Mientras tanto, la cúpula se encuentra dividida ante el futuro de la cadena de supermercados, con el consejo acusando a Fridman de querer hundir a la empresa
Al tiempo que la cúpula de la cadena de supermercados se pelea por el futuro de la empresa, DIA se desploma esta semana un 30%, cotizando ya en los 36 céntimos por título (por ponerlo en perspectiva, a principios de año cotizaba en los 4,4 euros por acción). No en vano, el futuro de DIA se nubla por momentos: el magnate ruso Mikhail Fridman, dueño del fondo LetterOne con una participación al borde de la opa, ha enviado una carta pidiendo la dimisión de tres miembros del órgano de gobierno de la compañía a los que acusa de ser los responsables de su situación financiera.
Situación de difícil remedio, teniendo en cuenta que Fridman y el consejo de administración no se ponen de acuerdo respecto a las medidas a tomar: mientras que el ruso pide a la banca una quita como condición para realizar una nueva inversión, la cúpula prefiere refinanciar la deuda e impulsar una ampliación de capital de 600 millones de euros, acusando al ruso de querer hundir a la empresa para así comprar barato.
Así, según los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores(CNMV), Goldman Sachs afloró (de nuevo) una participación dentro de la cotizada, esta vez del 5,2% el pasado 13 de diciembre. Cuatro días más tarde, el 17 de diciembre, Société Générale, que llevaba desde abril sin cambiar su posición, vendió al completo el 4,9% del que era propietario.
Goldman Sachs lleva 'jugando' con su participación en DIA durante meses, prestando una parte importante de esta a bajistas —siendo DIA el valor más codiciado entre las posiciones cortas, con un 14,7% de su capital—. Con todo, la cadena de supermercados se liberará pronto de la presión pública de las posiciones cortas: fuentes de la CNMV han anunciado este jueves que, a partir del 26 de diciembre, ya no publicarán más posiciones agregadas (solo las individuales que superen el 0,5% del capital).
Sin embargo, no se salva de la continua rebaja de las agencias 'rating'. Si ya el miércoles S&P hundía el 'rating' de DIA y apremiaba una ampliación de capital, el jueves le ha tocado el turno a Moody's, que también la ha rebajado hasta 'Caa1' (nivel de 'calidad muy pobre' dentro del llamado 'bono basura'). Según el vicepresidente y analista de Moody's, Vincent Gusdorf, esta situación ahonda en la incertidumbre de la empresa en un momento en el que está intentando negociar nuevas fuentes de financiación con los bancos acreedores y considerando un aumento de capital de 600 millones de euros, algo que "requiere de la aprobación de la mayoría de los accionistas".
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