El agotamiento del Partido Socialista francés, la agonía de la moderada Syriza , la emergencia del “extremista” Jeremy Corbin y los resultados del Brexit, el declinar de la socialdemocracia alemana tienen su contrapartida.
Por debajo de todas estas novedades está el agotamiento definitivo de las experiencias de centro “moderado” que irrumpieron con fuerza durante los años ochenta y permanecieron exitosas hasta mediados de primera década de este siglo.
El colapso de la tercera vía resulta entonces un movimiento general expresado globalmente a nivel electoral, correlacionado con la expansión de la desregulación típica de la actual fase financiera y su crisis a mediados de la década pasada con la fortísima concentración del ingreso que supuso y sobre la que el informe reciente de Oxfam es contundente: la desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables.
Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres.
El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares. Para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad.
Agoniza así, de la mano de la megaconcentración del ingreso y urbi et orbi la “amplia avenida del medio”, sostenida en su momento en las figuras ya emblemáticas de Bill Clinton en los EE.UU., Tony Blair en el Reino Unido, Gerhard Schröder en Alemania, Felipe González en España, François Mitterrand en Francia, Raúl Ricardo Alfonsín en la Argentina, Fernando Henrique Cardoso en Brasil.
La crisis del PSOE, el partido que orientó la transición española tras la dictadura franquista, parecía alinearse con esta tesis de colapso de tercera vía, hasta que los socialistas ganaron las elecciones generales en España en abril de este año.
En efecto los socialistas del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) ganaron las elecciones generales en España - obteniendo 123 escaños en un Congreso de 350 asientos-, por lo que tendrán que pactar para gobernar, elecciones acontecidas luego de que el gobierno del socialista Pedro Sánchez ( hasta entonces presidente por moción de censura a Mariano Rajoy), no lograra la aprobación de su ley de presupuestos.
Una aparente resurrección del PSOE, que para triunfar "radicalizó" su componente de izquierda en la campaña electoral por lo avanzó hasta reducir a la mitad el electorado anterior de Podemos, ahora Unidas Podemos.
Ahora bien, este triunfo suponía una interrupción al colapso generalizado de la socialdemocracia y la tercera vía? No lo parece o, al menos, aún es imposible afirmarlo.
En efecto, a pocos meses de asumido presidente el socialista Pedro Sánchez ya no consigue formar gobierno y el Rey tampoco propone un nuevo candidato a la investidura, por lo que España se encamina a nuevas elecciones generales el 10 de noviembre.
El socialista culpa a Casado líder del Partido Popular, abjura de Rivera de Ciudadanos y veta a Iglesias de Unidas Podemos , responsabilizándolos - cada uno a su tiempo - del “bloqueo” que ha llevado a repetir las elecciones.
Más allá de esta reiterada y erosiva convocatoria a nuevas elecciones - que aún puede variar durante este mes - que de concretarse aumentará la abstención y en igual proporción agigantará las posibilidades de un gobierno de derecha en la península , es muy interesante la disputa entre el PSOE y Unidas Podemos encarnados en sus líderes Iglesias y Sánchez, sobre los fundamentos del "desencuentro" entre ambas formaciones "de izquierdas".
Un "distanciamiento" revelador, que muestra tanto los conocidos límites de la socialdemocracia, como la penuria de la "unidad entre espacios con proyectos de país heterogéneos", construída bajo la ilusión de pertenecer a una misma tradición político - cultural.
Tanto al PSOE, pero especialmente a Unidas Podemos, en este momento clave de su desarrollo como formaciones partidarias, parece corresponderle bien la advertencia que el sociólogo alemán Wolfgang Streeck desliza en su entrevista:
" Si los partidos de izquierda no logran concitar atención y credibilidad para una voluntad transformadora se volverán irrelevantes y más aún cuando sus líderes intentan imitar el oportunismo sin conceptos del llamado ¨centro¨ "
Para aproximarnos al tema de "los límites de la socialdemocracia y de la unidad entre heterogéneos", en la apertura se puede ver el último programa de Fuerte Apache - órgano audiovisual de Unidas Podemos - , y en el cierre , análisis de académicos y periodistas publicado en Univisión , canal en habla hispana de la televisión Iraní 👇
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