elecciones 2019: oposición, qué oposición - el peso del interior bonaerense-

Política

Hey Peronist! 10 verdades Artemistas para una rosca de viernes por la noche

Por Javier Campos

El jueves estuvo en el Club Atlanta de Luján y en lo que dura medio partido de fútbol soltó conceptos que dejaron a más de uno haciéndose los rulos. Resumidos en diez, y acompañados por la canción Ramble Tamble de Creedence Clearwater Revival (algo así como una “gran respuesta americana a los Beatles”) que da nombre al blog del picante encuestador, Ladran Sancho te los presenta así.

1. Se necesita una oposición que efectivamente se plantee como antagónica con respecto al modelo que lleva adelante Cambiemos, que es muy compacto, muy sólido y sin fisuras visibles en términos dirigenciales. Eso deja de lado a buena parte de las ofertas opositoras que se plantean como oposiciones intermedias, o atajos frente al oficialismo. En 2017, Cambiemos hizo una elección de 41 puntos a nivel nacional , en la cuenta más favorable. Se vendió como un gran triunfo nacional, pero fue la peor renovación de mandato desde la recuperación democrática con excepción de la de De la Rúa en 2001. En la oposición, Cristina desde las puertas de Comodoro Py, dos meses antes de la elección, funda Unidad Ciudadana y en las PASO hace una elección de 38 puntos, se coloca como primera minoría y en las generales resulta segunda minoría. En las condiciones de alta precariedad - con una herramienta política nueva en el contexto de gran persecución mediática y judicial - termina a tres puntos de votos en el principal distrito del país que en el peronismo da la media nacional.

2. De cara a 2019 un cambio de ciclo político está disponible en Argentina y la principal opositora es Cristina Kirchner. Las posiciones amigables con el oficialismo no funcionan ya que cuando una sociedad se polariza la trampa de la moderación, además de ser un problema político y conceptual grave, es un problema electoral. Miren cómo le fue a todos aquellos que se aproximaron a Cambiemos en la elecciones de medio mandato: prácticamente desparecieron. La tercera vía, la vía del medio, la vía amigable, el peronismo racional o el nombre que quieran, no funcionó ni va a funcionar. Estas sociedades tienen en la base una estructura polarizada que no ceden. Si hay algo que está pasando es que la polarización de 2015 no está cediendo. El voto fundamental se mantiene y ahí está la gran ventaja que tiene el liderazgo de Cristina que va a ordenar el universo panperonista, quien va a ser la primera decisora en términos electorales. Es una etapa traumática, con la principal opositora bajo persecución sistemática con intento severo de proscripción. Todo con sectores que debieran oponerse y acompañan al gobierno, que malversan su rol de opositores y se ubican de manera oportunista en el tablero político; entrando y saliendo de manera obscena… esto también es moneda frecuente camino a 2019.

3. Cambiemos tiene un epicentro fundamental en Capital pero la construcción de Cambiemos comienza en el interior bonaerense. Ellos comienzan a desplegar una estrategia electoral exitosa a nivel nacional dominando de manera plena el interior bonaerense y eso después se traslada a través del impacto que tiene el interior sobre el Conurbano, con el efecto aspiracional que funciona también ahí. Es muy importante volver a situar el eje del interior bonaerense en la construcción electoral nacional porque está totalmente invisibilizado.

4. La primera estrategia a reconsiderar es qué tipo de candidato requiere la oposición en un distrito tan emblemático de la provincia de Buenos Aires que lleva el 38% de padrón pero que aporta el 45% de los votos para el peronismo. También la selección del candidato de la provincia debe ser repensada a la luz de este punto, debe visibilizarse el interior bonaerense también en términos de candidaturas. Hay que poder pensar candidatos del interior bonaerense representando a la provincia de Buenos Aires en una estrategia nacional que tenga en cuenta los resultado de las anteriores. La conurbanización de la política no dio buenos resultados, la verdad que no los dio. E insistir -no digo para negar el peso del Conurbano- con un esquema conceptual que niegue otra realidad que no sea la del Conurbano me parece que para la oposición no va a dar tampoco en 2019 gran resultado.

5. Piensen que el interior bonaerense es Córdoba y Mendoza sumado; es 1,4 veces Capital y 1,5 veces Santa Fe, o sea es un distrito en si mismo muy importante como para tener el nivel de invisibilidad que tiene. Solo surge cuando aparece un conflicto, como el de 2009, y aparece en el foco con la particularidad de un tema que visibilizó a la zona sojera. Ahora, más allá de esa situación en términos electorales no entiendo cómo se subordina toda la estrategia provincial al Conurbano bonaerense. No se corresponde con la realidad de la provincia, ni con el peso electoral de las regiones.

6. Tenemos una perspectiva social muy compleja, por lo cual hay que caracterizar los tiempos que vienen en términos de una crisis creciente que va a requerir una posición que esté a la altura. Todos aquellos opositores que supusieron que había alguna posibilidad de buscar líneas intermedias, atajos o diagonales para confrontar con el macrismo -acompañar en parte sí, en parte no o tener una actividad más amigable con el actual oficialismo, me parece que se han equivocado en la estrategia. Y hoy todavía más se equivocaron debido a la aceleración de la insatisfacción ciudadana. Es un dato actualmente el crecimiento de imagen negativa del intendente y pasa a nivel nacional con Vidal y Macri.

7. Hubo un epicentro de derrota en la provincia de Buenos Aires y en particular en el interior bonaerense, que equivale a Córdoba y Mendoza juntos. Y es muy difícil una elección nacional donde el promedio electoral no supere los 30 puntos como pasó en 2015 en el interior bonaerense. Por lo que probablemente haya que revisar qué pasó en provincia de Buenos Aires durante ocho años para que tenga tan bajo rendimiento una zona tan estratégica con mucho peso, la cual normalmente está subestimada por la visión metropolitana de la política que tiende a exacerbar el peso de Capital y el Conurbano. Pero se desconoce el peso y la gravitación que tiene el interior bonaerense.

8. A la hora de analizar, se conoce solo un movimiento de contagio: o analizan el movimiento de contagio de la opinión pública que va de Capital hacia el Conurbano, o del Conurbano hacia la Capital, pero desconocen cuánto pesa la problemática del interior bonaerense en la periferia del Conurbano. Por lo cual hay que revisar toda la concepción electoral que tiene esta fuerza, y estoy hablando de la oposición, para explicar también la dinámica electoral de la provincia de Bs.As y comenzar a preguntarse qué es lo que sucede en la construcción a futuro. Porque, por otro lado, el registro generacional también es insoslayable, yo lo lamento pero las cosas son así. Hay que hacer estos ajustes: nosotros a veces hablamos de candidatos que nadie conoce, porque la gente desconoce no lo que pasó hace 100 años, lo que pasó hace 20; y cuando el 35% de los que votan solo vieron gobernar a Néstor, Cristina y Macri. Hay que recuperar la dinámica: el peronismo siempre fue una vorágine para renovar su dirigencia, pero eso se congeló. Y Cambiemos modificó eso, bajó la edad promedio de los dirigentes. No digo que sea condición necesaria absoluta: si ustedes me dicen que acá hay un candidato de 60 años y tiene 20 veces más intención de voto que el resto, bueno, ahí se verá. Pero si no es así, hay un claro registro generacional que debe ser respetado.

9. Tuvimos adicionalmente en 2015 un déficit de oferta en términos de gestión y perdimos la elección en provincia de Buenos Aires. Acá perdimos 800.000 votos en términos relativos. El principal atributo del kirchnerismo no es la batalla cultural, es la gestión. Todos los días de 2003 a 2015 había novedades de gestión. Y lo que la gente votaba era eso, no priorizaba la cuestión ideológica, sino la de gestión, lo que la hacía vivir mejor. Bueno eso falló en 2015 y en aquél momento un sector de la ciudadanía consideró que iba a vivir mejor con Macri. No lo votaron porque era de derecha, lo votaron porque creyeron que iban a vivir mejor con él. Y acá hay algo que no puede volver a producirse: no puede pasar que el próximo candidato en la provincia no exhiba una gestión adecuada que la gente pueda reconocer como una gestión ejemplar. Cómo vamos a ganar una elección nacional si el interior bonaerense no supera 35 o 40 puntos? Y esto sólo puede lograrse con un candidato que oferte gestión ejemplar, modernización.

10. La media de Luján es la media del interior bonaerense, cuando se analiza el resultado es así, por lo que en definitiva tiene que haber respuestas más contundentes en términos electorales en la región. Va a tener que estar muy bien seleccionado el candidato y no hay lugar para la chapucería. Porque el electorado que hay que captar en 2019 en parte votó Cambiemos en 2015, esos electores tienen que retornar porque esa gente ya votó al kirchnerismo . Y por motivo de una falta de oferta de gestión se perdió. Y eso pasó porque la elección del candidato no fue la adecuada y en una elección el candidato no es cualquier cosa: define las elecciones. Si uno se equivoca en el candidato, pierde las elecciones; entonces no es cualquier cosa sacar un candidato y ponerlo a competir. Las elecciones dependen del candidato, en campaña el proyecto es el candidato. No es real que en el terreno electoral el candidato es el proyecto. Fue un error conceptual grave. Hay que repensar eso, sobre todo en provincia de Buenos Aires.


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