El salto de precios post devaluación se coronó en octubre con los indicadores de inflación minorista (+5,4%) y los aumentos en la canasta básica (+7,5%) sobre productos de primera necesidad.
El intento de compensación por medio del bono de $5.000 en dos cuotas no estuvo exento de inconvenientes de implementación y aplicación efectiva. Los números optimistas estiman que lo cobrará el 50% de lxs trabajadorxs registrados activos. Queda afuera también la inmensa mayoría de trabajadorxs pasivos.
La espiralización del proceso inflacionario no es algo nuevo en Argentina, aunque en este año se vio una aceleración en su trayectoria, además de ampliarse la brecha con otras variables nominales, como los salarios y los recursos presupuestarios.
Lejos de ser inocuo o ceñirse a la esfera distributiva, los resultados del 2018 tienen impacto en el plano macroeconómico.
Es así que a lo largo del año se fue propagando la caída de la demanda a una mayor cantidad de rubros económicos. Lo que empezó como una tenue desaceleración ceñida a lo sectorial (como el industrial y el primario), ya se ha difundido a casi la totalidad de actividades tanto del segmento privado.
La virtual recesión en la que ingresó la economía en septiembre, no muestra un horizonte de cierre claro. Y mucho menos claridad existe en cuanto a las perspectivas de recuperación de los salarios reales de los sectores con ingresos fijos.
La necesidad del Ejecutivo Nacional de garantizar la meta fiscal primaria acordada con el FMI, resulta una espada de Damocles sobre la posibilidad de estimular la economía por el canal fiscal y/o el monetario. Tras un año de difundido retroceso de los márgenes de ganancia empresaria, no parece probable que la recuperación provenga de una política salarial más generosa.
En la presente infografía, abordamos la comparación entre precios y salarios para el año en curso. Además, desarrollamos un desglose por sector de actividad y estudiamos la evolución de otras medidas de ingresos, como haberes y transferencias. Por último, ponemos los resultados en perspectiva regional.
Los números del informe marcan una caída de casi 20 puntos de la capacidad de compra de los salarios sobre la canasta básica.
Se explica por un crecimiento en el costo de los productos esenciales del orden que se proyecta en el orden del 56%, con salarios que cerrarán 2018 con aumentos del 26,3% promedio.
En el detalle de productos de consumo masivo, se tiene una pérdida de poder de compra del 60,2% en términos de harina de trigo, del 45,6% medido en fideos, del 36,3% en relación al precio del aceite de girasol, y del 34,1% en pan francés, entre otros.
Analizando los principales convenios colectivos a la fecha, la paritaria promedio 2018 ya escala al 28,4%. No obstante, con subas de precios que treparán como mínimo en el orden 45%, la caída de poder adquisitivo será significativa.
Entre los deterioros más relevantes en la proyección 2018, se tiene la paritaria de estatales nacionales y gastronómicos (-16), comunicaciones (-15,3%), alimentación (-13,1%), textiles (-12,8%), comercio (-12,1%), colectiveros (-11,7%) y la UATRE (-10,6%).
Los haberes también siguen sufriendo la erosión del efecto inflacionario. Con un techo del 17,1% en el mes en curso, la caída real de las jubilaciones promediará 7,6% en 2018. Monetizada, representa un diferencial de $7.892 entre la fórmula de ajuste actual y una indexación que mantenga el poder adquisitivo. Con todo, el promedio de paritarias de trabajadores registrados ya registra una caída del 10,2% en el año 2018.
1 comentario:
FRACASO !
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