Dylan Rubio
Arden los números en el país: la inflación avanza a porcentajes escandalosos, la pobreza igual, se postergan los plazos de vencimiento para pagar la deuda, el desempleo aumenta, el virus no cede en su arremetida, se acaban las camas de los hospitales, cada hora que pasa se pierden mas y mas compatriotas, porque a esta altura del partido, todos éramos - como mínimo - conocidos de alguien que se fue por el virus. El gobierno Nacional ha hecho inconmensurables esfuerzos para mitigar los efectos de la pandemia que a mi entender, han sido acertados, tanto que la mayoría del pueblo los acató, pero lamentablemente, hubo momentos en donde nos ganó el malnacido gen Argentino, el de subestimar muchas veces. Así fue con el virus, nos relajamos y volvió a ganar, y esta vez parece no tener escrúpulos ni distinguir sistemas inmunológicos.
En todo este contexto de números rojos se encuentra la Argentina de hoy, la del 24 de abril de 2021. El Estado puede dar IFE,ATP, estar en los barrios y hacer cuarentena pero todas estas medidas, sólo son circunstanciales, no pueden estar por siempre, no es bueno ni para el estado, ni para el pueblo. El País necesita divisas para solucionar todos estos problemas de raíz, y las divisas están en el agua, en las cuencas del Paraná y del Plata precisamente.
Por este canal fluvial sale un 80% de las exportaciones argentinas, una cifra más que avasallante para empezar a desarrollar la idea central de la nota. Este sistema de navegación se encuentra bajo la concesión de una empresa extranjera, concesión que vence este 30 de Abril próximo y que esto representa la oportunidad más prometedora de que el Estado Nacional, junto a las provincias recuperen la soberanía de nuestro principal canal exportador. Es un tema de gran relevancia estratégica para la Argentina en el que debemos como ciudadanos tomar conciencia de lo que se nos va bajo nuestras narices y el estado debe sentar postura entendiendo que es crucial para nuestra soberanía, ahora más que nunca, sumando a todos nuestros problemas que ahora misteriosamente Paraguay exporta más del doble de la soja que produce. La nación está sufriendo fuga de divisas y cada tonelada de soja que se va, son cientos de vacunas más que se pierde, cientos de inversiones en industrias para generar empleo, cientos de camas de terapia intensiva y en definitiva se no va la soberanía por las fronteras, miles de horas de mano de obra argentina que el estado no puede acaparar en su arcas.
La discusión por nuestro Sistema de Navegación Troncal tiene más de 175 años, nos remite a aquel conflicto que desencadenó en la batalla de la Vuelta de Obligado y sin dudas a la pronunciación de Urquiza. Aquel primer conflicto, se perdió. Justamente por eso, cerca de 200 años después, continuamos planteando que este es el momento y la oportunidad de recuperar estos puntos estratégicos para nuestro comercio exterior e interior de alimentos que requiere de una logística integrada de escala Nacional capaz de aprovechar al máximo nuestros puertos, nuestras vías fluviales, marítimas y también nuestras vías ferroviarias, que es fundamental llevarlas nuevamente al interior para este plan, como en aquella gloriosa época de Perón.
Difícilmente tengamos otra oportunidad como esta. A pesar de las dificultades, se ha logrado instalar el tema en la agenda tal como sucedió con el desarrollo del Consejo Federal de Hidrovía, convocado por el Gobierno Nacional y en el que participan dirigentes políticos involucrados en el Sistema de Navegación Troncal, que conocen los territorios y el peso que tiene este canal para la soberanía y la economía nacional.
Para nuevamente explicar con números (siempre verídicos y convincentes) la importancia de este sistema de navegación, el Ministerio de Transporte de la Nación dice que por ahí ingresa el %60 de nuestro comercio exterior anual, aproximadamente 4500 buques de los cuales la mitad pueden transportar 100 millones de toneladas. Además, pasan más de 740.000 vehículos de nuestra producción automotriz. El sistema de navegación troncal representa una facturación anual promedio de USD 190.000.000.
Otro dato clave es que en un país que supuestamente produce alimentos para 400 millones de personas, no lo hacemos para el consumo humano - con una pobreza que alcanza el 42% - y en vez de asegurar un plato de comida para la mesa de todos los argentinos y argentinas se lo exportamos para quienes además de explotar nuestra tierra, también han colonizado nuestro puerto y nuestras vías navegables para sacar la producción de ese agro negocio y llevarlo al exterior, para sus animales, generando la mayor rentabilidad posible de esos fondos de inversión. Es por eso que resulta central dar vuelta esta matriz si verdaderamente queremos resolver los problemas de pobreza, de la deuda externa que tomó el macrismo, de empleo, de inflación y de hambre.
Resulta casi indivisible de este objetivo la construcción del canal Magdalena, clave para revertir esta situación ya que constituye la opción de transporte más relevante de nuestra producción agrícola. La falta de trabajos sobre el canal de Punta Indio refuerza la posición del puerto de Montevideo en el que, para un buque argentino que necesita navegar por la Provincia de Buenos Aires debe demorarse en un puerto extranjero generando altos costos de servicios tales como combustibles, asistencia sanitaria, inspecciones de cargamento, servicios de aduana, entre otros que representan enormes pérdidas para la argentina, cifras que pueden alcanzar los 150 millones de dólares anuales por el valor de las prestaciones representando, además el 43% del total de navegación. La necesidad de contar con definiciones estratégicas para este canal resulta crucial en el desarrollo de su obra que, definitivamente, mejoraría la competitividad internacional de los productos argentinos con menos costos y con sostenibilidad ambiental.
Es central incorporar en el corto plazo la realización de una licitación por tramos donde el Estado pueda tener una participación sino también la inclusión del acceso a los puertos en cada una de las Provincias para que no sean ellas quienes deban afrontar el costo del dragado desde sus puertos hasta el Sistema Troncal de Navegación. Debe ser compromiso del Estado Nacional y de la adjudicataria el ocuparse también de garantizar ese acceso desde los puertos al sistema troncal.
Es momento de construir verdaderamente un modelo federal, de trabajo en conjunto entre las Provincias y el Estado Nacional para lograr cambiar esa matriz que nos perjudica y llevar a la Argentina a un modelo verdaderamente comprometido con el aprovechamiento de nuestros recursos que hasta ahora y desde hace casi 200 años, nos siguen explotando los de afuera, que no son de palo.
Estamos frente a la oportunidad única para recuperar nuestros puertos sin costos e iniciar un camino de reconstrucción nacional y social sin contrabandos, drogas ni corrupción. Es realmente, un mensaje de esperanza para este pueblo saqueado y para el futuro del 60% niños pobres que hoy tenemos. son decisiones que hay que tomar, el desarrollo argentino no puede esperar. La Argentina de hoy está en números rojos y el salvavidas está en el agua, pero no alcanza con tirarse, hay que planificar, proyectar y ejecutar.
2 comentarios:
No es tiempo de diálogo y consenso.
La paciencia se acaba.
Lamentablemente, con la cuenca fluvial va a suceder lo mismo que con esto: https://www.pagina12.com.ar/338389-salario-minimo-aumento-del-35-en-siete-cuotas
Solo con leer los nombres de los empresarios que dicen representar a los trabajadores y las trabajadoras, es suficiente para entender que este gobierno no es ni por asomo popular, y quizás tenga alguna reminescencia de lo nacional, pero muy lavado por el cosmopolitismo globalizante de la cúpula que forma el gabinete.
Abrazo
Fabio
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