7/14/2020

vivir con menos, vivir mejor



Quizás algunas consecuencias no esperadas de la Pandemia COVID -19 son la modificación de las conductas económicas de la mayoría de la población que discernió entre aquellos bienes necesarios tales como la alimentación, vestimenta, herramientas y otros insumos de aquellos otros que son fogueados por los medios de comunicación y que son de duración efímera, pero de alto valor precio, catalogados como " Fetiches " -

Para ello, la mayoría de las personas se endeudan o trabajan mas allá de sus posibilidades para alcanzarlos y saciar un limitada sensación de bienestar para nuevamente entrar en el mismo ciclo.

La caída de los ingresos y de demanda actual limitaría aun mas el acceso a dichos bienes pero otros bienes relacionados con el entretenimiento hogareño vía los medios electrónicos y virtuales y de aquellos que se arriesguen a tomar los libros nuevamente, puede dar lugar a una nueva conciencia social y porque no ecológica para la disminución productiva de bienes no esenciales que solo nos alejan de los valores y sentimientos entre todos nosotros.

Se esta demostrando que podemos vivir con casi la mitad de los bienes que se producen y que podemos aprovechar mas nuestro tiempo personal, con nuestras familias y amigos.

Hagamos una lista de los bienes que en el medio de la Pandemia consumimos y de su costo económico versus los ingresos reales que tenemos y nos daremos cuenta que podemos vivir con menos y mejor.

Ezequiel Beer

1 comentario:

Diego dijo...

Al hippie este habría que avisarle que claro que vivimos mejor de lo que lo haríamos en su choza. ¿Quién nos dice lo que alcanza o sobra? Nos damos cuenta ahora de que el turismo es superfluo y derrochador de recursos. ¿Qué hacemos con los que viven de ello? ¿Los pasamos al IFE eterno? Nissan cierra su planta en Barcelona. ¿Para qué hacer autos con motores de nafta nuevos en una zona que los detesta por contaminar y los pone en desventaja con los todavía no existentes autos eléctricos? Los trabajadores, a la calle.

Por último cabría preguntarle: ¿quién necesita licenciados en geografía, que terminan currando para el Estado? Eso podría eliminarse sin problemas en una vida de consumo inútil.