11/13/2020

la gente sí tuvo que dejar de consumir otros bienes y servicios ...

 

Entrevista a Darío Martínez: "No queremos que la gente deje de consumir para pagar las tarifas"


Habló sobre tarifas, segmentación de subsidios, el impacto del Plan Gas en la industria y en las cuentas públicas, el estado de YPF y la posibilidad de otro barco regasificador.

Luego de un largo ostracismo, la energía salió a la cancha en la agenda pública en los últimos meses. De este sector dependerá en el futuro la llegada o la salida de dólares a las arcas públicas y también será vital en el esquema fiscal de los próximos años, mediante tarifas y subsidios.

El secretario de Energía, Darío Martínez, dialogó con El Cronista y expuso que el Gobierno busca mayor eficiencia al destinar recursos para contener el impacto de las tarifas en la sociedad.

- ¿Ya definieron cómo van a ser los aumentos de tarifas y la segmentación por usuarios en 2021?

Lo que tenemos es la definición de que vamos a trabajar en un esquema de optimización de los subsidios, utilizando todos los mecanismos que tenemos al alcance.

Todas las decisiones que ha tomado el Gobierno en el último tiempo nos ayudó a detectar a aquel que ha quedado más vulnerable y eso nos va a permitir hacer un uso más eficiente de los subsidios.

Esto nos permite también detectar a aquellos sectores que sí pueden hacer frente al costo de la energía. Para el que no pueda, no cobrarle algo que no pueda pagar; al resto, tratar de que no estén subsidiados, que sea algo más eficiente.

En el mediano y largo plazo imaginamos que la Argentina tendrá otro sector, que no es ninguno de los anteriores, que no debe dejar de consumir otros bienes y servicios para pagar la energía. Que no dejen de comprar otras cosas porque hay que pagar las tarifas, como pasó en otro momento.

Lo intentamos encarar con una visión sistémica. Cada sector pide en función de sus demandas y está bien.

Vamos hacia un esquema mucho más racional y eficiente de los subsidios porque tenemos herramientas que antes no estaban, ya que el Gobierno tiene mayor información, independientemente del proceso de descongelamiento.

Buscamos que el sector del medio sepa que lo que va a destinar a las tarifas sea siempre igual y no deje de consumir, que no dejen de comprar ropa, por ejemplo.

- ¿Llegarán al verano?

El mundo se está recuperando y la Argentina también, consumiendo de a poco cada vez más, pese a la pandemia.

Estamos trabajando con todos los organismos del Estado, como la ANSES y con las distribuidoras eléctricas para tener la mayor información posible de los usuarios en cada distrito, con un mapeo. Soy optimista de que llegaremos al verano con esto listo.

Pero buscamos que los subsidios no aumenten en proporción al Producto Bruto Interno (PBI). Con esa pauta nos tenemos que manejar de la mejor forma posible, aunque esto nunca se hizo. Por eso nos reunimos con Fernanda Raverta, de ANSES, nos encontramos en el Consejo Federal de Energía (CFE).

- ¿Cómo piensan lograr que los aumentos de tarifas no terminen presionando a la inflación, como pasó en el Gobierno anterior?

- En la gestión anterior las tarifas estaban dolarizadas a pleno, en función de una decisión que tomó el Gobierno y luego no pudo sostenerla. Lo peor que podemos hacer es tomar decisiones contradictorias, porque eso genera imprevisibilidad, no dan reglas claras y hay desconfianza.

Si no hay confianza, no hay inversiones y ahí empiezan los problemas. Por ejemplo, un declino de 7,5% en la producción de gas. Ahí tuvimos dos opciones: un plan de estímulo como el que lanzamos para frenar ese declino, ahorrar divisas, tener un ahorro fiscal y mayor producción nacional para dejar de importar. Eso tiene que ver con la falta de inversión, generada por las decisiones contradictorias.

Durante algunos años, hubo mucha atención para dar tarifas pero no se controló que esas tarifas estuvieran acompañadas por planes de inversión. Como diputado planteaba mucho eso y los planes nunca aparecieron. Entonces sucedió que pese a los aumentos de las tarifas no se hicieron las inversiones necesarias.

Tenemos muy claros los intereses que defendemos, por qué el presidente, Alberto Fernández, me puso en este lugar y lo que me pide. No quiero que a nadie le vaya mal, pero en esa tensión sana que se genera yo voy a apuntar al grado más bajo de las tarifas, siempre que permitan que se hagan las inversiones.

Alberto planteó no tener una tarifa dolarizada. Vamos a ir a un esquema más equilibrado y esperamos que los vulnerables salgan de ese lugar.

Lo que intentamos es que lo que se destine a las tarifas sea un porcentaje constante en relación a los salarios. En el Gobierno anterior pasó de poco a muchísimo, se desfasó. Y la gente sí tuvo que dejar de consumir otros bienes y servicios. Vamos a tener mucho cuidado para que no suceda, porque tuvo un impacto grande en la inflación.

- ¿Qué Secretaría de Energía recibió de Sergio Lanziani hace unos meses? ¿Qué necesitaban potenciar con el cambio del Ministerio de Desarrollo Productivo a Economía?

Encontré la mejor Secretaría que podía encontrar porque es la que tengo. Fue una decisión acertadísima del Presidente que Energía dependa de Economía.

Como presidente de la Comisión de Energía en Diputados le pedía al ministro de Producción definiciones, pero no había una visión macro que es la que afecta a las decisiones en política energética. Había una etapa más que hacía que las decisiones no fueran tan ágiles.

Es un acierto de Alberto que esto pase a la estructura de Martín Guzmán. Además de llevarnos muy bien, vamos organizándonos, logramos sacar el Plan Gas y ahora avanzamos en un esquema para que la provincia de Buenos Aires cancele una deuda a través de una asistencia atada a que haya obras para tener menos cortes en el verano.

También estoy avanzando en resolver los contratos de todos los proyectos de energías renovables, que quedaron parados. Más de la mitad ni habían empezado.

Tengo una ventaja respecto a Lanziani, de tener la Secretaría en esta estructura, pero no por el ministro sino por la forma de funcionar. Hay que entender que nuestras decisiones están muy ligadas al Ministerio de Economía.

- Siempre se plantea que la vicepresidenta, Cristina Kirchner, está muy interesada en los temas energéticos. ¿Está al tanto de lo que se decide? ¿Influye desde el Congreso? ¿Y Alberto qué es lo que consulta en esta materia?

Cristina sabe de muchísimos temas. Cada vez que charlo con ella me asombra la capacidad que tiene, no solo de interpretar lo que la sociedad o el pueblo necesita y de entender las situaciones, sino porque tiene experiencia, fue Presidenta.

Es una gran ventaja hablar con ella y tengo diálogo permanente, al igual que con Máximo Kirchner, que es el presidente del bloque y también tiene un conocimiento al venir, como yo, de una provincia petrolera. El Congreso tiene los cuadros necesarios para avanzar en los objetivos que planteamos.

Y Alberto conoce el tema, yo lo llevé un par de veces a Neuquén. Tiene experiencia como jefe de Gabinete, que es un lugar estratégico porque permite conocer de todo. Como Presidente, me plantea objetivos a largo plazo, que es lo que necesita la política energética. Y me dice: "Tomá las decisiones necesarias para ir en busca de esos objetivos".

Hay más coincidencias que diferencias en el país sobre la visión a largo plazo de la política energética. Y las decisiones coyunturales no pueden ir en contra. Eso le pasó a la gestión anterior, y luego vino la desconfianza y la desinversión, que terminó siendo un gran boomerang para todos los argentinos.

En política energética, las buenas decisiones que se tomen hoy van a impactar mucho en las gestiones siguientes.

- ¿Cómo será la asistencia a Buenos Aires para que no haya cortes de luz?

Es una deuda por los medidores comunitarios que tiene la provincia con las distribuidoras (Edenor y Edesur). Daremos asistencia a la provincia dentro de un marco en el que se asisten a otras, pero en este caso será para pagar la deuda con una asignación específica a obras que serán

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Sección especial destinada a recopilar la producción de los equipos de investigación del OETEC relacionada con la estafa del tarifazo, con el objetivo de contribuir a la defensa de la seguridad jurídica de la ciudadanía y tomando como propia la lucha encarada por las organizaciones de defensa del usuario y del consumidor, los legisladores opositores, los juristas comprometidos con una Justicia genuina y popular y, muy especialmente, la Red Nacional de Multisectoriales contra el tarifazo.

La administración macrista ha blandido desde la campaña electoral el argumento de "crisis energética" para diagnosticar el resultado de la política kirchnerista en el sector, asegurándole a la población será el "mejor equipo de los últimos cincuenta años" el encargado de salvarnos del supuesto colapso energético (repetían incansablemente ante cada elección, y como nunca en 2015). Convencieron a la mayor parte de la sociedad y en contra de sus propios intereses, que consumir mucha energía es malo y que tarifas baratas y subsidiadas son enemigas de su bolsillo y calidad de vida. La salvación, timoneada por "experimentados" empresarios y ex secretarios, implicaría una masiva expiación de los pecados y vicios derrochadores y fiesteros (dícese de la "fiesta popular") mal adquiridos por la población. El "mejor equipo de los últimos cincuenta años" nos ayudaría, pues, a transitar el difícil pero obligado cambio, y con él, la concreción de todas estas promesas: reducción de importaciones, crecimiento de la producción, energía abundante y demanda rebosante. También seríamos acreedores, nos anunciaban, de tarifas sin incrementos, lluvia de inversiones, transparencia como denominador común, revolución inédita del empleo en el sector, federalismo energético para todas las provincias, mejoramiento en la calidad de los servicios públicos y cada vez más ciudadanos incorporados a la electricidad y al gas por redes.

Pero como sucedió con las restantes promesas, la realidad demostró todo lo contrario: se batieron récords de importaciones, la producción de gas y petróleo se desplomó -y continúa en caída libre en lo que va de 2017-, la energía es un bien de lujo cada vez más escaso y la demanda no para de caer; asimismo, las tarifas (indexadas al dólar) no cesan de aumentar, las inversiones son insignificantes o nulas, la concentración y cartelización es espeluznante, los conflictos de intereses insostenibles, los entes reguladores están intervenidos por las empresas, la poda de derechos laborales para el sector petrolero es inédita en la historia, las provincias pagan cada vez más las tarifas y demandan cada vez menos, y el acceso ciudadano a los servicios de gas y electricidad se encuentra en franco retroceso.

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En fin, y para cerrar esta introducción, con Mauricio Macri la energía dejó de ser un derecho humano; dejó de ser una herramienta de desarrollo económico, promotora de igualdad social y provincial, promotora asimismo de industrialización y de una genuina modernización del aparato productivo nacional. La energía, a partir de Mauricio Macri, pasó a ser una mercancía y una poderosa herramienta de ajuste, de desindustrialización y achicamiento del mercado interno. En otras palabras, un negocio concentrado en un puñado de empresas nacionales y multinacionales, así como en un círculo íntimo de empresarios inescrupulosos amigos y parientes del Presidente de la Nación, todos salvaguardados -sus privilegios y extravagantes ambiciones incluidas- por un subsecretario de política tarifaria diez veces testigo de parte de muchas de esas empresas en sus demandas contra el pueblo argentino ante el CIADI. Breve paréntesis al respecto porque hace a la estafa del tarifazo: el susodicho funcionario no puede ser el más idóneo y experimentado a la hora de asegurarle al empresariado embaucador la mayor rentabilidad al menor costo y en el menor tiempo posible, compensando las supuestas pérdidas entre 2003 y 2015, y contemplando ganancias extras caso retorne el maldito populismo y se vuelva todo para atrás. Como sea, negocio cerrado y cartón lleno para el bingo en el que han convertido al país.

Por último, aprovechamos esta introducción para acercar los documentos de la Serie “De la estafa electoral a la estafa energética” -actualizados mensualmente-, con una síntesis de los puntos argumentativos que consideramos estratégicos para la defensa de la seguridad jurídica popular y de una Nación que aspira convertirse en mucho más que eterna proveedora de vacas y granos:
1) Capítulo Petróleo, Gas natural, Inversiones y Combustibles
2) Capítulo Servicio Público de Gas por redes
3) Capítulo Servicio Público de Electricidad
4) Capítulo La Estafa del Tarifazo Eléctrico (Pesada Herencia)
5) Capítulo La Estafa del Tarifazo del Gas (Pesada Herencia)
6) Capítulo La energía, ¿para qué y para quiénes?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ARA San Juan.
ARA San Juan.
Los medios alternativos tienen que dar más difusión a este caso.
Ramificaciones que son una vergüenza para la Soberanía Nacional.
Macri-Aguad-Aranguren CORRUPTOS y traidores .

Anónimo dijo...

Mesa de enlace - Ara San Juan.
ARA San Juan: Más difusión en medios alternativos !
Luis Tagliapietra, padre de una de las víctimas del Ara San Juan,
indicó que esta mesa "tiene vinculación" con la convocatoria del Consejo de Guerra contra altos oficiales de la Armada por el hundimiento del submarino.
Y pienso que Luis está muy bien orientado.