El gran escollo a sortear para la derecha conservadora,
resuelto parcialmente ayer en el parlamento por la coalición PRO-UCR y sectores
muy minoritarios del PJ, era sin duda la ampliación de la cobertura previsional
que supuso durante el lapso de una década de las gestiones kirchneristas la
incorporación al sistema de 3,5 millones de nuevos jubilados que habían
sido negreados o desocupados en su trayectoria activa impidiéndoles realizar
los aportes de ley.
En efecto, al asumir Néstor Kirchner en el año
2003 los sucesivos gobiernos neoliberales bajo diversos formatos de régimen
desde el año 1976 - en rigor todos los gobiernos, con excepción del
mínimo "momento Grispún" en los albores del alfonsinato - habían
llevado la informalidad laboral desde el 12% medida en octubre del año 1975, al
50% observada en mayo del año 2003.
Este tsunami de informalidad - producto fundamental de la
desindustrialización y el ataque a la legislación protectiva- supuso que tras
las cuatro oleadas neoliberales y tras la crisis del año 2001, ya el 47% de los
ciudadanos en edad de jubilarse no lo podían hacer por estar desocupados -
desde mediados de los años 90 la media de desempleo supero el 15%) o
informalizados, sin aportes previsionales en su trayectoria laboral.
La solución que planteó el kirchnerismo fue
diseñar el sistema de moratorias previsionales para los que estaban fuera del
sistema , gran política distributiva que impactó fundamentalmente en hogares
vulnerables de clase media baja y baja , permitiendo llegar a una cobertura
previsional del 95%, récord en latinoamérica , circunstancia juzgada
"inviable, insostenible e inconsistente" por la derecha conservadora
que hoy nos desgobierna y de paso ya ha reiniciado el ciclo de aumento de la
informalidad laboral, como es su costumbre.
Entre el
tercer trimestre de 2016 e igual período de 2017, el porcentaje de los
asalariados “sin descuento jubilatorio” subió de 33,8% al 34,4% según datos del
INDEC por lo que los trabajadores informales ya llegan a 4,8 millones.
Al respecto señala el peridodista Ismael Bermúdez,
groseramente atacado al publicar las cifras de informalidad por el diputado macrista,
experto en globalización y mecánica del automóvil Fernando Iglesias, más
conocido como #volvealvoley
“En la principal
región del país -Capital y GBA- el empleo en negro subió del 33,7 al 34%, pero
trepa al 37,1% en el conurbano bonaerense. Y alcanza los máximos del 45,7% en
Salta, 43,7% en Tucumán y 42,7 en Santiago del Estero, En la Ciudad de
Buenos Aires, en un año, aumentó de 20,8 a 23,6%”. O sea, una pinturita.
Así las cosas, con la sanción del ajuste
previsional se inició el camino no sólo de pérdida del poder adquisitivo de
jubilaciones y pensiones, sino se retomó el nefasto sendero de caída
en la cobertura previsional, congelamiento de la pauta distributiva, asociando
pensiones y jubilaciones al ritmo del mero aumento de precios y extensión de la
edad de jubilación a los 70 años para el hombre y 65 años para la mujer.
El nivel de rechazo al ajuste previsional es
profundo y transversal sobre diversos segmentos sociales, superando el 68%
según el relevamiento de la Consultora Analogías, dando lugar a un amplio
colectivo de oposición ciudadana que la coalición conservadora decidió desconocer
a la hora de darle el sí al ajuste propuesto por el presidente Macri.
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