Se conoció el índice de
salarios que publica el INDEC compuesto por las variaciones en el salario del
sector privado registrado, el público e informal.
El índice de salarios que calcula el INDEC creció 1,8 por ciento
mensual en diciembre y completó el 2020 con una suba del 33 por ciento. El
avance mensual se desagrega en un incremento del 2,4 por ciento en el caso de
los salarios del sector público, mientras que los trabajadores del sector
privado registrados obtuvieron un alza del 1,6 por ciento y los del sector
privado no registrado, del 1,2 por ciento como se observa en el gráfico.
O sea, el Índice de
Salarios del INDEC observó una suba del 33% interanual, cuando (¡ay!) la inflación acumulada a diciembre de 2020 fue
de 36,1%, esto es 3,1pp. más.
En el año 2020, los
salarios volvieron a perder contra la inflación y acumulan ya un lustro de
atraso donde han cedido en promedio un 21,5 pp. de poder adquisitivo real,
tobogán observado entre los cuatro años de macrismo y el primer año de gobierno
del Frente de Todos.
Si esta caída del poder
adquisitivo del salario durante el macriato fue buscada y formaba parte de los
objetivos del gobierno neoliberal, en el caso del actual oficialismo, la
pérdida de poder adquisitivo del salario se da de bruces con la intención
explícita del gobierno nacional de ubicar al salario, jubilaciones y pensiones
por sobre la inflación.
Sucede que en la
concepción dominante -o al menos la explicitada a los medio- del gobierno actual,
el salario (al igual que jubilaciones y pensiones) resulta un motor
principalísimo del consumo doméstico que a su vez explica el 70% del
crecimiento económico que, a su vez, es el único camino deseable y posible para
atraer inversiones robustas, bajo la convicción de que nadie invierte en un
país que no crece.
Los motivos para explicar el retraso salarial son múltiples y en el caso del actual oficialismo la pandemia está en el centro de las causas que se esgrimen para explicar el retraso, aunque existe cierta preocupación también en sectores oficialistas sobre la posibilidad de que un aumento salarial extendido genere más inflación que la ya elevada que nos acompaña.
Se trata de una vieja convicción del neoliberalismo autóctono que se ha dispersado por buena parte de todo el arco político tomando incluso a los partidos popular democráticos.
Nada más falaz que esta
afirmación que no tiene sustento en la evidencia.
En efecto, la historia inmediata
de nuestro país lo comprueba. Mientras los salarios cayeron 21,5 pp. en los
cuatro años de gobierno neoliberal y el primero del Frente de Todos, la
inflación general en ese lapso - entre diciembre del año 2015 y el mismo mes del
año 2020 - creció más de un 300%.
Lo mismo puede decirse
con todos los ingresos fijos familiares que sufrieron fuerte caída en el último
lustro, donde también la economía nacional punta a punta resultó fuertemente
recesiva - el PBI cayó 15% aproximadamente en el lapso comprendido entre los
años 2016 y 2020- y como era esperable, la inversión se desmoronó.
Como conclusión empírica
podemos expresar que los regímenes económicos, los modelos de organización
social y económica de una formación social como la argentina que se despliegan
deteriorando ingresos fijos, pulverizando el poder adquisitivo de los salarios,
jubilaciones y pensiones, la historia muestra que también desmoronan la
inversión y detienen el crecimiento económico, con las secuelas conocidas:
Aumento de la pobreza, la
indigencia, el desempleo y la inequidad distributiva a punto tal que hoy
tenemos ya niveles de pobreza y concentración del ingreso similares a los del
año 2002, cuando el índice de concentración GINI alcanzaba el 0,54 y hoy yaroza el 0,50.
Muy mal camino el del
deterioro salarial que resulta un indicador muy consistente no solo para
advertir que habrá mayor deterioro social y económico, sino que la economía no
crecerá y no llegarán inversiones. O sea, señor gobernante ¿quiere Ud. ser un
fracaso?
La receta es sencilla:
Deteriore el poder adquisitivo de los salarios y logrará con creces su
objetivo. ¿Acaso no es contundente esta constatación, estimados lectores ?
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