Fallece Rafael Berrio, gran poeta, bohemio, y rockero del 'underground' donostiarra
El músico, que formó grupos como UHF y Amor a Traición, logró un notable reconocimiento con su obra en solitario en la última década
RICARDO ALDARONDO
El músico donostiarra Rafael Berrio, componente de grupos como UHF, Amor A Traición y Deriva y autor de una fructífera trayectoria en solitario que estaba en su mejor momento, falleció este martes en San Sebastián a los 56 años, a causa de la grave enfermedad que padecía.
Hasta el último momento permaneció con el ánimo y la ilusión de terminar nuevas canciones para dar continuidad al último disco, que publicó el año pasado, 'Niño futuro'. Sú último concierto fue el de presentación de ese álbum, el pasado octubre en el teatro Principal. Berrio deja algunos discos tan emblemáticos como '1971' (2010), 'Diarios' (2013) y 'Paradoja' (2015), muy considerados en la música alternativa nacional de la última década, y que le habían procurado un amplio espectro de fieles seguidores y admiradores de unas canciones, y especialmente unos textos, de personalidad única. Con Berrio se va uno de los mayores talentos que ha dado la música donostiarra en las últimas décadas y todo un estandarte del espíritu rockero de sus calles, con su querencia por la bohemia literaria, que en los últimos años había tenido por fin eco a nivel nacional y había calado en generaciones más jóvenes.
Últimas canciones
En las últimas semanas Berrio grabó cinco canciones, de las que solo pudo completar la voz en tres, ya que empezó a fallarle una cuerda vocal. También dedicó sus últimos esfuerzos a recopilar sus canciones para un posible libro, animado por Jonás Trueba, Andrés Trapiello y el sello La Veleta, quienes se encuentran entre los muchos admiradores del talento de Rafael Berrio. Jonás Trueba incluyó una actuación de Berrio como parte de su película 'La reconquista', reflejo del reconocimiento que su obra empezó a tener con '1971' y 'Diarios', el díptico orquestal que grabó mano a mano con Joserra Senperena como pianista y orquestador y que reforzó el carácter lírico de su obra. El particular existencialismo y sentimiento trágico de la vida que mostraban canciones como 'Simulacro', 'La alegría de vivir' o 'En las lindes del fin' estaban en realidad cargadas de fina ironía y humor negro, y de una valiente lucidez para analizar desde lo cotidiano a lo inabarcable.
A escena con 17 años
Aquel chaval nervioso y enstusiasta que se subía a los escenarios de los bares del 'underground' donostiarra con 17 años al frente del grupo UHF ya nos dejaba asombrados con su magnetismo y entrega. También a Santi Ugarte, que eligió a UHF para lanzar simultáneamente, junto a Puskarra y Mogollón, a los tres grupos que constituyeron el primigenio Donosti Sound.
Embebido por el punk y la nueva ola emergentes en aquel 1980, y sin perder de vista a su gran inspirador Lou Reed, Berrio fue enseguida uno de los mayores dinamizadores del 'underground' donostiarra más desafiante e inclasificable, junto a su admirado Poch, entre otros. Se bregó en los escenarios en la gira de aquel Donosti Sound que desembarcó en el Rock-Ola de Madrid. Cuando aquello terminó, junto a algunos componentes de UHF y Cheli Lanzagorta formó Amor a Traición. Mostrando nuevas influencias, de Bob Dylan a Jaime Gil de Biedma, Berrio sacó su potencial lírico y el estilo apasionado y dramático que marcó un nuevo camino para su obra en el magistral pero maldito primer álbum del grupo, que contenía el gran contrahimno donostiarra desde su barrio de Egia, 'No pienso bajar más al centro'.
Deriva y renacimiento
En los siguientes años los discos se fueron espaciando. Se acercó a un pop intimista y exquisito con otros dos álbumes espléndidos, firmados como Deriva, y que contenían perlas como 'Algo delicado y difícil' o 'Invisible'.
En 2010 reapareció con '1971', un disco en el que plasmaba su devoción por la canción francesa, pero con su inigualable sello. «Era un creador único, la música, la letra y la voz eran extraordinarias. Fue apasionante hacer música con él y compartir amistad y andanzas», nos decía este martes Joserra Senperena, quien también hizo con Berrio la insólita adaptación de la zarzuela 'Adiós a la bohemia', de Sorozabal y Baroja, que presentaron con Ángela Molina en el Victoria Eugenia.
'Paradoja' mostró un nuevo giro hacía el rock más contundente, y en el que, como todos sus últimos proyectos, le acompañaron algunos de los mejores músicos locales. También hizo canciones para dos proyectos en directo, 'Phantasma' junto a Mursego y 'Abolir el alma', sobre textos de Cioran. En los últimos años se empeñó, con esa mezcla de chulería y humor que le caracterizaba, en que le llamaran Rafael. Pero siempre será el inigualable 'Rafa'.
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