Sección papeles de Coyuntura: La llegada del cisne negro
Por Arturo Laguado
La metáfora del cisne negro es usada por los economistas para referirse a los acontecimientos inesperados que rompen las proyecciones macroeconómicas hechas por los expertos. Aunque estas metáforas suelen disimular debilidades epistemológicas, la intempestiva pandemia propalada desde Wuhan (China), está cambiando la imagen del futuro del mundo.
El Covid-19 fue identificado en la ciudad de Wuhan en diciembre del 2019 y sólo tres meses después era declarado por la OMS como pandemia. Su difusión se dio, en un primer momento, en varios países de Asia, siendo Corea del Sur e Irán los más afectados. Inicialmente mirado de reojo por Occidente –que sólo temía por los coletazos que podía tener una crisis económica en China- la velocidad con que se propaló por Europa recordó amargamente los límites del sueño de una globalización circunscripta a las variables económicas.
Italia, España, Francia, Alemania y posteriormente el resto del continente europeo, vieron crecer los contagios a velocidades casi exponenciales. Poco después estaba en toda América.
Reacciones
La velocidad del contagio y, sobre todo, la tasa de mortalidad, ha sido asociada por los especialistas a varios factores: la disciplina social, la fortaleza del sistema de salud y la efectividad de la intervención estatal. En ese sentido, los pésimos resultados obtenidos en Italia en el control de la enfermedad se relacionan con el desmantelamiento que ha tenido su sistema de salud en los últimos años[1], lo que contrasta con una Alemania que ha logrado controlar los casos de mortalidad.
Independientemente del éxito en el combate de la pandemia, todos los gobiernos de Europa continental reaccionaron enérgicamente. Por ejemplo, España, Italia y Francia destinaron 20% del PIB en los dos primeros casos, y el 12% en el último, para combatir al Covid-19[2]. El Pacto Fiscal Europeo y su regla de oro de no superar el 3% de déficit so pena de recibir sanciones automáticas, es ahora papel mojado.
La pandemia obligó a los Estado nacionales a tomar fuertemente el centro de la escena. El gasto público, el cierre de fronteras, la regulación de precios y actividades comerciales, el control de la movilidad de las personas, están en el orden del día. Incluso algunos presidentes liberales –como Macron en Francia- se animan a mostrarle los dientes al mercado, señalando la necesidad de que los servicios públicos esenciales vuelva a estar desmercantilizados[3].
Es cierto que el presidente francés dijo esto en vísperas de las elecciones municipales. Pero más allá del componente demagógico que pudo haber tenido la declaración, ésta responde a un giro en la opinión pública que parece estar gestándose en Europa: es necesario el retorno del Estado.
No todos los gobiernos europeos reaccionaron activamente. Trump y Johnson, fieles a su ideario neoliberal, optaron por una actitud darwinista que se puede resumir como: “salvemos a la economía y dejemos que la gente se salve sola, así los sobrevivientes estaremos mejor”. En América Latina, Piñera, Duque y Bolsonaro reaccionaron con un talante similar.
Es sorprende cómo el compromiso ideológico de estos presidentes fue más allá de toda racionalidad epidemiológica. Sin embargo, ante el rápido avance de la pandemia, la racionalidad política impuso un cambio de discurso. El malestar de la población los obligó a imitar las medidas reguladoras de los otros gobiernos, iniciando con lo sanitario. Así lo está constando el presidente de Brasil acosado por los cacerolazos en los barrios que antes fueran su bastión electoral. Probablemente la lentitud para reaccionar sea castigada en las urnas.
La sociedad del riesgo
A finales del siglo pasado Ülrich Beck alcanzó fama gracias a su libro La sociedad del riesgo. En él, el sociólogo alemán advertía el riesgo que corría el mundo dadas las interdependencias que imponía la globalización. Este diagnóstico estaba acompañado de medidas prescriptivas: era necesario fortalecer una hipotética sociedad civil mundial que impusiera instituciones reguladoras planetarias.
La crisis del Covid-19 muestra, una vez más, lo acertado del diagnóstico de Beck. Pero la solución parece estar surgiendo de otra manera: el retorno a los Estados nacionales.
El neoliberalismo en su etapa tardía ya estaba desafiando a la globalización con las medidas proteccionistas impulsadas por Trump y el ascenso del nacionalismo en países europeos y asiáticos. El Covid-19 parece continuar esa tendencia, pero dándole un giro inesperado, el retorno de la centralidad del Estado.
Ante la crisis quedó en evidencia que el mercado es incapaz de coordinar acciones para garantizar a la población los bienes esenciales. El discurso individualista neoliberal que progresivamente venía perdiendo hegemonía –primero en América Latina desafiada por los movimientos sociales en Chile y Ecuador, más lentamente en los países ganadores de la globalización- enmudeció, como lo están constatando Johnson, Trump, Bolsonaro, entre otros.
Entre tanto, las bolsas del mundo se hunden y algunos analistas encuentran semejanzas con el crack de 1929[4], mientras otros ven la continuación lógica de la nunca superada crisis de 2008. Por un motivo u otro, la solución se está dando en el nivel de los Estados nacionales, con soluciones de índole keynesiana, es decir, regulación del mercado y sostenimiento de la demanda agregada. Es que la legitimación política también se da en el marco del Estado nacional y, hoy más que nunca, la presencia del Estado es reclamada por los ciudadanos.
No debe sorprender que la caída de las bolsas del mundo ocupen cada vez menos lugar en los diarios, desplazándose la preocupación hacia la economía real[5]. Pero tan importante como las medidas que toman los gobiernos ante esta crisis, es la relegitimación de la intervención del Estado, fuertemente golpeada por años de hegemonía neoliberal.
Por casa
El gobierno argentino, en concordancia con los países que mejor han manejado la crisis del Covid-19, ha mostrado una actividad frenética. Las medidas van desde el aislamiento obligatorio, hasta la inyección de dinero entre los sectores más carenciados, pasando por la protección del empleo formal, de las Pymes e, incluso, algunas que habrían suscitado una encendida reacción de los poderes facticos hace sólo unos meses, como el control de precios. Es importante destacar el apoyo que ha suscitado en la opinión pública las decisiones tomadas por el presidente[6], con un apoyo de casi el 60% de la población.
La discusión de la deuda no ha sido abandonada, pero, paradójicamente, las dificultades económicas que suscitará en la golpeada economía argentina el Covid-19 pone al gobierno en posición de fuerza ante los acreedores: no hay ninguna posibilidad de pagar sin un reperfilamiento que implique quitas importantes y extensión de plazo, mientras el FMI apoya estas medidas sin ambages. En un escenario excesivamente optimista, no se debe desoír la petición de la Celag para que se condone la deuda a los países de América Latina[7]. Aunque es poco probable que se dé esta disposición, el que sea formulable ya nos pone en un escenario distinto
Es imposible predecir la configuración que tendrá el mundo a la salida de la pandemia, pero con seguridad será diferente a aquel que debió enfrentar a la enfermedad. Para retomar un aforismo atribuido a los chinos –usualmente usado por los neoliberales para justificar ajustes- toda crisis significa oportunidad.
[1] https://www.tiempoar.com.ar/nota/italia-paria-de-europa-los-medicos-venian-alertando-por-la-crisis-del-sistema-sanitario-mucho-antes-del-coronavirus
[2] https://www.eldiario.es/internacional/Comparativa-Espana-Francia-Italia-coronavirus_0_1007199621.html
[3] “Mañana tendremos tiempo de sacar lecciones, de interrogarnos sobre el modelo de desarrollo que aplica nuestro mundo desde hace décadas y que ha revelado sus fallos, nos tendremos que interrogar sobre las debilidades de nuestra democracia”, dijo. “Pero lo que ya ha revelado esta pandemia es que la sanidad gratuita, sin condiciones de ingresos, de profesión, nuestro estado del bienestar, no son costes o cargas, sino bienes preciosos, unas ventajas indispensables (…) y que este tipo de bienes y servicios tienen que estar fuera de las leyes del mercado”. https://elpais.com/sociedad/2020-03-12/macron-ordena-el-cierre-de-guarderias-colegios-y-universidades-hasta-nueva-orden.html
[4] https://www.ambito.com/politica/crisis/recuerdos-del-futuro-el-estado-nacion-y-la-distribucion-del-ingreso-vuelven-la-crisis-n5089936
[5] P. e. https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/coronavirus-crisiseconomica-estado-ayudas-pobreza-desigualdad/20200319175607172326.html
[6] https://www.perfil.com/noticias/politica/encuesta-coronavirus-57-por-ciento-cree-informacion-que-brinda-gobierno-es-suficiente.phtml
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