El Gobierno
culmina su primer año de mandato habiendo enfrentado de manera correcta la
doble pandemia que resultara de la herencia del macriato y el COVID 19.
Respecto a la
segunda, el reciente inicio de la etapa de vacunación pone una bisagra decisiva
a la estrategia gubernamental que se hizo paso entre la incerteza general y una
oposición política y de medios cuyo solo objetivo fue obstruir todo intento de
solución a los problemas enormes que supuso y aún supone enfrentar la pandemia
más importante de la historia contemporánea.
Para enfrentar la
parálisis económica y social inducida por la pandemia el gobierno puso en
marcha diversos planes de protección de los ingresos familiares y transferencia
de ingresos a sectores sociales y productivos en problemas, cuyos emblemas
fueron el Congelamiento de tarifas, el IFE y el ATP que atendieron la necesidad
urgente de empresas y familias afectadas por la crisis. El total de la ayuda
puesta en juego por el gobierno nacional para enfrentar la pandemia supuso el
equivalente a 4,9 puntos de PBI. Inédito en la historia nacional.
Para enfrentar la
herencia de los cuatro años de gestión macrista, sin duda el peor gobierno desde
la recuperación democrática y probablemente de la historia nacional, el
gobierno nacional puso en marcha una exitosa renegociación de deuda con los
acreedores privados que gano plazos de pago y supuso un ahorro para la nación de
37.000 millones de dólares.
Por otra parte,
logro empalmar jubilaciones y pensiones mínimas con el ritmo de la inflación -
que bajó 20 puntos respecto al último año del gobierno de Macri - deteniendo la
caída propiciada por el macrismo que supuso en cuatro años la pérdida de 20 puntos
de poder adquisitivo en jubilaciones y pensiones, quedando para este año y
sucesivos la recuperación del poder adquisitivo perdido y las mejoras respecto
al ritmo inflacionario, materia pendiente.
Lo mismo ocurre
con salarios. El INDEC mostró que a setiembre del año 2020 los salarios
treparon 31,8% y en el mismo lapso la inflación general fue de 37% y en
alimentos y bebidas del 41%, mostrando una pérdida neta de 5,2 porcentuales
respecto a la inflación, más el arrastre de los19 puntos de pérdida de poder
adquisitivo acumulado por los salarios en promedio durante el macriato.
No sorprende
frente a este retraso que una línea de pobreza hoy para un hogar tipo ascienda
a $52.000 mensuales, mientras el salario promedio roza los $54.000 y el salario
que más se repite en el ámbito formal (público y privado) es de $45.000
mensuales. Un despropósito por donde se lo mire.
Para más penuria y
al igual que lo ocurrido con las jubilaciones y pensiones mínimas, el salario
mínimo vital y móvil con los aumentos recibidos que se escalonarán hasta marzo
del año 2021, no logra superar el monto de la línea de indigencia para un hogar
tipo fijada hoy en 22.000 pesos mensuales. Una verdadera calamidad que debe ser
subsanada.
Y debe corregirse
esta circunstancia de penuria salarial y previsional no solo por un hecho de
elemental justicia social en un gobierno peronista, sino porque el 80% de las
familias argentinas recibe su ingreso bajo forma de salario, jubilación o
pensión y este ingreso familiar es el motor central del consumo doméstico que a
su vez explica el 75% del crecimiento económico.
Alinear tarifas,
salarios, jubilaciones y precios resulta imprescindible para desandar la
herencia macrista, distribuir el ingreso con un patrón progresivo, poner el
país a crecer y de paso, ya que estamos, como quien no quiere la cosa,
enfrentar con chances de éxito las elecciones de medio mandato fijadas para
octubre del año que ya llegó. Feliz año nuevo!
Artemio López
No hay comentarios.:
Publicar un comentario