Les dejo esto por acá... pic.twitter.com/lawLxqrUVP— Diego Wainstein (@diegowainstein) September 21, 2019
Más allá de los acuerdos subterráneos de Luis Barrionuevo, con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hay otros vidriosos con el presidente Mauricio Macri, quien aspira al “milagro” de forzar un balotaje.
Está vinculado, según el diario La Nación con un “blindaje” al gastrónomico, que perdura desde 1979, con la organización que reúne a custodios privados, espías, patovicas y policías exonerados. Influiría el radical Enrique “Coti” Nosiglia, fuerte en el el radicalismo porteño, desde donde aspira a proyectarse a la UCR Nacional. Obvio, para tratar de ayudar a la homérica levantada presidencial, en plena estampida de muchos de sus seguidores y el abandono casi total del “círculo rojo”.
Curioso: Barrionuevo es esposo de Graciela Camaño, la primera candidata a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, por Consenso Federal, de Roberto Lavagna. La aguerrida mujer (que abofeteó nada menos que a Carlos Kunkel, frente a las cámaras de televisión) declaró en Tucumán: “A la mierda con los prolijitos (por los Ceos de Macri), que nos están llevando a la ruina e hipotecando el país”. No es un secreto: es una especie de madrina política de Sergio Massa (hoy alejada) y una combatiente intensa de Cristina y La Cámpora.
Siguiendo la línea, Massa será entrevistado este domingo por Jorge Fontevecchia. En los anticipos, el ex jefe de gabinete, hoy propulsor del nacimiento del “albertismo”, despotrica contra la “soberbia” y la política económica del ex presidente de Boca y los beneficios que les otorgó a “unos pocos”, entre los que incluyó a bancos, financieras y energéticas. Aclaró que no se irá contra esas empresas en el momento de procurar dinamizar lo destruido. Eso sí, repartiendo mejor la riqueza entre la población. Hay que recordar: Massa fue el favorito opositor elegido por Macri, a principios de 2016, cuando lo llevó al foro internacional de Davos, augurándole un futuro presidencialista. Que, por supuesto, el tigrense no abandonó.
Graciela Camaño, esposa de Barrionuevo: “A la mierda con los prolijitos…”
A todo esto, Alberto Fernández, con la venia de Cristina Kirchner, pretende transitar un camino de venganza cero, moderación, de centro, con buenas relaciones con Estados Unidos, según destacó la ex frepasista Diana Conti. La ex diputada, de trato familiar con el juez Claudio Bonadío, dijo que hay que olvidarse de una “reforma constitucional”, algo que el periodista Marcelo Longobardi exacerbó en una disputa radial con la titular de Justicia Legítima. Si Alberto y Cristina no quieren, no hay Eugenio Zaffaroni que valga.
La autocrítica de Alberto Fernández, el candidato a Presidente del Frente de Todos que lleva la gran sortija del 11 de agosto, no impide aventurar un “cambio de rumbo”, lo que se reflejará en el debate del 13 de octubre, como remarcó el intendente Gabriel Katopodis a Humanidad.
Aceitar los vínculos con Donald Trump y el FMI, inclinados hasta hace poco verticalmente hacia Macri (a tono con el brasileño Jair Bolsonaro), no significará que Alberto Fernández descuide lazos con países latinoamericanos (pruebas al canto: las conversaciones que mantuvo jueves y viernes con presidentes de Bolivia y Perú) y de la Unión Europea, representados por España y Portugal.
Uno de sus ejes centrales será el Pacto Social con trabajadores, empresarios, organizaciones sociales y curas villeros que responden al papa Francisco, Otro, un encolumnamiento con México y Uruguay, respecto al posicionamiento frente al régimen de venezolanno de Nicolás Maduro. Nada de aventuras militares. Todo se resuelve con diálogo y democracia.
Con este panorama, la desconfianza es algo natural. Amortiguar las hostilidades, aplacar la grieta, es algo que sólo se demostrará andando. Escasea el crédito, como lo hizo saber Christine Lagarde, ante los reproches del Premio Nobel Joseph Stiglitz.👇👇👇😌
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