Buenas. Qué debilidad política la de Macri! Nombró por decreto a dos jueces de la Corte y a 3 años ya no puede siquiera destituir a un juez federal ni sacarle una causa que lo complicará decisivamente. El ajuste no paga, fagocita poder político. Era obvio: https://t.co/IbTZcKkvym— Artemio López (@Lupo55) 4 de mayo de 2019
El caso Dilma
Por Gilberto Maringoni
Interpretaciones sobre la encuesta de Datafolha, están por todos lados.
El cuadro es horripilante: 62% cree que el gobierno es malo o pésimo. Pero más que los números, lo que impresiona es el cuadro o la tendencia. En la última encuesta, a inicios de febrero, este indicador era del 44% y nada indica que dejará de subir. Dilma pierde apoyo entre los pobres y entre su electorado tradicional, de manera vertiginosa.
Es una presidenta debilitada, desmoralizada y sin credibilidad por haber prometido una cosa en la campaña electoral y practicada otra al asumir su segundo mandato. Atacada por todos lados, de derecha a izquierda, la mandataria trata de producir hechos, tales como la ley contra la corrupción y el plan de campañas de marketing. Pero hay un factor en la gestión petista avalada por la derecha y sus voceros en los medios de comunicación. Es su política económica de ajuste fiscal rígido y control de las cuentas públicas, que nos está hundiendo en una recesión de proporciones incalculables.
Crisis por la derecha y la izquierda.

El texto es revelador: el ajuste se ha convertido en el real garante del mandato presidencial. Olvídate de las políticas sociales, de la “Patria Educadora” y de las políticas sectoriales de aquí y allá. La obsesión oficial es el ajuste. Si Dilma cambia su política económica, perderá su base de sustentación en el mercado financiero.
Es este sector que considera su gobierno óptimo y bueno. (Con una tasa de interés del 12,75% al año, hasta hoy). El ajuste dejó de ser una opción para el gobierno. Es su propia razón de ser. Si el ajuste termina, el gobierno cae. Por lo tanto es muy remota la posibilidad de que Joaquim Levy sea despedido. No es una casualidad que toda la bancada petista lo aplaudió de pie en el encuentro del lunes16M. Ni el PMBD llegó a tanto.
La contracción, los recortes, el brutal superávit y toda la catilinaria del neoliberalismo heavy metal – que Dilma acusó a Aécio Neves de querer implantar – llegó para quedarse. No es Dilma quien nos gobierna. Es el ajuste.
Gilberto Maringoni, profesor de Relaciones Internacionales es un veterano periodista y militante de la izquierda brasileña Traducción para www.sinpermiso.info : Carlos A. Suárez
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Que debilidad politica y electoral la de Macri. El mismo que rechazó el acuerdo con @SergioMassa en 2015; hoy lo implora en 2019. Olor a calas.— Artemio López (@Lupo55) 3 de mayo de 2019
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