3/02/2018

macri y la obesidad : "un pozo donde se cayó..."


La obesidad infantil ya no es solo un problema de países ricos. Se estima que de los 42 millones de niños menores de cinco años que tienen sobrepeso en el mundo, 35 millones (el 83%) vive en países de ingresos medios y bajos, la problemática se focaliza crecientemente sobre la población pobre en general y en los menores de 18 años en particular.

“Es una pesadilla explosiva”, afirma al diario Clarín la Organización Mundial de la Salud (OMS), que suministro los datos que tomamos como referencia y surgen de la Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil establecida en el año 2015.

Esteban Carmuega , presidente del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil, advierte que hay pocos estudios transversales para evaluar la evolución de la población infantil: “Nuestra impresión es que la obesidad infantil viene creciendo, haciéndose cada vez más temprana, y moviéndose de sectores más acomodados a los más pobres”.

Como se observa en el gráfico que acompaña esta columna en los últimos 25 años la obesidad infantil en nuestro país creció un 20% promedio – un 10% entre niñas y un 30% en niños - y según las estimaciones últimas disponibles la problemática no cede sino que sigue su curso ascendente.

Precisamente una curiosidad del discurso del presidente Macri en la inauguración de sesiones parlamentarias – speech ya abundantemente "analizado" - ,  además de las falacias en los datos socioeconómicos tan burdas que no vale la pena detenerse, es la centralidad asignada a la obesidad en general y la obesidad infantil en particular. 

No estaría mal en principio. Se trata de una grave adicción en avance exponencial, muy dura de sobrellevar, responsable de tantos daños físicos y psicológicos sobre los que muy pocos advierten.

La discriminación sobre los obesos es la principal en incidencia según todos los estudios sobre discriminación disponibles y sin embargo no es tema de análisis probablemente porque entre otros factores, sobrevuela sobre esta gravísima adicción la ideología espontánea  - falsa como toda ideología espontánea -  de estar en presencia de un "desorden voluntario".

Sin embargo (ay!) Macri también mintió sobre su supuesta "preocupación" por la, insistimos, expansión ya incontrolable en nuestro país de la obesidad infantil y la obesidad en general. 

Desconoce u oculta Macri el notable anclaje socio económico de la enfermedad, al tiempo que impulsa un modelo que en dos años hizo trepar la indigencia de 4% en 2015 a 6,2% en 2017 - según el INDEC oficialista - , modelo que empobrece de manera profunda y probablemente por generaciones a segmentos crecientes de población , en especial de niñxs, condenándolos también a la obesidad como destino psicofísico sí que funesto.

Adicionalmente, muy lejos de preocuparse, se burla el presidente de esta grave adicción y lo demuestra en público cada vez que puede. 

Macri no solo no se ocupa ni preocupa por la obesidad, sino que, por el contrario, se burla de los adictos, trepado - como es habitual en estos casos- a la empalizada dorada pero siempre enjabonada de "la normalidad".

El mundo es cada vez más redondo, el fantasma siempre regresa, lo saben todos y más aún lxs que dicen no saberlo.




En fin, dime de qué presumes, te diré de qué adoleces y sabiendo que habitualmente el estigmatizado estigmatiza, un ejemplo de la visión de Mauricio Macri sobre la adicción fue el increíble destrato que propició al obeso gobernador Colombi, nada menos que frente a niños de educación primaria y media, víctimas y victimarios centrales del  bullying habitual que se descarga sobre esta adicción en el ámbito escolar.

La discriminación presidencial se desplegó bajo el brutal formato de una "inocente humorada" sobre un adicto disminuído que reaccionó ante la humillación pública a la altura de su adicción: Haciendo, apenas, el payaso.

Imaginemos los efectos de un chiste público del presidente sobre alguna  condición de enfermedad grave,  física o mental, de cualquier eventual interlocutor. 

El presidente  Macri asume una conducta pública discriminatoria y brutal, quienes lo deseen, vean aquí el insólito video de referencia. Antes, aparten a los niñxs, claro.


"... parecía el avión ruso que buscaba al submarino ..."



Para concluir , proponemos una breve y coloquial aproximación al anclaje socio económico de la obesidad en general y la infantil en particular, un enorme problema de salud pública en avance incontenible. Leemos:

La organización avisa de que 42 millones de menores de cinco años tienen sobrepeso

EMILIO DE BENITO

La obesidad infantil ya no es solo un problema de países ricos. De los 42 millones de niños menores de cinco años que tienen sobrepeso en el mundo, 35 millones (el 83%) vive en países de ingresos medios y bajos. “Es una pesadilla explosiva”, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), que este lunes ha adelantado datos de la Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil establecida hace dos años.

Aparte de las cifras, a la OMS le preocupa la evolución. Por ejemplo, en África, la cifra de obesidad y sobrepeso infantil en menores de cinco años prácticamente se ha doblado desde 1990, según este estudio. Los problemas con la báscula son solo otros de los problemas de los países ricos que han llegado ya a los que no lo son tanto, sin que estos hayan acabado con sus enfermedades infecciosas endémicas. En los países pobres no solo hay más dengue, cólera, tuberculosis y sida, por citar solo unas cuantas enfermedades. También es importante ya el número de cánceres, enfermedades cardiovasculares y accidentes de tráfico, por citar causas de muerte características de países ricos.

El informe, cuyos datos no están aún cerrados, ya tiene una primera conclusión: “No es culpa del niño”, ha afirmado este lunes en una rueda de prensa el copresidente de la comisión, Peter Gluckman. Según los datos con los que cuenta la OMS, en 2014 el 48% de todos los niños obesos y con sobrepeso vivían en Asia, y el 25% en África. "La región donde el problema es más alarmante por lo rápido que crece es Asia", ha alertado Gluckman.

Entre los elementos que explican el aumento de las cifras de obesidad infantil destacan los factores biológicos —genéticamente la humanidad está preparada para la escasez, para ahorrar, y esta propiedad aumenta cuando durante la infancia la alimentación no es buena—, un inadecuado acceso a alimentos saludables, la disminución de actividad física en los colegios y la desregulación del mercado de los alimentos que engordan. Y también la herencia de las madres. Todo ello requiere una respuesta global y coordinada, indica en el informe.

Gluckman ha explicado que se ha detectado que los niños asiáticos tienen un metabolismo específico que les hace retener las grasas en la parte abdominal del cuerpo y en el interior, rodeando a los órganos, exactamente donde es más perniciosa para la salud.

“Se está estudiando el porqué, pero es un hecho muy peligroso porque esa grasa se instala mucho antes que la externa y que el niño dé señales de sobrepeso y obesidad en el exterior”, ha explicado.

Con respecto a Latinoamérica, se estima que la prevalencia de sobrepeso en la región se sitúa en un 8% de los niños menores de cinco años.

Gluckman ha puntualizado que los dirigentes latinoamericanos son muy conscientes del problema y están respondiendo seriamente, y ha señalado que muchos países están dirigiendo sus políticas en la dirección correcta.

“Hay que tener en cuenta que la obesidad impacta en la calidad de vida del niño, afecta su estado físico, psicológico, su capacidad de estudio, de relacionarse, le pondrá muchas barreras en la vida, por lo que hay que lidiar urgentemente con el asunto”, ha afirmado a su vez Sania Sishtar, la copresidenta de la comisión.

Además, Sishtar ha alertado de que la obesidad infantil es un factor esencial en la posibilidad de desarrollar obesidad en la edad adulta y, por consecuencia, enfermedades no transmisibles graves, como las cardiovasculares.

Ante esta situación, los autores del trabajo esperan que el Consejo Ejecutivo de la OMS, reunido esta semana en Ginebra en su 138 edición, lo tenga en cuenta y sugiera a la Asamblea Mundial de la Salud que adopte una resolución que inste a los países a aplicar medidas para luchar contra la obesidad. Entre ellas, el informe recomienda que se eduque a niños, padres, docentes y dirigentes sobre la importancia del consumo de la comida sana y de reducir la ingesta de azúcares y grasas. Asimismo, se debe promover el ejercicio físico y reducir el sedentarismo.

También deben aplicarse programas de control de los embarazos para evitar la diabetes gestante, dado que muchos casos de obesidad se pueden relacionar con lo ocurrido durante los meses de embarazo.

Relacionados

Obesidad en Argentina: También una cuestión económica

www.cesni.org.ar/sistema/.../100-obesidad_tambien_una_cuestion_economica.pdf


www.fbioyf.unr.edu.ar/evirtual/mod/resource/view.php?id=1071&redirect=1

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