El gobierno del Frente de Todos explicitó sus objetivos al menos de su primer extenso tramo de gestión: Tras la debacle que propició el macriato, se intentará beneficiar en primera instancia a los que menos tienen, tanto en materia de restricciones alimentarias cuanto de ingresos.
Así pensó el gobierno la reestructura de los beneficios previsionales (hoy anunciarán aumentos diferenciales donde el que asignan a la jubilación mínima triplicará al resto) , las tarjetas de alimentos "Argentina contra el Hambre" y seguramente esta impronta también signara el deseo oficial en las negociaciones paritarias: Espera más mejoras para los salarios de la base de la pirámide.
Es muy probable que esta primera etapa de gestión oficial sea acompañada por un tiempo relativamente extenso por buenos niveles de popularidad, pues es sabido que cuando el objetivo es reducir las manifestaciones más duras de la exclusión social, diversos segmentos sociales brindan amplio apoyo.
Lo hicieron en los inicios de la década kirchnerista durante la etapa win win en la que todos ganaban y se reducían las manifestaciones extremas de pobreza, etapa que se extendió plenamente hasta finales del año 2006.
Las "nuevas" clases medias y medias bajas - ya des pauperizadas tras la mega crisis del año 2001- , pueden pensarse como uno de los resultados de este proceso, en tanto expresaron la mayor capacidad de consumo que benefició a una parte importante de la población.
Sin embargo, esta circunstancia de apoyo social ampliado y horizontal empezó a quebrarse tras la llamada "crisis de la resolución 125", que más allá de errores en su implementación y cálculo, fue un intento notable de distribuir el ingreso de manera más equitativa, captando renta agropecuaria extraordinaria.
La coalición social empezó entonces firme y lentamente a angostarse, al tiempo que la oposición se expresaba aún sin liderazgo único. Un archipiélago opositor que comenzaría a ordenarse siete años después , a partir de la derrota del oficialismo bonaerense en el año 2013, hasta culminar en la derrota ya nacional del Frente para la Victoria, en la segunda vuelta de noviembre del año 2015.
La conclusión de esta secuencia, que debe importar al actual gobierno cuando finalice su etapa inicial de reparación de las heridas más graves del macriato son , según señalan Gabriel Kessler y Gabriela Benza :
“No debe darse por sentado que las coaliciones sociales que apoyaron políticas destinadas a ampliar la inclusión social también estarían dispuestas a dar su apoyo a la reducción de la desigualdad. La igualdad es muy exigente: no solo requiere medidas que eleven las condiciones de vida de la población de menores ingresos, sino también medidas que reduzcan la elevada concentración de los ingresos y del patrimonio.
“No debe darse por sentado que las coaliciones sociales que apoyaron políticas destinadas a ampliar la inclusión social también estarían dispuestas a dar su apoyo a la reducción de la desigualdad. La igualdad es muy exigente: no solo requiere medidas que eleven las condiciones de vida de la población de menores ingresos, sino también medidas que reduzcan la elevada concentración de los ingresos y del patrimonio.
Es decir, la igualdad también exige prestar atención a las clases medias más privilegiadas y a las clases altas. Una disminución significativa de la desigualdad, en suma, supone que los grupos más favorecidos estén dispuestos a resignar recursos y privilegios. Esta dimensión de la desigualdad está poco presente en las agendas políticas posneoliberales, y cuando lo estuvo, en general encontró fuertes y persistentes resistencias sociales”. (1)
Es muy pertinente el señalamiento. Cuando la etapa de reparación inicial y crecimiento sostenido (etapa win-win plena) cesó en el año 2006, las coaliciones sociales que apoyaron el gobierno que en aquél entonces aún encabezaba Néstor Kirchner, comenzaron a estrecharse sin prisa ni pausa y años más tarde , tras el aparente plebiscito electoral del año 2011, se produjo el primer efecto electoral contundente de la etapa de distribución del ingreso y el estrechamiento de loas coaliciones sociales que comporta: Derrota en el distrito emblema, provincia de Buenos Aires, y por 12 puntos en el año 2013 a manos del Frente Renovador, entonces opositor.
El segundo efecto electoral de la etapa de reducción de desigualdad ya bajo los gobiernos de Cristina Kirchner fue que, paulatinamente, la oposición se unificó en torno a un solo liderazgo, a la sazón, el de Mauricio “slowhand” Macri, hasta hacerlo triunfar en el año 2015.
Slowhand en acción |
En fin, una vez concluida la etapa inicial de inclusión social y reparación a los más castigados que descartamos será exitosa, el gobierno de Alberto Fernández enfrentará tres escenarios básicos:
1- ¿Logrará evitar con más éxito que sus antecesores kirchneristas el estrechamiento de las coaliciones sociales que comporta la etapa de disminución de la desigualdad o
2- volverá a ser derrotado por la oposición conservadora?
2- volverá a ser derrotado por la oposición conservadora?
3- ¿O tal vez y más sencillamente, evitará transitar la etapa de ataque a la desigualdad?
El tío Alberto en su laberinto, estimados lectores.
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Nota (1) “Nuevas clases medias: acercar la lupa”. Nueva Sociedad, febrero 2020
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