12/15/2019

perón el general paraguayo : política de palacio y organización social en la resistencia temprana

Resultado de imagen para perón, ese general paraguayo
El 25 de septiembre de 1955, Juan Perón comenzaba su exilio, trasladándose de la cañonera Paraguay al hidroavión Catalina en el que volaría a Asunción como se ve en la foto. Un destierro de 18 años se iniciaba.

El título de este post corresponde a un artículo publicado en la Revista Unidos, Año 4, Nº 13, de diciembre de 1986, por Norberto Ivancich, integrante del original Grupo Calafate , que refiere fundamentalmente a la práctica del líder fundador durante la primera resistencia peronista posterior al año 1955.

Creemos pertinente traer este antiguo texto para su relectura. Tras esta nueva etapa de resistencia tardía , iniciada el 10 de diciembre del año 2015, conviene revisar estas líneas argumentales para advertir, o no, comportamientos similares en la práctica de su actual liderazgo.👇🏼


"La convocatoria de balcón interesó al coronel desde su cargo más visceral: la Secretaría de Trabajo y Previsión. Se dio cuenta que de allí surgiría la “masa de maniobra disponible”. Primera desmesura la de este General que vistió el uniforme paraguayo: “del Ejército más glorioso de América”, un ejército vencido.

La casta militar había establecido un claro distingo entre los hombres de cuartel y los civiles, pero había una mayoría que era más civil que el resto. Este coronel gardeliano, que rompió la relación propia de los intersticios del poder para concurrir a asambleas gremiales, convocar a obreros en conflicto y reunirse sistemáticamente con conducciones sindicales y fracciones alternativas, estableció una relación pública y notoria. Y lo era tanto, que iba a la Bolsa de Comercio para tranquilizar a los patrones.

Pienso entonces en la amoralidad, palabra hueca si no se ubica el momento y las opciones sobre las cuales hay que decidir. Para algunos, parece que este coronel quería manipular en un país donde las reglas del juego eran limpias, claras, aceptadas consensualmente; una Arcadia de políticos honorables y de manos limpias, generales impolutos y madres vírgenes; de dirigentes sindicales que únicamente planteaban la autonomía organizativa de la clase y pensaban y actuaban según las afirmaciones de su partido (no bebían, no jugaban, se casaban con libreta e iban a estudiar los manuales de la única ciencia existente después del trabajo).

Según esta concepción, era obvio que a la nueva convocatoria le respondiera el lumpen, el que no trabajaba, el que no se casaba, no estudiaba y el que no se abstenía en nada. Es lógico, entonces, que el peronismo haya perdido la tradición socialista y haya ganado a algunos vivos que estaban cansados de perder en la UCR, y también es lógico que no se haya recibido la adhesión de ningún miembro del partido Demócrata Progresista...

Esto determina dos actitudes en Perón: 

1) desde el exilio comenzar nuevamente la acción política de palacio, entrevistas para anudar y desanudar acuerdos con viejos enemigos 
2) seguir convocando a la lucha y a la epopeya, negociando con los distintos poderes internos que se fueron consolidando: neo-peronismo, vandorismo, en definitiva las organizaciones, lábiles o no, jerarquizadas y cerradas o abiertas y horizontales, esa multiplicidad de formas que signan a nuestro Movimiento.

Este, constituido por el vértice personal (Perón) y por una variedad insólita de nucleamientos. Esta última siempre predominó; por ello, en la década de 60 ingresé a este Movimiento, con una confusa pero definitiva valoración de este general binacional. Encontré un entusiasmo que espero volver a recuperar.

No hay comentarios.: