La caja de resonancia lo fue avisando
¿Qu茅 sucedi贸 en el Congreso de la Naci贸n?
Por Pablo Papini
El Congreso nacional fue, desde fines de 2017, una de las plateas preferenciales desde las que pod铆a observarse la reunificaci贸n del peronismo que termin贸 devolvi茅ndolo al poder. Si bien el bienio legislativo que est谩 terminando es producto de las elecciones de aquel a帽o, en las que Cambiemos mejor贸 su representaci贸n, en la pr谩ctica le fue peor que en su ciclo inicial, cuando su tropa era menos robusta que ahora. La pol铆tica y el desastre econ贸mico del presidente Mauricio Macri lo hicieron. Los distintos fragmentos opositores empezaron a entenderse entre s铆, perdiendo el oficialismo saliente el control del palacio que hasta entonces hab铆a construido mediante el entendimiento con el no-kirchnerismo de ambas c谩maras.
Cuando luego del comicio de medio t茅rmino Macri decidi贸 acelerar el ajuste y la calle reaccion贸, las piezas empezaron a caerse una detr谩s de la otra como en un domin贸. La aceptaci贸n por parte de CFK de un di谩logo horizontal con los gobernadores y Sergio Massa se tradujo en t茅rminos legislativos: los diputados y senadores que antes hu铆an de fotos con sus colegas de Unidad Ciudadana, se reacercaron para torcer la agenda parlamentaria, a tono con el reclamo de mayor dureza para con el gobierno nacional que crec铆a desde abajo y con el derretimiento de la gesti贸n, que justificaban en el debate p煤blico operar a favor de un viraje.
Macri nunca cedi贸 al reclamo de un acuerdo interpartidario estable tipo Moncloa porque ello habr铆a demandado ceder en t茅rminos program谩ticos (para simplificarles las cosas a los hipot茅ticos contratantes) y de crecimiento del plantel amarillo en el interior del pa铆s. El presidente mandato vencido expresa a un sector del capital que no considera necesario pactar nada y, adem谩s, se propuso edificar una herramienta de mayor perdurabilidad que la de experiencias de derecha previas. La angurria con que se potenciaron tanto una cosa como la otra es incompatible con la pol铆tica. Si aquella mesa se hubiese convocado, alguien habr铆a tenido incentivos para defenderlo cuando empez贸 a llover. No existiendo, ¿por qu茅 lo har铆an?
De golpe empezaron a aparecer las derrotas, la oposici贸n consiguiendo qu贸rum y sancionando proyectos, y el macrismo prefiri贸 cerrar en los hechos el Congreso, vali茅ndose del control de la casa que siempre tiene el poder ejecutivo, al que le corresponde el control de las comisiones clave, paso inicial del proceso de formaci贸n de leyes. Clausur谩ndolas, sesionar se vuelve mucho m谩s complicado. Por ello, 2018/2019 ser谩 el ciclo de menor actividad desde el retorno de la democracia. Que un a帽o no electoral figure en ese podio ya es todo un r茅cord.
Con el ajuste jubilatorio, se percibi贸 que hab铆a consenso social para una oposici贸n enfocada en Macri y no en Cristina, lo que influy贸 determinantemente en Massa, junto al consejo del asesor catal谩n Antoni Guti茅rrez Rub铆, quien le recomend贸 abandonar la avenida del medio que se estaba angostando cuando la vicepresidenta electa perdi贸 contra Esteban Bullrich. Los pedidos de explicaci贸n por el pacto con el FMI que no pas贸 por el recinto como correspond铆a y la emergencia tarifaria fueron movimientos ofensivos en que se prob贸 que hab铆a n煤mero para avanzar, no s贸lo para repeler a un gobierno que ya no lo intentaba. La autorizaci贸n a los allanamientos a CFK, que s贸lo procedieron cuando ella misma los aval贸, pues hasta tanto los gobernadores peronistas fueron inflexibles en su defensa demostr谩ndole con ello que no hab铆a rencores personales sino diferencias pol铆ticas, habr谩n motivado la decisi贸n de explorar contratos provinciales que acabaron coronados nacionalmente en el Frente de Todos. Finalmente, el nombramiento en conjunto de los representantes al Consejo de la Magistratura supuso pisar territorio y agenda que se ten铆an por vedados al peronismo, como el Poder Judicial, y poner en pr谩ctica la negociaci贸n de espacios con que luego se armar铆an las listas.
El corrimiento de Cristina a favor de Alberto Fern谩ndez har铆a el resto, que ya es historia conocida. Hoy, lo que queda de un espacio que lleg贸 hace casi cuatro a帽os prometiendo al menos otros doce de duraci贸n, se desangra en peleas internas que hacen pensar que lo que a primera vista parece una primera minor铆a en Diputados puede peligrar si Macri se cierra al pedido de un redise帽o de la segunda alianza, no disponiendo ya de lapicera para mandar. A su antecesora le sucedi贸 lo mismo: hasta que, luego de su primera derrota personal, anunci贸 que su sector ser铆a base pero no totalidad de una alternativa de poder, sus ahora de nuevo aliados la presionaron aisl谩ndola, otorg谩ndole gobernabilidad a un no-peronista que esta vez no podr谩 decir que se le pusieron piedras en el camino. Nada debe perturbarlos tanto como que la imagen que devuelve el espejo en que se miran para curarse sea la de la enemiga aborrecida.
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