Universidad Nacional de Avellaneda
La importación de vino en el
primer trimestre de 2017 fue superior a la suma de los últimos seis años.
o Se esperaba que uno de los principales efectos virtuosos
del cambio de modelo económico, fuera una mejora en la competitividad de las
diferentes economías regionales de nuestro país.
o Esto se traducía en un
incremento de los márgenes internos, a partir de las distorsiones –impositivas
y de precios relativos- y un crecimiento en los saldos exportables, mediante la
captación de nuevos mercados en un entorno cambiario más favorable.
o
Transcurrido un año y medio, el sector vitivinícola no parece haberse
favorecido por tales vectores de crecimiento sino, muy en contrario, está siendo
afectado por la recesión económica generalizada y la avalancha de
importaciones.
o La venta de vino al mercado interno se redujo 8,3% en el
último año, pasando de un total de 10,27 millones de hectolitros (mdh) en 2015
a 9,42 mdh en 2016. Esto redundó en la mayor caída en consumo de la última
década.
o Este fenómeno parece potenciarse en 2017, ya que registró en el
primer bimestre una merma del 13,7% en los despachos totales de vino. Se
destaca el descenso en el consumo interno de la misma proporción, mientras que
se observa un desplome del 34% en la venta al exterior de vinos a granel. o
Desde el plano comercial, la balanza del sector –históricamente superavitaria-
empieza a deteriorarse por el crecimiento en las importaciones y la caída en
ventas externas.
o Así, en el primer trimestre de 2017 las importaciones en
cantidad superaron a las que se registraron en el acumulado de los últimos seis
años.
o Por el lado de las exportaciones, cayeron un 20% en la comparativa
entre el primer trimestre del corriente año con igual período de hace dos años
atrás.
o Con todo, se estima una caída del orden de los $3.000 millones de
facturación de la industria vitivinícola, respecto a la de hace dos años atrás.
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