Entrevista con Hernán Pablo Herrera, politólogo
POR DIEGO PENIZZOTTO
Dólar estable, una exitosa reestructuración de la deuda y el desafío de caminar hacia la industrialización sostenida. Ese es el panorama que en dialogo con PULSO describió el economista Hernán Pablo Herrera. El especialista valoró la gestión económica de Martín Guzmán y anticipó en 2021 una recuperación en el nivel de actividad.
PREGUNTA: ¿Qué balance deja el año en términos económicos?
RESPUESTA: Ha sido un año catastrófico. Uno de los peores años en mucho tiempo. Se venía desde muy abajo y se esperaba en 2020 que la economía rebotara un poco. Sucedió todo lo contrario. Está claro que ello tiene que ver con la pandemia y con la gestión de la pandemia. Con el diario del lunes, tal vez no tuvo tanto sentido iniciar las restricciones en marzo. Pero es muy fácil hablar, otra cosa es tomar decisiones. Creo que nos debemos un análisis más profundo. Terminamos el año con un nivel de pobreza que no se registraba al menos desde 2006.
P: La discusión salud versus economía ¿ya quedó saldada?
R: Nunca compré esa discusión, es un debate politizado que buscaba generar ruido en el esquema de afinidades partidarias. Cualquier partido que hubiese tenido en sus manos la gestión, tendría que haber apostado a las dos cosas como prioridad, y eso fue lo que hizo el gobierno.
P: El incremento de la pobreza ¿Es producto de la pandemia o es un problema de arrastre?
R: Es un punto muy interesante. Entre 2011 y 2018, y utilizando la canasta actual, que es muy alta (arroja una pobreza mayor), la pobreza se mantuvo por debajo de 30%. Hay que remontarse hasta mediados de los años 80’ para encontrar niveles similares de pobreza. No son niveles altos en términos históricos. En 2018 comienza a subir, en 2019 termina en 35%, y es cierto que en 2020 se disparó. Creo que en parte la responsable es la pandemia, y en parte sucede que no se logró comenzar a dar vuelta el modelo vigente hasta el año pasado.
P: ¿Cuál debería ser el modelo?
R: Yo lo resumo así, existen modelos industrialistas y modelos extranjerizantes. Creo que esas dos definiciones encuadran el debate entre producción y mercado interno, o aperturismo y valorización financiera. También se pueden definir como modelos de demanda u ofertistas. El año 2020 significaba dar vuelta el ofertismo vigente hasta 2019. Sucede que el ofertismo que se suele aplicar en nuestro país termina siendo concentrador y especulador. Porque esa misma apertura termina significando el ingreso de capitales que juegan contra la tasa, y genera el descalabro al que asistimos. Lo paradójico de la gestión Macri, es que el descalabro llegó rapidísimo, en apenas dos años.
P: Sin pandemia ¿Había chances de revertir el modelo este año?
R: Si, porque el gobierno asumió con un dólar real alto, y pisado por el cepo, se congelaron las tarifas, y la discusión salarial no se presentaba difícil. Sucede siempre que hay cambio de gobierno, los actores atribuyen el efecto de la crisis al gobierno saliente. Así le pasó a Macri en 2016 y en 2020 se presentaba así para Fernández. La pandemia rompió todos los esquemas.
P: En ese marco ¿Qué espera para 2021?
R: Estimo que el año próximo debiera ser distinto. No debería haber una cuarentena estricta como la de 2020. Se debería poder llevar las tarifas al ritmo del resto de las variables de la economía, y habría que lograr acomodar la distorsión de precios relativos. Si se logra eso y el sistema aporta mayor industria con un tipo de cambio real que acompañe, hay posibilidades interesantes el año que viene.
El tipo de cambio real multilateral de hoy es el más alto del año, es un 10% mayor a la devaluación de agosto de 2019 y 24% arriba de diciembre de 2015.
P: ¿Cómo evalúa el tipo de cambio actual?
R: La clave es lograr un tipo de cambio estable. No se puede avanzar si existen los shocks de tipo de cambio a los que está acostumbrado Argentina. Pero también hemos aprendido que no se puede tener un tipo de cambio sostenido por deuda. Esto ya lo sabíamos mucho antes de 2016. Para llevarlo estable, es necesario tener el dólar alto. Significa que las mejoras de los ingresos relativos de los trabajadores no deberían suceder por apreciación cambiaria, lo que tarde o temprano explota. Debe darse por medio de la regulación. Creo que el gobierno tiene el diagnóstico correcto, pero obviamente no es sencillo, por algo estamos frente a una Argentina tan volátil. El tipo de cambio real multilateral de hoy es el más alto del año, es un 10% mayor a la devaluación de agosto de 2019 y 24% arriba de diciembre de 2015.
P: ¿Por qué cree son altas las expectativas de devaluación?
R: La verdad es que el término “expectativas” es un eufemismo para hablar de poder político. Los que forman las expectativas son actores que tienen el poder de torcer la pulseada a favor de sus intereses. Es una disputa política. El tipo de cambio real está alto. Pero hay sectores que ven que el Estado está débil en dólares y se sienten fuertes para presionar. Pero por lo visto, el país sí puede funcionar en este nivel de tipo de cambio. Vale decir que es bueno terminar 2020 con el tipo de cambio estable, y que el cepo y la brecha se van a quedar por un tiempo largo. Para poder cerrar el cepo, es necesario un flujo de dólares muy fuerte.
P: El éxito en la reestructuración no significó una mejora en el acceso al crédito…
R: Tal vez hay que decir que en realidad no había forma de conseguir financiamiento fresco a partir de la reestructuración. Al mismo tiempo, la pandemia generó un ‘fly to quality’ de los fondos de inversión y una salida remanente de capitales. También es posible que el Banco Central no haya manejado del todo bien la coyuntura.
PERFIL
Hernán Herrera es licenciado en Ciencia Política (UBA), con orientación en política económica y administración pública. Cursó la maestría en Sociología Económica (IDAES-UNSAM), y la diplomatura en Presupuesto Público de FCE (UBA). Es docente en laUBA y en FLACSO).
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