5/17/2019

pensando el macrismo: steven levitsky y el autoritarismo competitivo




El Autoritarismo Competitivo o electoral es un tipo de régimen híbrido, cada vez más frecuente en las nuevas olas de democratización tras el cierre del ciclo popular democrático en la región, que tiene como rasgo principal la posibilidad de oposición o contestación a los líderes del régimen en distintas áreas (electoral, parlamentaria o legislativa, judicial, etc.) sin llegar a alcanzar el estatus de democracias plenas

Los límites para caracterizarlos como democracias plenas son  según Steven Levitsky la corrupción generalizada , el abuso de los recursos públicos y la manipulación de los medios de comunicación a favor de los gobernantes (Schedler, 2006; Levitsky y Way, 2010; Bunce y Wolchik, 2011). 

Levitsky , investigador norteamericano señala en sus textos como "tipos" de autoritarismo competitivo a la Rusia de Putin o la Ucrania de Yanukovich, a la Venezuela chavista y un gran número de naciones africanas y, en el pasado reciente, desde el régimen de Fujimori en Perú al sistema de partido hegemónico del PRI en México o la Croacia de Tudjman y la Yugoslavia de Milosevic.

Al respecto el abogado y periodista Aleardo Laría sostiene que Levitsky  "acuñó la expresión  Autoritarismo Competitivo para referirse a los regímenes políticos híbridos, donde las instituciones democráticamente formales existen y permiten las elecciones libres pero luego los gobiernos electos violan las reglas de juego con demasiada frecuencia. No son sistemas donde impere un autoritarismo absoluto, pero las violaciones de los criterios que rigen en las democracias son lo suficientemente frecuentes y serias como para desnivelar el terreno de juego entre el gobierno y la oposición".

Para el  politólogo Levitsky, los regímenes democráticos plenos cumplen con cuatro criterios mínimos en teoría: 

  1. Los cuerpos ejecutivos y legislativos son elegidos a través de elecciones libres y abiertas. 
  2. Todos los ciudadanos pueden votar. 
  3. Los derechos políticos y las libertades civiles, incluidas la de prensa, la de asociación y la de criticar al gobierno sin sufrir represalias, son protegidos.
  4. Las autoridades elegidas no están sometidas al control tutelar del ejército local o de algún líder religioso. 
En los regímenes de Autoritarismo Competitivo existen, siguiendo a Steven Levitsky, a su vez cuatro espacios de competencia a través de las cuales la oposición puede desafiar y eventualmente vencer a los gobernantes autocráticos, pero en medios de dificultades ampliadas que los distinguen de un régimen democrático pleno. 

En el terreno electoral las elecciones son competitivas, no se verifican proscripciones abiertas ( esto ya los colocaría en otra categoría de régimen "autoritario no competitivo") , pero existe un uso arbitrario y abusivo de los recursos del Estado por parte del partido que está en el poder combinados con intentos de silenciamiento explícito de la oposición. 

En el ámbito legislativo existe un férreo control del bloque de legisladores aliados al gobierno - por mecanismo diversos incluída la prebenda - , pero las fuerzas de la oposición disponen todavía de la herramienta legislativa como plataforma para denunciar al régimen. 

En el campo judicial los gobiernos del Autoritarismo Competitivo subordinan a los jueces por procedimientos a veces poco sutiles o inclusive acudiendo al uso de amenazas y presiones explícitas. En el límite de estas presiones promueven el encarcelamiento de opositores bajo procedimientos jurídicos ilegítimos, aunque estos actos pueden suponer costos significativos en términos de legitimidad nacional e internacional. 

Sobre medios de comunicación masiva, cuarto soporte donde el gobierno intenta consolidar una cadena de medios oficiales y busca con frecuencia suprimir, ahogar o acotar a los medios independientes, valiéndose de mecanismos como el reparto selectivo de la publicidad del Estado y presión sobre anunciantes privados, manipulación o anulación arbitraria de las leyes que regulan los servicios audiovisuales, llegando como en Argentina a la prisión de los titulares de medios independientes. 

La coexistencia de leyes e instituciones democráticas con el ejercicio autoritario del poder y un horizonte electoral como desafío inminente al régimen es fuente permanente de inestabilidad bajo el formato de Autoritarismo Competitivo. 

Sabemos que es habitual en discusiones y análisis de referentes, investigadores y comunicadores opositores, la ausencia de categorías para caracterizar el actual régimen macrista en general y el funcionamiento de su aparato estatal en particular. 

A nuestro juicio provisoriamente al menos el régimen macrista también puede ser nominado como una forma de régimen Autoritario Competitivo, por su corrupción estructural generalizada, la manipulación del aparato judicial y medios de comunicación, combinados con el abuso de recursos públicos con el fin de debilitar a la oposición, cumpliendo todas y cada una de las determinaciones consideradas por Levitsky para esa categorización.

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