4/29/2021

quienes apostaron por la economía ignorando al virus no tuvieron resultados positivos

 


La derecha y el virus. Acerca de las restricciones a la circulación pública

Por Arturo Laguado Duca*

*Docente e investigador del Área Estado y Políticas Públicas de la FLACSO Argentina

La semana del 19 de abril estuvo signada por el cruce mediático judicial entre el Gobierno Nacional y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Dado el marcado incremento de los contagios en la región metropolitana de Buenos Aires (AMBA) con picos cercanos a los 30 mil infectados diarios, el presidente Fernández dispuso por el DNU 241/21, establecer restricciones a la circulación en esta zona del país durante 15 días. El decreto, entre otras medidas, restringe el uso del transporte público, la circulación nocturna y dispone la no presencialidad educativa.

Sobre este último punto se centró la estrategia opositora de Juntos por el Cambio (JxC). Mientras el jefe de la ciudad demandaba el DNU por inconstitucional ante la Suprema Corte de Justicia -recurso con pocas posibilidades de prosperar, teniendo en cuenta los tiempos que manejan los supremos-, una avalancha de amparos se presentaba ante los tribunales porteños. La mayoría de ellos fue rechazada hasta que, el 19 de abril a las 20 hs., los tres jueces de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, hicieron lugar a la queja que pedía la reposición de las clases presenciales[1].

El Gobierno Nacional respondió a través de la Procuración Nacional del Tesoro pidiéndole a la Cámara en los Contencioso Administrativo Federal que declare la incompetencia de la justicia porteña ante un decreto de salud pública de validez nacional. El juez Furnari, a cargo del juzgado, falló a favor del Estado nacional. La respuesta de Rodríguez Larreta fue desconocer este fallo y ordenar la continuidad de las clases presenciales. Así las cosas, la última palabra quedó en manos de la Suprema Corte que, como es usual, no responderá a tiempo desentendiéndose de la rebeldía del Jefe de Gobierno de la Ciudad.

El trasfondo del conflicto

Nadie puede creer que la discusión que generó la escalada del conflicto entre las dos jurisdicciones verse sobre “los desastres psicológicos” que pueden sufrir los estudiantes por perder 15 días de clases presenciales, cuando el sistema de salud del AMBA -y, particularmente el de CABA- está cerca del colapso.

La educación no ha sido la prioridad del gobierno Rodríguez Larreta. De hecho, la inversión educativa en la Ciudad durante la gestión de JxC deja de mucho que desear: a la falta de cupos en la educación pública se suma una disminución constante del presupuesto educativo, según informa la Dirección General de Estadísticas y Censos de CABA[2].

Tampoco es creíble que los técnicos de CABA crean sinceramente que el traslado de los estudiantes a los centros educativos no incida en la tasa de contagios. Según un relevamiento de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, no hay ejemplos de países -con excepción del Brasil de Bolsonaro, tal vez- que hayan continuado con las clases presenciales con una tasa de contagios semanal de 650 cada 100 mil habitantes. En los últimos 14 días, dice el informe, CABA superó los 1354[3].

Aunque en los últimos días el crecimiento de la curva en la ciudad tendió a desacelerarse (que no es lo mismo que descender), hace rato que los dueños de las prepagas vienen advirtiendo de la saturación del sistema de salud[4] en el AMBA. A la voz de los representantes de la medicina privada se suma actualmente la de los directores de los hospitales públicos.

El negacionismo del gobierno porteño desconoce el riesgo de colapso del sistema de salud y, incluso, de la quiebra de la medicina prepaga -una “aliada natural” de JxC- con la consecuente alienación de sus dueños, como sucedió en Brasil[5]

En este conflicto el Jefe de Gobierno, incluso, ha sido acusado de persecución a los padres que se han negado a mandar a sus hijos a los centros educativos[6]. Una actitud que trasciende la respuesta a las supuestas demandas de su electorado mientras se incrementa a cuatro los docentes fallecidos por Covid en el ámbito de CABA.

Así las cosas, es inevitable preguntarse a qué se debe esta exagerada inversión de capital político en la oposición al cierre temporal de las escuelas.

Motivos ideológicos y pragmáticos

Varios analistas han señalado que la decisión de Rodríguez Larreta de tensar exageradamente la relación con el gobierno nacional, está asociada a la presión que ejerce el ala más radicalizada de JxC que, sin responsabilidades de gestión, juega al límite de las reglas democráticas.

Sin embargo, sería un error pensar que la absurda actitud confrontativa que tomó el Jefe de Gobierno en el peor momento de la pandemia era una decisión evitable sin romper con su propio partido. Poco después de acceder al gobierno en 2015, el frente de derecha decidió desconocer a la fuerza que había cosechado alrededor del 49% de los votos. Para JxC (entonces con la sigla Cambiemos), la coalición triunfante no fue tratada como un adversario político, sino como un enemigo en la peor interpretación posible de Carl Schmitt, con los resultados ya conocidos de lawfare y espionaje ilegal. Ya en la oposición, dada la buena imagen cosechada por el presidente Fernández en el manejo inicial de la pandemia, sobre el gobierno enfocó sus cañones.

En la perspectiva ideológica, la actitud negacionista de la derecha argentina se alineó con los postulados de las posiciones más reaccionarias en el mundo[7] en una respuesta casi automática -afinidad electiva en los términos de Max Weber- a la soberanía que podría recuperar el Estado en esta “guerra” contra el virus. Soberanía que implica lo opuesto a un proyecto que concibe al Estado como espacio para los negocios privados.

Los presidentes de Brasil, EEUU, Colombia, Reino Unido -este último revisó su posición cuando el primer ministro enfermó gravemente a causa del Covid- para mencionar sólo algunos, priorizaron “la libertad individual” y el funcionamiento de la economía a las restricciones asociadas a la salud pública. Desde el llano los acompañaban movimientos “terraplanistas” que negaban toda veracidad a las afirmaciones científicas y los “libertarios” con su curiosa interpretación del fin del Estado. Amparado en el malestar producido por la crisis económica que trajo aparejada la pandemia, el discurso que se opone a la gestión estatal de la crisis sanitaria ganó notoriedad dando visibilidad a una nueva derecha posmoderna que, sin pudor alguno, promovió una necropolítica[8] que se puede resumir en “que muera quien tenga que morir”.

Aunque Alberto Fernández no aprovechó todas las posibilidades que la metáfora de la guerra contra el Covid le brindaba -p.e. subordinación del sistema privado de salud al público, fuerte intervención de la economía, combate frontal a la evasión- alineado con la lógica de la derecha mundial, JxC antepuso al activismo estatal la idea de libertad individual bajo el neologismo de “infectadura” y “argenzuela”. Como en otros países[9], también se sumaron las más descabelladas teorías conspirativas que llegaron al extremo de una denuncia penal por envenenamiento cuando el gobierno consiguió las primeras dosis de la vacuna Sputnik V. En ese mismo movimiento, JxC definió más claramente su perfil ideológico -hasta entonces cubierto con un manto de ambigüedad por las necesidades electorales- y la estrategia política a seguir de cara a las elecciones de mitad de término.

Cuando la pandemia demostró su alta letalidad y la población ansió vacunarse, el discurso viró hacia un supuesto fracaso de la campaña de vacunación argentina. Afirmación repetida ad nauseam por los medios de comunicación aliados, despreciando todo dato en contra. En la práctica, Argentina es el país con mayor cantidad de vacunados después de Chile y Uruguay[10]; ambos países gobernados por presidentes que también ignoraron el riesgo del Covid hasta que debieron comprar de urgencia la no probada vacuna de Sinovac. Después se supo que ésta tenía un nivel relativamente bajo de efectividad.

Mientras JxC denuncia los supuestos retrasos en conseguir vacunas -ignorando el contexto internacional de escasez-, en una verdadera necropolítica, continúa oponiéndose a las restricciones; de la misma manera que, en su momento, llamó a movilizaciones masivas donde las posibilidades de contagio se multiplicaban.

En resumen, la apuesta de la derecha argentina es que una catástrofe sanitaria hunda al gobierno del Frente de Todos. Según el periodista Roberto Navarro, en una videoconferencia, la presidenta del Cambiemos aseguró que es necesario llegar rápido a los 100 mil muertos para hacer una denuncia por genocidio[11]. Una afirmación difícil de creer, pero no imposible, viniendo de quién aún continúa judicializando el combate al Covid, ahora por el retraso -mundial- en la entrega de dosis de la vacuna AstraZeneca. La misma lógica sigue el Jefe de Gobierno de CABA, cuando se niega a aplicar las restricciones a la circulación nocturna, olvida otorgar turnos a la obra social de los jubilados (PAMI) y pedir dosis para continuar la campaña de vacunación en la ciudad[12]. Y los ejemplos se multiplican.

Con este marco discursivo, Rodríguez Larreta debe hacer equilibrio entre la responsabilidad de gestión y la necropolítica. Si elige la primera, es posible que rompa la unidad del partido donde nació a la política; si se inclina por la segunda, corre el riesgo de que el colapso sanitario que buscan los referentes de su espacio lo hunda a él también. En ambos casos, sus aspiraciones presidenciales se verían muy disminuidas. Su apuesta, bastante irresponsable, es que las medidas tomadas por el gobierno nacional eviten la implosión del sistema de salud dejando que sea el presidente quien pague el costo ante la población por las restricciones que impone la pandemia mientras su propio partido moviliza en contra de ellas.

Una situación difícil

Con una profunda crisis económica heredada y con un discurso opositor como el mencionado, Alberto Fernández debió enfrentar la peor pandemia en cien años. En la dicotomía entre economía y salud eligió, sabiamente, la salud. No solo por motivos éticos; quienes apostaron por la economía ignorando al virus no tuvieron resultados positivos: Trump perdió la reelección, Bolsonaro, Piñera, Duque, entre otros, tiene su futuro electoral comprometido.

Pero, tampoco hay certeza que un manejo racional de la pandemia garantice buen desempeño electoral. Y, aunque es sabido que el presidente se mueve por motivos éticos, un uso potente de las herramientas de soberanía estatal que proporciona la “guerra contra el virus”, también ayudaría en la recuperación económica.




[1] http://tiempojudicial.com/2021/04/19/paso-a-paso-el-conflicto-judicial-por-las-clases-presenciales-en-el-amba/

[2] https://www.estadisticaciudad.gob.ar/si/dnnya/principal-indicador?indicador=e_e1100_gastedu2

[3] https://www.tiempoar.com.ar/nota/ningun-pais-dejo-las-escuelas-abiertas-con-los-casos-de-caba

Son varios los sanitaristas que advierten la relación entre la presencialidad educativa y el incremento de los contagios, p. e. Oscar Atienza en https://ar.radiocut.fm/audiocut/oscar-atienza-hay-toneladas-informacion-hace-insostenible-presencialidad-escuelas/

[4] https://twitter.com/Herezeq/status/1386763138306039808

[5] Darío Pignotti, corresponsal de Página 12 en Brasil, así lo asegura en un informe radial. https://ar.radiocut.fm/audiocut/dario-pignotti-corresponsal-en-brasilia-del-diario-pagina-12-con-daniel-tognetti/

[6] https://www.pagina12.com.ar/338048-persecucion-en-caba-a-las-familias-que-no-mandaron-a-sus-hij

[7] https://www.opendemocracy.net/es/coronavirus-y-derecha-radical-conspiraci%C3%B3n-desinformaci%C3%B3n-y-xenofobia/

[8] El concepto fue acuñado por Achille Mbembe y refiere, principalmente, al uso del poder político y social para decidir quién debe vivir y quien no.

[9] Un lugar común de la derecha mundial. Véase p.e. The New York Times, El discurso de la derecha, https://www.nytimes.com/es/2020/05/29/espanol/opinion/espana-vox-coronavirus.html

[10] Fuente: https://ourworldindata.org/covid-vaccinations

[11] https://ar.radiocut.fm/audiocut/editorial-roberto-navarro-destape-26-04-2021/

[12] Rodríguez Larreta afirmó que el Gobierno Nacional no le entregaba dosis pero, increpado por la Ministra de Salud de la Nación, su par de la ciudad reconoció que la situación se debió a que los funcionarios porteños “olvidaron” pedirlas. Ver https://www.baenegocios.com/politica/Cruce-entre-Larreta-y-Vizzotti-por-la-supuesta-falta-de-vacunas-en-CABA-20210426-0129.html

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