8/27/2018

no me verás!


Los camioneros siguen otra ruta

El sindicato de Camioneros anunció esta tarde su alejamiento de la conducción de la CGT. La salida del gremio se da en medio del enfrentamiento de los Moyano con los sectores dialoguistas de la central obrera.

El alejamiento del sindicato liderado por Hugo y Pablo Moyano fue anunciada por el dirigente Omar Pérez durante la reunión de Consejo Directivo que se realizó en la sede Azopardo. "Prefiero caminar desnudo con la CTA que caminar con los funcionarios del FMI con sus trajes italianos", sostuvo Pérez.

La CGT realizará este miércoles un plenario de secretarios generales. Camioneros y otros gremios aliados a los Moyano ya había anunciado su decisión de no concurrir.


Nada nuevo

Ahora mismo sobrevuela la posibilidad de fractura de la CGT y es esperable.

Es ya una ley de formación y funcionamiento histórica de la organización gremial, atribuible tal vez ( hipótesis provisional)  a la notable heterogeneidad ideológica y de proyecto de la dirigencia gremial, sobreimpresa a las notables asimetrías en el impacto sobre el mercado de trabajo de los proyectos conservadores.

Lo notable es que las etapas más operativas del Movimiento Obrero Organizado (MOO), las de mayor nivel de confrontación y mejores niveles de acumulación de poder y resultados reivindicativos específicos se dieron tras las rupturas.

La evidencia histórica muestra que para los sectores más dinámicos del MOO, la vieja unidad construida en etapas de flujo y ascenso económico social, resultó un lastre para los tramos de reflujo y retroceso socio económico.

El primer gran estallido de la historia cegetista se produjo en 1968, bajo el régimen de Juan Carlos Onganía. De esa ruptura nacieron la CGT de los Argentinos, liderada por el gráfico Raimundo Ongaro y combativa del gobierno militar, y la CGT Azopardo, de posición más dialoguista y con el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor como figura principal.

El siguiente cisma se produjo con el horror de la última dictadura como escenografía. Las sombras de la represión ilegal encontraron por un lado a la ortodoxa CGT Brasil, con el cervecero Saúl Ubaldini como estandarte, y a la CGT Azopardo, impulsada por Jorge Triaca y Armando Cavalieri.



En 1989, se produjo otra división. Esta vez bajo el paraguas del gobierno democrático de Carlos Menem, Ubaldini pasó a conducir la CGT Azopardo, mientras que Güerino Andreoni quedó a cargo de la CGT San Martín.

La última fractura se produjo en 2000, ley laboral de por medio. La CGT oficial pasó a estar controlada por Rodolfo Daer, del gremio de la Alimentación, mientras que Hugo Moyano se puso al frente de la CGT paralela. La división se prolongó hasta 2004, cuando la central obrera se unificó bajo un triunvirato integrado por Moyano, José Luis Lingeri y Susana Rueda, de Sanidad.

Se sucedió luego una escisión breve que no puede con propiedad considerase ruptura con la emergencia de la CGT Azul y Blanca, encabezada por Luis Barrionuevo, un sello opositor surgido en el año 2008 en los albores del conflicto abierto por la reacción del complejo agro mediático, frente a al intento de captación de renta extraordinaria por parte del gobierno popular - democrático.

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