Esta semana se recreó uno de los clásicos del odio oligárquico : Su relación despojada y amorosa con el cáncer del opositor, en este caso el de Héctor Timerman
El salieri más expuesto en este nuevo ciclo de odiadores fue el psicólogo Andahazi, que aunque no el único en utilizar el clásico dispositivo de odio, resultó el más atolondrado y explícito cancerómano.
Su ya célebre uso del cáncer como castigo e inducción a la muerte del opositor lo rememoramos?

En fin. No es esta (ya lo vimos) la primera ni será la última vez en que la oligarquía - y el masivo coro de ortivas del que siempre dispone - cuente con el cáncer como realización del odio y el castigo a los opositores.
Un uso emblemático del cáncer como castigo al adversario es el que narra Abal Mefima padre en el video de apertura, rememorando el momento en que Héctor Cámpora, ya exilado en la embajada mexicana en Bs.As. y enfermo de cáncer de laringe, pide su salvoconducto por razones humanitarias , pedido al que los dictadores oponen severas objeciones antes de concretarlo con un doble argumento no por curioso menos aleccionador sobre el temperamento asesino de las clases poderosas que nos advertía Walsh: "querían comprobar no solo la existencia del cáncer , sino la de una sobrevida corta"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario