4/10/2012

subiendo la apuesta: dos denuncias dos

En las cinco fojas de la denuncia Boudou transcribe gran parte de lo mencionado en la conferencia de prensa del jueves:
  • Relata en el escrito que fue visitado por los integrantes del estudio García, Labat, Musso y Ri-ghi el 3 de julio de 2009, siendo entonces titular de la Anses. “Me señalaron que por ser nuevito en esto y a fin de lograr resultados satisfactorios en la tramitación de las causas en general, debería contratar sus servicios, ya que adujeron tener buen lobby, influencia y contactos en la mayoría de los juzgados federales de Comodoro Py. Les expliqué que no creía encontrarme comprendido en ninguna de las situaciones judiciales que ellos indicaban y así fue que los despedí”.
  • “Ya en 2010, siendo ahora ministro de Economía, fui nuevamente visitado por los nombrados profesionales el 20 de mayo de aquel año. Me reiteraron el ofrecimiento de sus servicios, ya que sólo contando con la capacidad de lobby que ellos poseían lograría cerrar causas en trámite. En esta segunda reunión estuvo mi letrado, el doctor Eduardo Durañona, y me quedé con la sensación de estar en presencia de personas que venden humo.”
  • “Claro que hoy –continúa el escrito–, me resulta el hecho de haber ignorado el mensaje que se me estaba enviando, siéndome evidente que por las relaciones que esos letrados poseerían con ciertos funcionarios judiciales y a la vista de las actuales circunstancias de la denominada causa Ciccone-Boldt, me llevan a reinterpretar todo aquello de un modo hoy ciertamente diferente y atribuyendo una entidad a aquellas circunstancias que en aquel entonces no pude observar.”
En cuanto a la denuncia contra Adelmo Gabbi, el texto enumera:
  • “Lo recibí el día 3 de marzo de 2011 en una audiencia que había solicitado. En dicha reunión me refirió que estaba preocupado y asustado porque le habían dicho que la gente de Boldt decía que me iban a destruir si no los ayudaba a mantener la planta de Ciccone y a concretar el negocio de impresión de billetes que tenían ya arreglado. En particular, que el señor Tabanelli era una persona muy importante, influyente y que era de cuidado. Yo le manifesté mi sorpresa y que no conocía a esa persona ni a nadie de la firma Boldt. Continuó diciéndome que lo tomara en serio, que él podía interceder y que sabía que Tabanelli era una persona de códigos y que solo hacía falta ponerle un número a mi acompañamiento. Yo le respondí con evasivas, sin poder salir de mi asombro de tan fantástico planteo.”
  • “El 11 de marzo volví a recibirlo, siempre a su pedido, aunque esta vez mi atención no resultó cordial. Tuve la intención de referirle mi total escepticismo y falta de credibilidad ante el fantasioso relato, diciéndole además que no quería recibir ni transmitir de su parte mensaje alguno para con terceras personas.”
  • n“En ese momento tomé aquellas expresiones como irrelevantes, propias de quien deseaba mostrarse ante terceros como poseedor de ciertas influencias sobre un funcionario de alto rango. No había advertido entonces que aquello podía tratarse de algo serio ni de un ofrecimiento en concreto de un pago indebido.”

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