Santiago Kovadloff: "El miedo al populismo es mayor al de los desaciertos del Gobierno" https://t.co/HmAFkb5JBW pic.twitter.com/WOKYiiYPkB
— La Nación Más (@lanacionmas) 28 de noviembre de 2018
Santiago Kovadloff: "El miedo al populismo es mayor al de los desaciertos del Gobierno" https://t.co/HmAFkb5JBW pic.twitter.com/WOKYiiYPkB
— La Nación Más (@lanacionmas) 28 de noviembre de 2018La información de la ANSES disponible por Marcos Peña tiene datos muy precisos sobre cada uno de los ciudadanos de este país. Peña y Durán Barba vienen desarrollando desde hace más de un año sistemas y un equipo especializado para intervenir en las redes. ¿Cuál será la mentira que Cambiemos inventará de cara a las elecciones 2019?
opera estable a $ 39,54 https://t.co/TVhGLAnoja— Artemio López (@Lupo55) 29 de noviembre de 2018
(para La Tecl@ Eñe)
Dice el diario oficialista La Nación que para la elección del 2017, el PRO logró reunir un millón de “voluntarios territoriales” con los que crearon una base de datos para la campaña. Pero dice que a partir de 2017 decidieron borrar esa base de datos para diseñar otra mucho más completa y precisa para las elecciones de 2019. Todo ese disparate suena a encubrimiento del aprovechamiento ilegal de una base de datos que no les pertenece. Porque desde septiembre de 2017, un decreto de necesidad y urgencia de Mauricio Macri pasó a la órbita de Marcos Peña, en la jefatura de Gabinete, a la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales. Ni el peronismo tiene un millón de voluntarios territoriales.
El banco de datos que tenía en el 2015 le sirvió para elaborar esta idea: “Si gana Aníbal Fernández, la droga entrará a la escuela de tus hijos”. Fue más o menos el texto de los miles de mensajes que se enviaron por las redes en la campaña de 2015. La historia falsa que construyó el macrismo en sociedad con los servicios de inteligencia más los Lanatta y Lanata, asesino y periodista, se convirtió en una inmensa fuente de mensajes de posverdades y noticias falsas en whatsapp y tuits. Ese mecanismo construyó gran parte de la derrota del candidato bonaerense del Frente para la Victoria.
Dice La Nación del 24 de noviembre pasado: “En la sede del partido de Mauricio Macri, bajo la órbita del jefe de Gabinete Marcos Peña y del onmipresente gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba buscan redoblar la apuesta en comunicación que llevó a Cambiemos a la Casa Rosada en 2015”.
La gestión del macrismo en el gobierno ha sido malísima para la mayoría. Más del 70 por ciento la rechaza. No la pueden usar como eje de campaña. Pero confían en la misma campaña negativa que hicieron en las dos anteriores. Es la estrategia del macrismo para las elecciones del 2019.
La nota de La Nación sorprende por el gran descrédito que han ganado estas herramientas. No sorprende que las usen, sino que lo hagan explícito. En Argentina y Brasil, las fuerzas conservadores se aprovecharon del respeto institucional de los gobiernos populares. En el caso argentino, Cristina Kirchner no quiso buscar otra reelección para la que hubiera tenido que modificar la constitución. En el caso de Brasil, los dos presidentes populares, Lula y Dilma Rousseff acataron la acción del Congreso y el Poder Judicial a pesar de la evidente parcialidad de los jueces, empujados por la parcialidad de las corporaciones mediáticas.
Ingenuidad o convicción republicana, o las dos cosas juntas, la derecha se aprovechó de esa debilidad de las fuerzas populares y además aplicó las trampas informáticas en la campaña. Así capturó miles de perfiles en forma ilegal y diseñó mensajes falsos adecuados a esos perfiles. Esta intervención ilegal en Argentina dejó de ser un secreto cuando la confirmó Cambridge Analytica en el Parlamento británico y cuando Martín Lanatta, condenado por el triple crimen de General Rodríguez reconoció que la entrevista que le hizo Jorge Lanata en la cárcel fue parte de una operación contra el candidato que enfrentaba a María Eugenia Vidal.
Cambridge Analytica había reunido una base de datos con millones de perfiles capturados en Facebook, con los que intervino en votaciones realizadas en Gran Bretaña, Estados Unidos, Colombia, Brasil y Argentina. Es una base de datos sobre la base de información extraída de los perfiles en las redes. Resulta obvio que la información de la ANSES disponible por Marcos Peña, tiene datos mucho más completos y precisos sobre cada uno de los ciudadanos de este país, que los de la base de datos de Cambridge Analytica.
Dice La Nación que en el edificio del PRO “trabajan unos 15 directivos, Community Manager, programadores y creadores de contenidos”, todos al mando de Guillermo Riera, un ex funcionario que fue acusado de manejar una granja de trolls desde el gobierno. En el sistema de voluntariado que dirige Federico Morales, trabajan unas 4500 personas, que se designan como “líderes”. Con sus usuarios y contraseñas, estos “líderes” ingresan desde sus terminales a una aplicación a través de la cual acceden a los perfiles. La aplicación tiene filtros que permite clasificarlos por sexo, edad, situación socioeconómica y demás. Públicamente se trataría del millón de perfiles del resto del voluntariado, pero no es casual que Marcos Peña haya insistido en que los datos de la ANSES quedaran en su órbita.
Tienen una de las bases de datos más completa del país y vienen desarrollando desde hace más de un año sistemas y un equipo especializado para intervenir en las redes. Una organización similar a la de Cambridge Analytica, que debió disolverse por la escandalosa manipulación de las elecciones donde intervino. Empezarán a llegar mensajes, no serán obvios ni atosigantes y buscarán golpear en el punto más vulnerable como hicieron en la campaña contra Aníbal Fernández. Nadie quiere que la droga entre a las escuelas. Esa fue la mentira que inventaron en 2015 y convenció a mucha gente. Habrá que ver cuál será la que inventarán para el 2019.
Buenos Aires, 28 de noviembre de 2018
*Periodista
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