Alberto se volvió a cruzar con un periodista en Córdobahttps://t.co/eB6SqzzaPU pic.twitter.com/xJQZoHJaKv— La Política Online (@l_p_o) July 19, 2019
Una entrevista complaciente
El día en que Menéndez habló en la televisión
Ocurrió en 1990. Mario Pereyra, el hacedor de Cadena 3, la radio más escuchada de Córdoba, desembarcó en el canal de la Universidad mediterránea con ”¡Qué Domingo!”, un ciclo en el cual se realizaba una entrevista semanal. En su primer programa Pereyra entrevistó a Luciano Benjamín Menéndez. Fue una de las más escandalosas intervenciones del genocida en los medios. Y fue una de las primeras veces en las que un alto jerarca de la dictadura hizo una apología de sus crímenes públicamente, adelantándose a las apariciones televisivas de Emilio Eduardo Massera y Miguel Osvaldo Etchecolatz.
Menéndez, quien todavía no había sido condenado, acababa de ser indultado por Carlos Menem, en octubre de 1989, medida que alcanzó a los todos los jefes militares con mando de tropa que no habían sido beneficiados con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Los comandantes condenados en el Juicio a las Juntas aun estaban presos y faltaba poco para el indulto de fines de 1990. La entrevista se grabó una semana antes de que se emitiera y el productor Jorge Zapata acercó a las autoridades universitarias un VHS con el reportaje completo.
Al comenzar el diálogo, Pereyra presentó a su invitado como “un hombre polémico, discutido en nuestra provincia, a nivel nacional y tal vez internacional”. Una vez sentado frente al genocida, a quien se dirigió como “estimado general”, reconoció que "algunos me dicen que frente a usted debería estar serio, casi enojado, y otros creen que debería estar con una sonrisa”.
En un diálogo condescendiente, Pereyra permitió que el represor se explayara sobre “la agresión marxista” que, según él, quiso convertir a la Argentina en “un país comunista”. Envalentonado, Menéndez afirmó que "las Fuerzas Armadas Armadas actuaron sin ninguna consideración, usando todas sus armas para conseguir la victoria”.
Consultado por Pereyra por la situación de Jorge Videla, Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, aseguró que le provocaba "un profundo dolor que mis comandantes estén presos por haber vencido a la subversión”, y criticó los juicios de la era alfonsinista, interrumpidos por las leyes de impunidad. “Ningún país juzga a sus militares victoriosos”, agregó.
Consultado acerca del arrepentimiento, no dudó en decir que “sólo hay que arrepentirse de no lograr la victoria para la Patria”. El genocida negó que los militares del llamado "Proceso de Reorganización Nacional" se hubieran querido eternizar en el poder de no haber sido derrotados en Malvinas.
Finalmente, y ante la complacencia del entrevistador, celebró que el entonces presidente, Carlos Menem, hubiera "cesado la agresión que sufríamos", aunque advirtió que "cuando deje a los comandantes en libertad y suba el presupuesto podré decir que la agresión cesó definitivamente". "Menem aplica la Constitución Nacional, Alfonsín la violaba sistemáticamente”, afirmó.
Tras la emisión, los estudiantes de la Universidad de Córdoba expresaron su repudio por la entrevista, cuyo aval había sido dado por el rector Francisco Delich. Zapata, el productor del programa, a pedido de Delich, asumió la responsabilidad de la emisión.
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