10/10/2020

soluciones interdisciplinarias


Por Arnaldo Ludueña / Especial para Motor

¿De qué hablamos cuando hablamos de inclusión financiera?

( Por Arnaldo Ludueña / Especial para Motor ) En estas semanas se están anunciando medidas para la reactivación de la economía. Una economía golpeada por la pandemia del Covid-19 y por los cuatro años del gobierno de la alianza Cambiemos. Muchas de dichas medidas tienen como objetivo impulsar la producción y el consumo.

Al momento de referirse a las clases (históricamente) marginadas de la economía se piensan en medidas en torno a herramientas financieras en el marco del discurso de la inclusión financiera. Pero ¿a qué refiere dicho discurso?En primer lugar, el discurso de la inclusión financiera es impulsado por los organismos multilaterales de crédito, en particular, por el Banco Mundial, el cual establece que es una forma de poner a disposición de las personas físicas servicios financieros útiles y accesibles, a fin de satisfacer necesidades prestados de manera responsable y sostenible. Además, el Banco Mundial afirma que la inclusión financiera es clave para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad.

Las críticas hacía la perspectiva de la inclusión financiera tienen que ver con la caracterización simplista de una problemática compleja como es la pobreza y, más aún, puede llegar a ser contraproducente al momento de buscar soluciones a los temas de exclusión social. Esto se debe a que,desde quienes hacen una apología de la inclusión financiera, se desprende la conclusión de que alcanzaría con poner herramientas financieras a disposición de los sectores en situación de pobreza para resolver esa problemática. Es por eso que, por más rimbombante que suene el concepto, hay que tomarlo con la seriedad pertinente que amerita la problemática que se intenta resolver.

En Argentina se puede rastrear lógicas referidas a la inclusión financiera desde hace muchos años (aunque no se utilizara esa denominación). Sin embargo, el gobierno que explícitamente retomó este discurso fue el de cambiemos quien, además, hizo del crédito la forma (por excelencia) de intervención gubernamental en la sociedad. Entre 2016 y 2019, se dio un proceso en el cual la caída de los ingresos reales de los beneficiarios del ANSES fue reemplazo por créditos que hicieron extensos a todas las categorías. Ya que los créditos Argenta comenzaron en el 2012 y estaba destinado exclusivamente a los jubilados. Entonces, lo que se verificó es que los créditos no tenían como finalidad la potenciación de los ingresos sino mantener los niveles de consumo. Lo que dio como resultado un proceso de endeudamiento, por parte de los beneficiarios, para consumir bienes esenciales (como por ejemplo, alimentos y vestimentas).Es decir, personas históricamente marginadas de la economía, son insertadas por medio de deudas.Otra de las características de estos créditos es que no está en la potestad del/la usuario/a decidir pagar o no ya que las cuotas se debitan automáticamente de sus cuentas. Entonces, es un negocio de cero riesgos con tasas de intereses por encima de inflación a lo largo de todo el período.

Al asumir el gobierno del Frente de Todos, se llevó adelante otra reestructuración de deuda, la deuda de los pobres y/o jubilados. Esta medida tuvo en cuenta la baja en la tasa de nominal anual y suspensiones de pagos. Sin embargo, se sigue escuchando entre los/as propios/as que hay que facilitar créditos a los sectores beneficiarios del ANSES.

En primer lugar, este artículo no está en contra, a priori, de los créditos a baja tasa sino que está en contra de los mecanismos de deuda, y, antes de pensar en distribuir créditos, hay que garantizar flujos de ingresos reales positivos. Por otro lado, la idea de un Estado que sólo otorga créditos en los sectores que quiere intervenir en una visión sesgada del mismo. Además, hay que preguntarse qué sectores se buscan impulsar, si los concentrados (que tienen dominio y poder de mercado) o las economías regionales. Si la respuesta es la segunda, entonces hay que buscar la forma de que el sesgo de los recursos se destine a esos sectores. Por último, la problemática de la pobreza implica soluciones interdisciplinarias dado el carácter multidimensional del mismo y dejar de lado eufemismos y frases hechas sin contenidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hay que ser optimista, tal vez la semana que viene el gordo casero viaja por covid...
aunque también puede ser que el gobierno controle a los especuladores del dolar...

no sé con cual opción quedarme! está dificil!