• La devaluación acelerada de las últimas semanas impacta sobre el precio de todos los bienes y servicios de la economía.
• La vinculación entre el precio de la moneda y el de los demás ítems, tiene una razón de ser económica, que en nuestro país se potencia por causales culturales.
• Por un lado, una matriz productiva con alto grado de dependencia de la importación de insumos, determina efectos directos sobre los productos finales en contextos devaluatorios.
• Por otro lado, la espiralización del proceso inflacionario en los últimos meses, determina efectos de segunda ronda dada la carrera precios-costos, que cada vez avanza a mayor velocidad.
• Por último, tuvo efecto cierta “inflación contenida” sobre el precio de unidades 0KM; en especial en aquellas concesionarias que mantenían esquemas de promociones para evitar la merma de ventas en la fase inicial de la “tormenta” gestada en 2018.
• Pero no solo el valor de las unidades se vio incidido por el proceso inflacionario: todo el conjunto de rubros que hacen al mantenimiento de los vehículos también siguen verificando importantes correcciones de precios en los últimos meses.
• En contextos de fatigadas finanzas familiares, estos aumentos no hacen más que carcomer los ingresos excedentes después del consumo de productos y servicios de primera necesidad.
• Es relevante que, para muchas familias argentinas, el uso de un vehículo no se vincula a un consumo suntuario ni improductivo, sino de un instrumento indispensable para poder llevar adelante las actividades del día a día, a falta de otros medios alternativos.
• En la presente infografía, estudiamos los costos de mantenimiento de vehículos. A tales fines, actualizamos el relevamiento que realizamos cada año, relativo a una canasta de bienes y servicios derivados del uso de un automóvil. Por último, indagamos en los resultados en relación al poder adquisitivo.
• Para estratificar el relevamiento, se seleccionaron tres tipos de vehículo, característicos de distintos segmentos socioeconómicos. Así, en 2018, el aumento anual promedio en el costo de mantener un auto de gama baja fue de 55,8%, uno de gama media, de 49,5%, mientras que para la gama alta del 47,9%.
• En el detalle, se tienen algunos aumentos muy considerables. Por caso, el peaje en zonas urbanas llegó a aumentar hasta un 81,8%, mientras que el alza en el combustible fue del 78% acumulado anual. Más en línea con la inflación, se tienen aumentos en la VTV del 42,8% y en el estacionamiento del 33,3%.
• Estas subas promedio por encima de la inflación son el reflejo de la caída de poder adquisitivo de los salarios. Por caso, la cobertura de los salarios promedio respecto de la canasta automotor se redujo hasta 29,8% en los últimos dos años.
• Por su parte, en una comparativa de acuerdo a ingresos representativos de cada segmento, el decil n° 6 podía costear un 114% de la canasta automotor de segmento bajo con un salario de 2016, mientras que en la actualidad le alcanza para un 87,6%.
• Este proceso encuentra su correlato en el precio de las unidades 0KM. En el último mes, producto de la devaluación, se registraron aumentos de hasta 20% en vehículos de Volkswagen y Chevrolet. Medido en función al indicador del Ministerio de Industria, el aumento medio de precios supera el 33% en un año.
• En este escenario, la industria transita un contexto de merma en las ventas, a partir de una caída del 19,8% en el último trimestre.
• Con todo, el costo de mantener un vehículo aumentó hasta un 55% en el último año.
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