleo”, y cuyos operadores judiciales han trabajado en  contra de su realización… no se abstiene de participar en ellas.  Atención: es cierto que dirigentes importantes, como Gabriel Katopodis,  de San Martín, han aceptado la indicación de Sergio Massa y no  participan. Pero, en la mejor tradición peronista, pocos quieren perder  una posible ventaja de la “marca” PJ, si pueden conseguirla, y listas  massistas participan en esta interna en José C. Paz, Malvinas  Argentinas, Mercedes, San Fernando, San Miguel y Junín con muy buenas  posibilidades de ganar. Y tienen inserción en listas en Marcos Paz,  Pilar, Bahía Blanca, Exaltación de la Cruz, San Pedro, Pte. Perón,  Pinamar… También hay una lista massista, por supuesto, en Alte. Brown,  pero ahí podrían perder. Lo que sería un golpe para Giustozzi. Ah, y  en San Isidro y en Tigre (Gianella se retiró) el massismo es la lista  única. Tampoco la pavada.
Ahora, quiero señalar lo que para mí es lo más importante: el cuadro  que se abre hacia el futuro. Y un tema en el que quiero insistir. El  Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires – el aparato  político más importante del país – estará conducido en toda su extensión  por una amplia mayoría de dirigentes territoriales definidos como  kirchneristas. Es decir, aceptarán la conducción de Cristina Fernández y  respaldarán su gobierno, más allá de diferencias y ambiciones  personales. Es una cualidad del peronismo, que hace a su condición de  partido de gobierno.
También, es necesario tener claro que esa definición tiene un límite  calendario: no más allá del 9/12/15. A partir del 10/12/15, serán  sciolistas, o coquistas o … Hasta pueden ser (vade retro!) massistas. Es  una cualidad del peronismo que le ha permitido sobrevivir como opción  de gobierno por siete décadas.
(Reconozco que esa cualidad puede ser vista también como una  falencia: nos ha impedido llevar a cabo la revolución intergaláctica que  otras fuerzas políticas, que siguen escrupulosamente el pensamiento de  León Trotsky o el de Friedrich Hayek, conducen).
De todos modos, así como hoy esa dirigencia territorial puede ser  definida en su mayoría como kirchnerista, habrá una minoría identificada  como massista. Es decir, que apoyará, al menos en principio, el  proyecto político de Sergio Massa. Nada siniestro en eso: así es la  democracia y sus reglas de juego.
En ese concepto, les propongo a los compañeros que piensen en una construcción faltante, y no sólo en Buenos Aires...
 
 
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