Ayer Cristina instaló la discusión, contra el parecer de los sabios, sobre la continuidad de las políticas pro consumo y criticó el efecto contractivo de los aumentos de tarifas y servicios en diversas gobernaciones e intendencias en especial en la que gestiona el menos eficiente de los siempre sospechados Barones Metropolitanos, Mauricio Macri.
El debate es pertinente sobre todo tras un año que cierra sin generación de nuevos puestos de trabajo como lo muestra el cuadro de apertura, y analizáramos en Ramble oportunamente acá y también aquí, menor inversión privada, como se analizara en ete post, en el marco de un crecimiento modesto de la economía , aunque no recesión como advirtieran todo el año gurúes sin votos, que para seguir sosteniendo sus pifias sugieren que en rigor recesión la hubo pero.... " bien medido" el PBI. En fin...
Las perspectivas de cara al año 2013, año electoral, deben pensarse sabiendo que el sostenimiento de los atributos de empleo y consumo serán finalmente los que -- junto a su notable núcleo duro de un tercio del padrón de votantes --, permitirán o no al oficialismo dar volumen electoral adicional , como ya lo hicieron en octubre, hasta constituírlo nuevamente en una primera fuerza electoral dominante, con el impacto parlamentario que supondría, en particular en la cámara baja y el clima de época que sobrevendría al cuasi plebiscito, como se analizará oportunamente aquí.
Al respecto, Zaiat replicó en un reciente editorial parte de un documento de la UNTREF que vale la pena reproducir ahora, para imaginar los caminos a transitar en este estratégico año, donde se pone a prueba la fortaleza electoral del proyecto iniciado en mayo de 2003 . Leemos:
El reciente informe del Observatorio de Coyuntura Económico de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) de balance 2012
aconseja que en el actual escenario económico “no corresponde retirar
los estímulos fiscales y monetarios a la demanda, tal como pregonan
muchos (economistas de la ortodoxia), porque profundizarían, ante el
deterioro del mercado interno, el impulso a ahorrar excedentes por parte
de los agentes económicos más concentrados”. Ante una demanda débil, el
excedente no se destinaría a la inversión sino al ahorro. Menciona que
si bien a lo largo de casi una década la tasa de inversión privada
promedio fue del 21,3 por ciento del PBI, financiada con reinversión de
utilidades, el año pasado “los agentes prefirieron priorizar su tasa de
ahorro que reinvertir los excedentes que obtienen”.
En ese contexto
adquiere relevancia las medidas de administración de divisas prohibiendo
el atesoramiento de dólares y la obligación del Banco Central a las
grandes entidades financieras de prestar a la producción.
Sin embargo, la reticencia inversora del sector privado explica
también “por qué el efecto multiplicador de los incentivos fiscales y
monetarios sobre el crecimiento económico se ha desacelerado respecto
del pasado”, indica el informe de la Untref. De acuerdo con las cifras
2012, si bien la tasa de variación de la expansión del gasto público fue
menor respecto de los dos años anteriores, su relación con el
crecimiento del PBI fue más elevada. Esto significa que fue necesario
más gasto público para lograr el aumento de un punto del Producto. O
sea, en el escenario económico de reticencia inversora, cada punto
incremental del gasto público tuvo un efecto menor en el aumento del PBI
respecto de los años anteriores. La misma dinámica registró la
expansión de la base monetaria.
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La posibilidad de ampliar la política fiscal y monetaria está
facilitada por el equilibrio del sector externo logrado con superávit de
la balanza comercial a partir de la política de administración de
importaciones, y con el freno a la fuga de capitales y al giro de
utilidades por el régimen de administración de divisas. “Las históricas
crisis recurrentes de la Argentina del largo período 1976-2001
mostraron, al igual que lo ocurrido en la actualidad en las económicas
más débiles de Europa, que el detonante de las mismas es la debilidad
externa y no la fiscal”, indican los economistas de la Universidad
Nacional de Tres del Febrero. Explican que una situación de
desequilibrio externo prolongada o aguda termina rompiendo la solvencia
fiscal por más sólida que ésta se presente.
A la inversa, un cuadro de
holgura externa otorga amplios márgenes de manejo fiscal, tanto en
tiempo como en cantidad. Y este último escenario es el más cercano al de
la economía argentina en la actualidad. Por ese motivo, el informe de
la Untref sugiere consolidar la solvencia del sector externo para
sostener políticas fiscales y monetarias expansivas de estímulo a la
demanda hasta quebrar el límite estructural de la insuficiencia de
oferta. Concluyen entonces que esto implica que mientras el ahorro no se
desvíe al atesoramiento de dólares, la persistencia de un mercado de
consumidores vigoroso persuadirá a los agentes económicos a transformar
esos ahorros en inversión para abastecer ese mercado en expansión.
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