9/02/2017

sobre siglas y pertenencia: "la causa por la que peleamos es más grande que nosotros mismos y nos supera como individuos "


La disputa por el sentido político de la posesión de la sigla PJ ha sido saldada electoralmente en la PASO bonaerense de manera taxativa .

La mera posesión de la sigla se reveló ya no solo como un gran fracaso electoral, sino como un error conceptual muy básico que coloquialmente traducimos ahora  así : " Nunca se debe intentar encapsular al peronismo bajo "la sigla" PJ".

El populismo en general y el peronismo en particular se encolumnó siempre tras un liderazgo y no una sigla.

En este sentido el momento institucional- partidario nunca llegó al populismo ni llegará jamás, pues le está estructuralmente negado. Así no funcionan las cosas acá adentro, no funcionan hoy, no funcionaron ayer, ni lo harán mañana.

Abandone entonces aquí, toda esperanza institucionalista-partidaria se lee en los frontispicios peronistas , o sea,  bajo una lectura sintomal, desdeñe , invalide, escape de quienes planteen el predominio de "la sigla" por sobre "el liderazgo".

No es sorpresa entonces para nadie que conozca el funcionamiento histórico del peronismo como formación populista, la existencia de esta escisión entre sigla y pertenencia y como se saldó cuando hubo controversia.

Como en la PASO bonaerense, bajo otras modalidades histórico concretas, pero lo cierto es que en el populismo prevaleció siempre el liderazgo por sobre el formato partidario-institucional condensado en la sigla.

En este sentido debe señalarse que la discusión por la pertenencia y la representatividad de esta pertenencia por parte de los sellos partidarios tampoco es nueva, las hubo antes e incluso más intensas.

Juan Perón mismo tenía en baja estima a la sigla PJ, a la que consideraba que había que sacarla antes de las elecciones y guardarla inmediatamente luego.

Insistía el líder fundacional en profundizar la figura de "Movimiento" y su habitual política frentista hasta llegar al notable "Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino" del año 1973, la gran metáfora de subordinación de las patrias partidarias a un colectivo mayor que ideara el ya entonces León hervíboro (ay!) 

De la misma manera lo hizo Néstor Kirchner en el año 2003, insistiendo con la transversalidad y Cristina Kirchner en Junio del año 2017 con el lanzamiento de Unidad Ciudadana . 

Ambos líderazgos y sus creaciones se inscriben estrictamente y por derecho propio en la larga tradición populista que discutió siempre la problemática de la pertenencia y su ampliación, el corrimiento de las fronteras.

Una disputa con prosapia histórica sobre la pertenencia, su expansión y el valor de "la sigla" a la hora de darle consistencia al interior de una formación populista, es esta que  en el año 1973 sostuvo la JP Regionales y la OPM Montoneros contra la "intervención provisoria" del PJ, controversia que refleja plenamente la editorial de Dardo Cabo aparecida en el Nro. 23 de la revista partidaria "El Descamisado". 

PD: El - visto desde hoy - al menos estrafalario final de "puede morirse en el intento", debe atribuirlo el lector al ahora llamado "clima de época".


Los mandaron a organizar y ahora se les dio por ser los únicos que entregan la patente de peronista. ¿Desde cuando? Si para pelear nadie nos pidió el carnet ni la autorización. Perónistas, como dice el General, somos todos los que seguimos su conducción y combatimos al enemigo de la liberación.

Perón pide la reorganización y ellos mandan a cerrar los locales. El general dice que nada puede hacerse sin el concurso organizado del pueblo, y ellos le quieren cerrar los centros de organización del pueblo peronista. Parecen Onganía: con la cuestión del orden quieren despolitizar el movimiento.

Porque participando pocos en la decisión, les permite a ellos seguir con el queso. Que es lo que defienden disfrazándose de depuradores. Aquí, de arriba no hay depuración que valga. La depuración se hace de abajo, la hace la gente en los barrios, en las fábricas. Ellos quieren mandar esa gente a casa; el General ha dicho que se acabó el dedo para nombrar dirigentes y ellos a dedo quieren cerrar nuestros locales.

La rama femenina en vez de reorganizar la mujer peronista para que participe de la liberación, se ha dedicado a la peluquería y la modista. Viejas cacatúas que piensan más en el peinado de peluquería que en el movimiento, quieren parar la marcha de la mujer hacia la conducción. Isabel ha reafirmado que la mujer debe organizarse y ganar el lugar que le corresponde en el peronismo y en la nación.

Pero Silvana Rota se asusta de la Agrupación Evita de la Rama Femenina que crece diariamente conformada por las mujeres de todos los barrios y decreta el cierre de las unidades básicas femeninas. Se atrinchera en la lujosa casa de la calle Eleodoro Lobos y desautoriza los verdaderos centros de peronismo que desarrollan las compañeras en todos los barrios.

El 12 de octubre inventaron que no se podían llevar banderas peronistas. Antes inventaron la depuración. Dicen que van a sacar a los infiltrados y para eso lanzan a las bandas armadas a recorrer todo el país tiroteando locales, baleando a los indios matacos, secuestrando a Arca. En nombre de la depuración mataron en Rosario a Razzetti; un peronista de siempre.

Ahora quieren santificar esas hordas, porque con el asunto de los locales autorizados pretenden dejar en manos de esas bandas lo que ellos no autoricen.

Es la carta blanca para la depuración a los tiros.

Esto lleva al caos, no a la organización, porque no hay más remedio que defenderse. Esperar en los locales a esas bandas y recibirlas como se merecen.

Porque evidentemente, el señor Martiarena no va a venir a cerrar los locales que no tengan su venia.

Seria bueno que lo intentara porque allí se va a encontrar con la base peronista que le mostrarán cuál es el grado de organización alcanzado por el Movimiento al margen de sus secretos. Comprendería que la organización ya está hecha, que sólo tiene que formalizarla con una política sensata que no desate en el peronismo una guerra por quedarse con los sellos.

El camino es la afiliación masiva. Que sean la mayor cantidad de peronistas los que decidan quienes serán sus dirigentes para acompañar la conducción del General Perón. Esto en todas las ramas, tanto en la política, como en la juvenil, sindical y femenina. Que no tenga miedo a los infiltrados porque como dice Perón un frasco de tinta no puede teñir un océano. Inundemos de peronistas las ramas, que dejen de ser coto cerrado, y entonces por más infiltrados que se metan quedarán aplastados por la masa.

Hemos llegado al colmo de que quién reclama el derecho de ser peronista lo señalan como infiltrado. Una fiebre de antitroskismo impulsa a las bandas a incendiar, matar y secuestrar. Es a estos a quienes da aliento esta medida del consejo provisorio de Martiarena porque esas bandas no tienen unidades básicas, las tienen los peronistas en la base.

Nada se va a lograr con estas medidas, menos convulsionar seriamente al Movimiento peronista. Ni un decreto y un arma han logrado doblegar nuestra militando en estos últimos años. Ni la ley de Lanusse ni su represión. Es iluso pensar que los decretos de Martiarena y los tiros de los matones van a pararnos. Es posible que algunos quedemos por el camino, es cierto, pero la causa por la que peleamos es más grande que nosotros mismos y nos supera como individuos.

La única unidad que puede darse en el movimiento es la de la lealtad al General Perón, su conducción y su doctrina. Los que tengan miedo a la representatividad que puede dar libre expresión de todos los peronistas que acudan a las depuraciones, los cierre de locales, la carta blanca para matar. Pero esto suele ser peligroso para quien lo promueve y lo alienta; puede morirse en el intento.

DARDO CABO

1 comentario:

Anónimo dijo...

El movimiento peronista siempre tuvo muchos nombres: Partido Laborista, PURN, Partido Peronista, Unión Popular, FREJULI, FREJUPO, FPV y ahora UC y una sola identidad: la justicia social, la independencia política y la soberanía económica. Príncipios a que todo argentino bien nacido nunca podría oponerse.