Trotskismo Dolce Gabbana
Por Artemio López
La aprobación de
la ley a las grandes fortunas en la cámara baja obedece a razones estructurales
estrictas.
Los sectores
populares y los trabajadores han realizado esfuerzos notables para transitar la
debacle producida por los cuatro años de macriato y el impacto de la pandemia.
Todos han perdido ingresos en el tránsito de este último lustro.
Los salarios privados
formales perdieron al menos un 22% de poder adquisitivo real, lo mismo
jubilaciones y pensiones. Para darnos una idea del descalabro existente, hoy el
salario privado más habitual (llamado moda), o sea el que más se repite en el
ámbito formal privado es de $45.000 mensuales, mientras una línea de pobreza por
ingresos para un hogar tipo metropolitano de cuatro miembros (padre, madre y
dos hijos) alcanza ya los $50.000 mensuales.
Lo mismo sucede
con las jubilaciones y pensiones y el salario mínimo vital y móvil, todos
orillando los $19.000 mensuales, mientras una línea de indigencia para el mismo
hogar tipo de cuatro miembros (umbral de ingresos por debajo del cual y sin ayuda
externa, sencillamente hay hambre) está fijada en $22.000 mensuales.
Los hogares pobres
hoy reciben promedio $25.000 mensuales, como vimos la mitad de los que cuesta
la canasta de pobreza, mientras que los hogares indigentes reciben $10.000
mensuales, menos de la mitad de lo que se requiere para adquirir la canasta
básica alimentaria. Un desastre social por donde se lo mire. Inapelable.
El desempleo abierto
es muy difícil de determinar con fehaciencia pues no sabemos cuál será la
presión de búsqueda en la pos – pandemia (la llamada “tasa de actividad”), pero
seguramente superará el 15% de la Población Económicamente Activa como promedio
general y será mayor en los conurbanos nacionales.
Por su parte, la
pobreza por ingresos alcanza ya al 47% de la población general y en los menores
de 18 años afecta al 60% del total del universo.
Pero no todos los
sectores sociales sufren por igual y la contracara de esta verdadera debacle
social es el nivel inédito de concentración del ingreso que hoy soporta la
sociedad argentina.
Según la última
información de la Encuesta Permanente de Hogares, el 10% más rico de los
perceptores de ingreso se apropia ya del 33% del total del ingreso y el 20% de
mayor poder económico recibe el 50% del ingreso total mientras el 80% más pobre
de la sociedad recibe el restante 50%.
El índice de GINI,
que mide en una escala de 0 a 1 el nivel de concentración siendo uno la
concentración absoluta y cero la equidad distributiva absoluta, hoy se ubica en
0,451, antes de la pandemia en el año 2019 era de 0,449 y a fines del año 2015 ascendía
a 0,425.
Nos aproximamos ya
al GINI previo a la crisis del año 2001 que alcanzó el 0,538. A más crisis más
concentración, gran lección de la historia reciente y esta que hoy vivimos no
es excepción.
Soportamos
entonces como sociedad una calamidad de pobreza, desempleo y concentración del
ingreso, que tiene pocos antecedentes históricos.
Es muy pertinente
la reciente aprobación de la ley a las grandes fortunas en la cámara baja,
proyecto que afecta por única vez al 0,02% de la población nacional, los súper
ricos, poseedores de patrimonios obscenos en medio de una sociedad que gira en
torno al abismo de la pobreza, el hambre y el desempleo.
Una medida
justa, indiscutible tanto coyuntural como estructuralmente solo rechazada por
aquellos que defienden el interés de los poderosos, de ese 0,02% de la
población que realiza su opulencia hundiendo al resto de la sociedad en la
miseria más abyecta.
Se trata de partidos
políticos minúsculos como los que integran el Frente de Izquierda que
nuevamente han mostrado una insensibilidad social que objetivamente los ubica
como partido del establishment, siempre dispuesto a convalidar los risibles
privilegios de las clases acomodadas, en este caso al son de “La internacional”.
Muy lamentable este trotskismo Dolce
Gabbana, estimados
lectores de Perfil, dignos herederos de Lenin (Moreno).
1 comentario:
M x M.
Milagro sigue presa.
Macri sigue libre.
Y nos aproximamos a cumplir un año del nuevo gobierno...
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